- A partir de hoy dormirás en mi dormitorio... en nuestro dormitorio. No más muros, ni más mirar atrás. Nuestra vida vuelve a empezar aquí, ahora, juntos.
-Sí -asintió ella con el corazón en la mirada- No vayas a trabajar, Harry...
- Me temo que tengo que hacerlo -repuso él-. Y tu también tienes que ir -añadió frunciendo el ceño ante la idea-, pero no más paseos en coche con el jefe, ¿entendido?
-Te llamaré para que vengas a recogerme, te lo prometo -dijo ella besándolo en la mejilla-. Pero no puede ser que estés celoso después de esta noche.
- No te engañes -murmuró Harry pasando la palma de la mano por uno de sus senos-. Ahora que hemos hecho el amor, seré diez veces más posesivo. Eres solo mía.
- Siempre lo he sido, Harry -le aseguró ella quedamente.
Lo miró preocupada. ¿Ni siquiera entonces tras una noche de pasión y entrega había recobrado su confianza? ¿Qué más pruebas necesitaba de su amor? Harry recorrió su esbelto cuerpo con la mirada, devorándolo.
- Eres exquisita -susurró-, toda tú. Nunca en la vida había sentido nada tan profundo como lo que he sentido esta noche. Me sentía... completo.
El corazón de Selena dio un brinco, porque así era exactamente como ella se había sentido, pero mientras que ella lo amaba, él únicamente sentía deseo, pensó apesadumbrada.
-Yo he sentido lo mismo -le confesó.
-Sí, pero tú eras virgen, cariño -murmuró él divertido-, y yo no.
-Eso era bastante obvio -dijo ella un poco irritada, recordando su maestría y preguntándose con cuantas mujeres habría hecho lo mismo.
Harry, en vez de molestarse, se sintió orgulloso que ella estuviera celosa.
- De eso hace ya mucho tiempo, y en los últimos seis años no he besado siquiera a otra mujer. No tienes motivos para estar celosa.
-Lo siento -murmuró Selena abrazándolo apoyando la cabeza contra su tórax.
-No tienes por qué disculparte -repuso él besandola en la frente con ternura-. Tengo que ir al trabajo. Preferiría no tener que hacerlo, pero Calhoun está fuera y alguien tiene que ocuparse de todo.
-¿Me dejarás en la oficina? -inquirió Selena.
-Claro. ¿Qué te apetece para desayunar?
Ella alzó la vista hacia él con la respuesta escrita en sus ojos brillantes. Harry se rio y se bajó de la cama, observando como ella se estiraba sobre el colchón mimosa, tratando de conseguir que volviera a la cama.
- Oh, no, ahora no, Selena-murmuró Harry-. Vamos, vístete antes de que mi estoico control se desvanezca.
-Aguafiestas -le espetó ella con un mohín.
-No quiero pasarme -le dijo él poniéndose serio de repente-. Hasta anoche eras virgen, y no quiero hacerte daño.
Los ojos de Selena lo miraron enternecidos mientras meneaba la cabeza.
-Y pensar que te tenía miedo!
-Era comprensible -respondió él-, pero ya no tienes por qué temerme... nunca más -Harry se estiró un gran bostezo-. Bueno, entonces, ¿qué te apetece para desayunar?
Era increíble como una noche podía haber cambiado tanto las cosas. Finalmente parecía que iban camino a lograr tener una relación sólida y duradera, y los días que siguieron lo pusieron de relieve. Selena no podía dejar de pensar en Harry cuando estaba en la oficina, y cuando llegaban a casa no había más discuciones, ni más barreras. Harry la besaba a cada momento, y cada noche hacían el amor y dormían el uno en los brazos del otro. Era como haber subido al cielo, se decía Selena, como estar soñando despierta. Pasaban juntos todo su tiempo libre: montando a caballo, tocando la guitarra, viendo películas de video... Era un buen comienzo, y a Selena le parecía que lo que tenían era casi perfecto.
Sin embargo, aunque había habido entre ellos acercamiento físico, y aunque pasaban más tiempo juntos, Selena podía notar que todavía había una distancia emocional. Harry no parecía corresponder al amor que ella sentía por él. Hasta la fecha no le había dicho que la quería, ni siquiera cuando estaban a solas. Tampoco hablaba del pasado ni del futuro. Era como si quisiera vivir unicamente el presente, sin preocuparse por el mañana.
En el bufete, Barry Holman había conseguido que Tammy volviera, y las cosas iban mejor entre ellos: no hacian más que lanzarse miraditas, y Selena sospechaba que el día menos pensado estallaría el amor.
Había otra novedad. Selena aún no le había dicho nada a Harry, pero estaba casi segura de que estaba embarazada. La posibilidad de que fuera así la había, puesto contentísima. Tener un hijo con Harry la haría completamente feliz. Él le había dicho que también quería tener una familia, así que tal vez cuando naciera el bebé, empezara a quererla a ella también.
Aquella tarde, estaba echada en el sofá cuando entro Harry con un aire preocupado.
-¿Ocurre algo? -le preguntó Selena incorporandose.
- Tengo que ir a Wyoming. Me han pedido que actúe como testigo en el juicio de Quinn Sutton, un amigo al que han demandado -le explicó él con un suspiro-. No me apetece nada ir, pero es un buen tipo y sé que haría lo mismo por mí. Es un feo asunto. - Se sentó junto a ella, atrayéndola hacia sí. y le explicó que lo habían acusado de vender carne de vaca en mal estado a una envasadora.
-¿Y estás seguro de que no lo hizo? -inquirió ella.
Harry asintió y la besó en la frente.
-Te llevaría conmigo -le dijo-, pero Sutton no se lleva demasiado bien con las mujeres. Su mujer los abandonó a él y a su hijo y se fue con otro hombre. No sé qué será del chico si meten a su padre en la cárcel -dijo meneando la cabeza.
-Espero que se solucione todo -murmuró ella-. Te echaré de menos.
Harry la abrazó.
-No más de lo que yo te echaré de menos a ti, cariño. Pero te llamaré cada noche, y tal vez el juicio acabe antes de lo previsto - y volvió a besarla-. No se te ocurra correr con el coche mientras estoy fuera -le advirtió levantando el índice.
Selena se rio. Difícilmente podría correr con el pequeño utilitario que harry le había comprado.
- No lo haré -le aseguró.
Sin embargo, la mirada seria no se borró del rostro de Harry.
- Harry, ¿hay algo más que te preocupe?
- No, yo...Selena , ¿no estás cansándote de estar casada conmigo, verdad? Selena lo miró boquiabierta.
-¿Qué?
-Yo no puedo darte todo lo que tenías con tu padre, y...
Selena lo tomó por las mejillas para que la mirara.
-Harry, tú eres todo lo que quiero. - Y lo besó apasionadamente para demostrárselo con hechos.
-¿Cuándo tienes que marcharte? -le preguntó al despegar sus labios de los de él.
- Mañana.
-¿Tan pronto?
Harry la atrajo hacia sí.
- Pero tenemos toda la noche por delante... - suspiro antes de besarla de nuevo-.
-¡Dios, te deseo tanto¡ ¡Selena, no puedo dejar de pensar en ti...!Selena quería decirle que lo amaba, y revelarle la noticia que ya se había confirmado, pero no pudo, ya que, él continuó besándola casi sin pausa y la alzó volandas para llevarla arriba. Y, como siempre, la chispa del deseo apartó de su mente todo pensamiento. A la mañana siguiente, cuando se despertó, Harry se había marchado ya, y ella solo recordaba vagamente un suave beso cuando estaba adormilada y como le había susurrado un «adiós»
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Vengador Enamorado
RomanceUna antigua historia de amor liga al segundo hermano Styles con Selena. Su separación se debió al padre de ésta, aunque los malentendidos y el orgullo han impedido que se supiese la verdad. Seis años después, muerto ya el padre, Selena está arruinad...