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—Siempre hemos tenido muchos gustos en común —murmuró—. ¿Sigues tocando la guitarra?
— La verdad es que hace mucho que no — contestó ella— Podríamos volver a tocar juntos algún día — propuso con voz queda.
—Estaría bien —asintió Harry sonriendo.
Selena sonrió también. Se quedaron mirándose a los ojos largo rato, y pronto a ambos les pareció que las voces y disparos del televisor les llegaban de muy lejos. Selena se acurrucó junto a él y apoyó la cara en el hueco de su cuello.
—Hueles a gardenia(flor) —murmuró Harry—. El olor que siempre me ha recordado a ti.
—Es el perfume que uso.

Harry le soltó la mano para alzar a Selena  y colocarla en su regazo, con la cabeza apoyada en su pecho

—Si quieres podemos ver otra cosa —le susurró sabiendo que ninguno de los dos estaba prestando atención a la película.
—No, esto está bien —le aseguró ella.

Selena le acariciaba el cabello a la vez que sostenía la pequeña mano de ella contra su tórax, haciendo como que le interesaba mucho la película. Sin embargo, ella no estaba dispuesta a dejarse engañar, y decidió incitarlo un poco, como le había dicho Calhoun. Comenzó a trazar arabescos en la camisa de Harry, y pronto este sintió que el deseo se apoderaba de él. Bajó los ojos buscando los de ella, y al ver reflejado en ellos la misma ansia que él sentía, abandonó todo fingimiento. Sin prisas, desabrochó uno a uno los botones de su camisa, y tomó la mano de Selena colocándola de nuevo sobre su torso desnudo para que lo acariciara. Mientras ella lo complacía, Harry, imprimió suaves besos en la frente de ella, en los párpados, la nariz, las mejillas, la barbilla y la garganta.
Selena notó que su respiración se volvía más y más entrecortada cuando él la atrajo hacia sí y tomó sus labios. El contacto produjo el mismo efecto que una explosión dentro de ella, y gimió encantada al sentir que Harry hacía el beso más íntimo, a la vez que deslizaba los dedos entre sus cabellos.
Los latidos de su corazón se habían descontrolado hacía rato, y sin comprender qué la movió a hacer aquello, le clavó las uñas en el pecho a Harry.

— Perdón —musitó al oírlo gemir.

Harry sacudió la cabeza y volvió a besarla mordiéndole ligeramente el labio inferior.

— Me ha gustado —le susurró—. Bésame sin miedo, Selena—la instó

Y ella, olvidándose de todas sus inhibiciones, puso las manos a ambos lados de la cabeza de Harry y le dio un beso largo y húmedo.
Entre los suspiros de ambos, y los ruidos de batalla fondo, que ninguno de ellos oían ya, Harry comenzó a bajar la cremallera del vestido de ella, para desabrochar a continuación el cierre del sostén y quitárselo, Selena gimió extasiada al sentir la piel desnuda del de Harry contra sus senos. Era delicioso estar de piel contra piel, como aquella otra noche, solo en ese momento, sus miedos habían disminuido y sabía que lo que Harry le hiciera no iba a doler, porque sabía que iba a ser cuidadoso y paciente, noto cómo sus fuertes manos deslizaban el vestido allá de sus caderas, acariciándole los muslos temblorosos.

—Tranquila —le susurró Harry sonriendo—, no voy a apresurarme, y en cualquier momento podemos parar si tú quieres —le aseguró.

Selena volvió a relajarse poco a poco, dejando que sus manos recorrieran a placer la espalda de Harry. Era glorioso poder tocarlo así, con tanta libertad, aprender cada secreto de su cuerpo.

—¡Oh, Harry! —murmuró con voz ronca—. ¡Esto es tan dulce...!

El agachó la cabeza para devorar otra vez sus labios hinchados, y deslizó las manos por sus costados, quitándole la última prenda. Le encantaba cómo se erizaba la piel bajo sus manos, y su tacto era suave como el satén
La deseaba de tal modo que no estaba seguro de poder parar, pero a juzgar por el modo vehemente que respondía a sus besos y caricias, ella no parecia demasiado preocupada en esa ocasión. Se quitó el resto de la ropa mientras seguía besándola. Selena se estremeció al sentirlo completamente desnudo, pero lo notó y fue un poco más despacio, excitándola otra vez con exquisita paciencia hasta que vio que la pasión sacudía su esbelto cuerpo.
—Ahora... —le susurró Harry al ver que gemía desesperada por que le diera lo que ansiaba. Harry se posecionó, y la tomó por la barbilla para alzarle el rostro—.
—No apartes la cara, Selena, necesito verte para asegurarme de que todo va bien.

Ella se sonrojó, pero no dejó de mirarlo, ni siquiera cuando empezó a tomar posesión de ella.
Harry entreabrió los labios extasiado. Aquella era la experiencia más intensa que había tenido en su vida. Después de tantos años, de tanto soñarla... iba a ocurrir. Era suya, ya no había más barreras, y sintió que lo aceptaba plenamente dentro de sí.
Selena se puso un poco tensa ante aquella invasión que era nueva para ella, ante lo íntimo que resultaba, y Harry se detuvo.
—Está bien —le susurró tiernamente, besándola para que se fuera haciendo a ello poco a poco—. Eso es, así... —se rio ante la facilidad con que se iba hundiendo en ella, y ante la exquisita sensación de ser uno solo—. ¡Oh, Selena!
Ella estaba roja como la grana, pero no apartó la cara. La expresión de Harry era victoriosa, y los ojos le brillaban como nunca antes lo habían hecho.
—Sigue, Harry —murmuró Selena contra sus labios. Gimió maravillada al sentirlo moverse dentro de ella—. No pares...

Las palabras de Selena acabaron con el control de Harry. No podía creer lo que estaba sintiendo, era como cabalgar sobre una enorme ola. Selena también estaba sorprendida de sí misma, porque sentía que debería estar al menos un poco asustada pero los movimientos de Harry estaban creando una tensión deliciosa que iba en crescendo, haciéndola olvidarse de todo lo demás. El éxtasis parecía estar al límite de su mano, y Selena sintió que llegaba a él cuando Harry la tomó por las caderas y tiró de ellas hacia sí.
Selena notó como si los cimientos del mundo se tambalearan debajo de ellos, y gritó su nombre una y otra y otra...

Harry se rio y le sembró un reguero de besos en las sienes, en las mejillas, en los labios... besos tiernos y reconfortantes.
Selena abrió los ojos, registrando los últimos acordes de un placer como nunca había soñado que pudiera existir. Alzó la mirada hacia Harry, maravillándose de lo transformado que estaba: parecía años más joven, tenía el cabello húmedo, el rostro empapado en sudor, los ojos brillantes...
—¿Harry? —murmuró desorientada.
— ¿Estás bien, mi vida? —le preguntó él—. ¿Te he hecho daño?
— No —lo tranquilizó ella sonrojándose y bajando la vista hacia la vena palpitante de su garganta.
— Mírame, cobardica — se rio Harry. Selena se obligó a alzar la cabeza, y Harry aprovechó el momento para besarla otra vez.
— Yo nunca... nunca imaginé que esto pudiera ser din... —balbució ella hundiendo el rostro en el hombro de él.
Harry la abrazó como si no quisiera dejarla ir jamás.
—¿Has dormido bien?
—Creo que todavía estoy dormida —murmuró ella en sus labios—. Tengo miedo de haberlo soñado y no quiero despertar.
— No fue un sueño —le confirmó Harry—. ¿Te hice mucho daño?
— Oh, no... —se apresuró a responder ella—, no, en absoluto.

Harry la miró con adoración

Vengador EnamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora