Después de todo, aunque no tuviera su amor, era lo que siempre había soñado; pasar el resto de su vida junto a él. Desayunarían juntos, comerían juntos, cenarían juntos, tal vez viendo la televisión. Y dormirían bajo el mismo techo. Su corazón latió apresurado. Quería aquello más que nada en el mundo, lo quería desesperadamente.
— Imagino que tú no... Es decir, que no querrías.. — ... «un niño». Era incapaz de decirlo. Solo Dios sabía cómo se las arreglaría para soportar lo que tendría que soportar para concebir uno.
— No, nunca te pediré el divorcio — contestó él malinterpretándola —. Soy un hombre de palabra, y cuando me comprometo a algo, lo cumplo.
Selena no pudo evitar reconocer en sus palabras una acusación hacia ella.
— ¿Todavía me odias, Harry? — inquirió. Necesitaba saberlo.
Él se quedó mirándola un rato, fumando en silencio.
— Ya no estoy seguro de lo que siento por ti.
Aunque Selena hubiera preferido una ardiente declaración de amor, su respuesta había sido sincera. Probablemente no debería aceptar su proposición porque era una locura, pero no pudo resistir la tentación.
— Me casaré contigo, entonces, si es que lo dices en serio — murmuró sin atreverse a alzar la mirada.
Harry se quedó paralizado, pero el pulso se le disparó al escuchar sus palabras. Selena no podía imaginarse la cantidad de noches que había pasado en vela, ansiando tenerla junto a él, deseándola. Pero había perdido su confianza, y jamás podría recuperarla. No había vuelta atrás. Solo le había ofrecido esa solución porque necesitaba ayuda. Tenía que mantener la cabeza fría y los pies en el suelo. Tal vez incluso ella llegara al punto de mostrarse amable con él por gratitud, haciéndole daño otra vez. No podría bajar la guardia ni un momento, pero... ¡oh, Dios, la deseaba tanto!
— Muy bien, entonces no hace falta que vayamos a ver a la señora Simpson hasta que lo hayamos planificado todo — dijo.
Puso de nuevo el coche en marcha, camino de su rancho. ¿Por qué le temblaban las manos?, se pregunto molesto agarrando con más fuerza el volante. No podía dejar que ella supiera hasta qué punto lo había afectado su respuesta.
Si a María y a López los sorprendió ver a Harry acompañado de Selena, ninguno de los dos dijo nada. El anciano desapareció por la puerta de la cocina, mientras que su esposa les servía café con pastas. Harry no quería que se molestara, pero la mujer insistió, así que no tuvo más remedio que sentarse en su sillón orejero tras hacer un ademán a Selena para que hiciera otro tanto en el sofá que había enfrente.
— Gracias, María — le dijo Selena con una cálida sonrisa
— No hay de qué, señorita, es un placer — repuso la mujer mexicana con otra sonrisa —. Estaré en la cocina si me necesita, señorito — le dijo a Harry antes de salir del salón, y cerrar la puerta discretamente.
— ¿Solo, verdad? — inquirió él inclinándose hacia la mesita y señalando la cafetera plateada —, y sin azúcar.
— Sí, gracias — asintió ella. La agradó que recordara como le gustaba el café.
Tras servirle, Harry le tendió la taza y sirvió otra para él, añadiendo en cambio bastante leche y varias cucharadas de azúcar.
Selena se quedó mirándolo, preguntándose por qué habría aceptado su proposición. Había sido una locura. Era como una fortaleza inexpugnable, y estaba claro que lo único que le interesaba era vengarse de ella. Claro que... por otra parte, tal vez viviendo bajo el mismo techo que él tuviera una oportunidad de demostrarle que todo había sido una treta de su padre. Lo único que tenía que hacer para probarle su inocencia, era hacer que la llevara a la cama, pero lo malo era que ahí residía el problema: esa clase de intimidad le daba un miedo atroz.
— ¿Por qué te sonrojas? — inquirió Harry de pronto.
— Es que... hace calor aquí — balbució ella tras aclararse la garganta.
— ¿Tú crees? — repuso él lanzando una risotada Tomó un sorbo de su café —. Por si te lo estabas preguntando, tendrás tu propia habitación. No espero nada a cambio de darte cobijo.
Selena se puso aún más colorada, y tuvo que contener el deseo de tirarle la taza a la cabeza.
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Vengador Enamorado
RomansaUna antigua historia de amor liga al segundo hermano Styles con Selena. Su separación se debió al padre de ésta, aunque los malentendidos y el orgullo han impedido que se supiese la verdad. Seis años después, muerto ya el padre, Selena está arruinad...