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— ¿Le importaría llevarme en su coche a la nave? — He llamado a Harry para que viniera a recogerme, pero me han dicho que ha salido.

— Claro, cómo no. ¿Qué ha pasado con tu cochenuevo?, ¿averiado?

— Hum... Es una larga historia — murmuró ellamientras él le sostenía la puerta de su Mercedes para que entrara —. ¿De verdadva a despedir a Tammy? — le preguntó cuando él hubo entrado también —. En elfondo es una buena chica.

— No es cierto, es como una piedra en el zapato —masculló Barry.

— Si le diera otra oportunidad y tratara de ser máspaciente estoy segura de que lo sorprendería.

Barry Holman se removió incómodo en el asiento.

— Supongo que para ti es una faena: la verdad esque el volumen de trabajo que tenemos ahora es demasiado para una sola persona.

— Tal vez debería plantearse pedirle que volviera —sugirió Selena —. Además, seguro que está avergonzada de cómo se ha comportado.

— En fin, supongo que tendré que hacerlo —respondió él exhalando un profundo suspiro —. Después me pasaré por la casa desus padres y les diré que puede venir mañana de nuevo a la oficina si quiere —concedió como si estuviera haciéndole un favor a la chica.

Cuando llegaron a la nave, a pesar de que ella ledijo que no era necesario, él insistió en salir del coche y abrirle la puertapara que bajase.

Selena estaba despidiéndolo con la mano y viendoalejarse el vehículo cuando vio una sombra cernirse sobre la suya en el suelo,una sombra alargada. Se dio la vuelta y se encontró con Styles, un Harry concara de pocos amigos.

— Ah... hola.

— Pensaba que salías a las siete — le dijo él en untono peligroso.

— Hemos tenido un problema en la oficina y hemossalidos antes — explicó Selena. ¿Cómo se le habría ocurrido pedirle a BarryHolman que la llevara sabiendo lo celoso que era Harry respecto a él? —.¿Puedes llevarme a casa o tienes que quedarte aún un rato? Te esperaré si hacefalta.

— Calhoun sale ahora, él te dejará en casa.

Y entró en las oficinas de la nave, dejándola allíde pie, bajo un sol de justicia, entre los mugidos del ganado.
Calhoun apareció al rato visiblemente irritado.

— ¡Menudo caradura de hermano que tengo!, llevatodo el día sentado tras su mesa de brazos cruzados, y va y me saca de unareunión para llevarte a casa. Te juro que no entiendo nada. ¿Está enfadadocontigo?

— ¿Y cuándo no lo está? — replicó ella airada —, elseñor Holman me ha traído en su coche hasta aquí, Harry debe haberse imaginadoque lo he seducido en la autopista. ¡Es tan... tan... tan insufrible, tancabezaa, tan insensible...!

— Bueno, bueno... — la tranquilizó él mientrascaminaban hacia su coche —. ¿Entonces es solo una cuestión de celos? VamosSelena, eso no es problema. Una mujer, debería saber perfectamente lo que tieneque hacer.

Selena imaginó a qué se refería, y se sonrojóprofundamente. Habían llegado junto al coche, y Calhoun le abrió la puerta paraque se sentara y entró él también. Le hizo gracia verla ruborizarse. En elfondo Harry y ella eran muy parecidos: chapados a la antigua y llenos deprejuicios. Puso el vehículo en marcha y se aclaró la garganta.

— Selena... — le dijo —, la mejor manera de obtenerla atención de un hombre y de quitarle el mal humor, es besarlo, abrazarlo y...bueno, dejar que la naturaleza siga su curso, ya sabes a qué me refiero — dijoguiñándole un ojo.

Selena volvió a sonrojarse.

— No creo que a Harry le gustase que hiciese eso—murmuró con voz ronca.

— Pues claro que sí — le aseguró él dándole unaspalmaditas de ánimo en la mano —. Está tan loco por ti que ve fantasmas portodas partes. Hazme caso, Selena, si utilizas el método de aproximaciónadecuado, se volverá dócil como un perrillo faldero.

Habían llegado al rancho. Tras despedirse de Calhoun, Selena entró en la casa pensativa. Lo cierto era que la idea deseducir a Harry era tentadora, se dijo sonriendo con picardía mientras subía la escalera.

Vengador EnamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora