Tercer libro "Sensaciones Italianas".
Estoy enferma de venganza, mi venganza es encontra de todos aquellos que despertaron todo lo que no conocía de mi, todo ese rencor y odio que hoy circula junto a mí sangre.
"Nos volvemos esclavos de nuestros pe...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Pov Tara Supongo que todos en algún momento de nuestras vidas hemos escuchado un cuento donde comienza algo así como "Había una vez ... y su final es que vivieron felices por siempre", mi historia creí que sería algo así, llegué a creer que me podría ver reflejado de cierta manera en esos personajes, pero en un momento de mi vida choque con la verdad, uno no vive en un cuento de ensueño, solo vive en la realidad en una vida donde se sufre tanto por obtener eso que anhelas que una vez que lo alcanzas crees que no es real.
Uno mismo debe construir su historia de principio a fin, crearla de tal forma que cada día sea un día que marque una página dorada, digna de querer releer día a día.
Me despierto sola en mi cama, tengo que admitir que no esperaba que eso sucediera porque Marco en ningún momento dijo que tenía pendientes o algo por el estilo.
Me doy un baño rápido y voy directo a la habitación de Chiara, la cual duerme plácidamente.
La tomó en brazos para bajar junto a ella a preparar el desayuno. Escucho que tocan el timbre y me apresuró a abrir, veo a Dana muy sonriente. Dana se ve radiante
—¿Hola? —la saludo una vez que ella entra a mi casa
—Quiero que me acompañes a un lugar pero me he tomado la molestia de comprarte esto —dice entregándome una caja —también hay una para mí pequeña sobrina —dice para cargarla
—¿A dónde iremos? —pregunto
—A mi lugar favorito les quiero enseñar algo así que las quiero lista en máximo media hora Se sienta a esperar. Voy a mí habitación a ponerme lo que me trajo, un top blanco con una falta en capas como si se tratara de pétalos de una rosa también blanco. Cuando regresó junto a ellas y veo que Chiara ya está cambiada con un vestido color lila.
—¿Nos vamos? —pregunta Dana
—Claro dame un segundo que preparo las cosas de Chiara Voy hasta la cocina y preparó en una pequeña mochila, dos postres y un jugo de naranja, guardo todo y cuelgo la mochila a mi hombro. Salimos de la casa, Chiara va de la mano de Dana está se dirige directamente a mi auto porque claramente el de ella no tiene un asiento especial para la pequeña.
—¿A dónde iremos? —pregunto al ver como ella conduce sin decir absolutamente nada
—Ya lo verás, te encantará —asegura
—Tita ¿jugarás conmigo? —pregunta Chiara desde atrás Chiara no suele llamar a Dana por el nombre y tampoco como tía porque se le hace más sencillo llamarla “Tita” y Dana no permite que la corrija porque dice que ahora ella tiene un apodo especial, en cambio Dana la llama “Sobri, peque, muñeca, princesa, amor, amore, solcito” entre otros.
