KAOS| Hange Zoë

SEIS

Flashback en cursiva.

La semana había pasado con total naturalidad y la señorita Arlet solo se dedicó a ejercitar su técnica en pintura, después de tanto tiempo su mano había perdido técnica y era algo que tenía que hacer volver.
Nisiquiera se dio cuenta que hoy era miércoles y el sol de mediodía entrante chocaba contra su rostro.

La galería de la mansión parecía una buena idea para pintar ya que entraba la brisa perfecta.

Miraba atentamente el cuatro frente a ella,su estilo coincidía a la perfección con su aura, los tonos cálidos y pasteles de la paleta de colores le daba esa estética tan característica e irónica.

Había asistido a clases de pintura en su juventud, leyendo libros e inspirándose de distintos pintores del momento. Pasó la mayoría de su adolescencia amando el arte junto a su mejor amiga que sí bien se orientaba más al lado de la costuran,siempre acompañó a la pelinegra en sus locuras. Por cosas del destino, simplemente se fueron distanciando y para lo único que (n) volvía a su anterior vecindario, para para ver a su padre.

Aveces veía a su antigua amiga y no tenía la capacidad para volver a dirigirle la palabra.

Mojaba y limpiaba el pincel en el vaso de agua a un costado de la mesa ,tomando otra mezcla verdes para el jardín de su hogar , los árboles si bien no se retrataban exactamente cómo eran, aquella chica tenía un perfecto manejo del color y espacios, ya que son simples pinceladas lograba captar una figura con extrema facilidad. Su ceño y labios fruncidos, totalmente concentrada en aquello y apartado su vista del cuadro cada vez que lo veía necesario.

Parecía que olvidaba todo lo que su alrededor cuando se sumergía en su mundo, ignorando por completo a quién se que pasara por su lado. El hecho que Armin no estuviera, generaba paz en ella.

Cierta castaña, la miraba ya hace varios minutos, sin poder hacer ruido alguno, solo quería verla en paz y metida en ella misma. Totalmente hipnotizada, como si de un ángel se tratará. Sus dedos sostenían el pincel con delicadeza, era una maravilla admirarla, su aura y persona era espléndidamente llamativa. Hange sonreía enbobada, con el libro en su mano, esperando el momento indicado para interrumpirla, pero, no se sentía digna.

Un paso en falso logró que la menor se asustara.

—Señorita Hange —se sorprendió en cuanto la vio y mostró una tímida sonrisa —,¿hace cuanto está observándome?

—No quería molestarla, parecía tan...ida —río de manera consoladora mientras subía unos escalones hasta tocar el suelo de la galería.

La menor se bajo del banco en el cual estaba sentada ,sus pies descalzos tocaron la manera de esta y el vestido blanco de lilo se movió con ella. Quedando frente a frente.

—Lamento venir sin avisar, simplemente pasaba por aquí.

¿Por que mentirle?

Era un hecho de Zoë esperó con impaciencia el miércoles, solo para poder verla.

—No es problema ,me agrada su presencia —respondió de forma sencilla y amable —,¿le gustaría tomar algo?debe estar sedienta.

—Me gustaría ,pero vine de pasada a dejarle esto —extendió el libro de su mano, era de una tapa verde militar y de cuero, un pequeño papel en la cubierta estaba pegado, aunque no se lograba leer con claridad,se notaba lo amarillento y viejo de este tesoro —,mi primer libro de viajes...fue cuando tuve la oportunidad de viajar a China.

Los ojos de la chica simplemente mostraron un brillo y con impaciencia visó las primeras páginas ,sus dedos lucían manchados de la sustancia ya seca ,lo cual le impedía manchar las páginas.Aunque ,si así fuera ,Hange no se haría problema alguno ya que las hojas tendrían su sello y marca ,cubiertas por el arte de sus manos.