QUINSE

1.4K 188 108
                                        

Tw: angst y violencia sexual (no específica) Solo me concretará en pensamientos, no habla sobre como fue y tampoco da detalles. Si es que son sensibles, tienen el derecho a pasarse esa parte.

Tanto pensamientos de (n) como flashbacks en cursiva.

.
.

"No volveré hasta la madrugada, tengo trabajo que hacer.
Llegaré antes que vayas a Orvud. Hasta entonces"

Aquella nota seguía dando vueltas alredor de su cabeza. Simplemente pensaba que era una especie de castigo, lo cual no era tan cierto, solo que su mente solía sobreabalizar las cosas. Tal y como lo estaba haciendo ahora. Es decir, Armin no podía castigarla por ese siempre hacho de dar clases, pero aún así, aunque haya o no haya sido su intención, la hizo sentir insegura.

Parecía tomar todo a pecho.

Suspiró para finalmente terminar de dibujar a Isabelle y Farlan, antes de venir a la playa les brindo un delicioso desayuno de la mano de los mejores cocineros. Al parecer Sasha y Niccolo se vieron conmovidos por los dos y simplemente los trataron como hijos propios.

Soltó una suave risa al ver como trataban de izar el barrilete, para que este caiga inmediatamente por el escaso viento que había.

—¡Me doy por vencida! –se quejó la colorada para acercarse a la chica quién le hizo un lugar en la manta —¿Que dibujas?

–A ustedes –respondió y le entregó el cuaderno, sus ojos se llenaron de brillos al verse retratada. Aunque al pasar las páginas vio como se repetía infinitas veces el rostro de Zoë, haciéndola reír –, Oh,Hum...

El rostro de la Ackerman se vio teñido de un tono carmesí, cada dibujo era peor que el otro. Hasta parecía que había desarrollado cierta fascinación por dibujarla, siempre resaltando sus hombros anchos y nariz aguileña. Aquellos aspectos eran los que más le gustaba de ella.

—¿Quien es? —preguntó Isabelle torciendo su cabeza y achicando sus ojos –¿su amiga?

Asintió suavemente mientas tomaba de su nuca con nervios, Farlan aún en seguía en su intento de montar el barrilete, haciendo que ambas rian en conjunto mientras lo miraban.

—He estado pensando —comenzó a hablar –, podría buscarle a ti a él un lugar para dormir, supongo que debe haber algún orfanato o comedor comunitario.

—¿Por que tanto interés?

—Bueno... —dejó salir una risa para luego verse apagada de inmediato —, mi padre en su infancia también era de la cuidad subterránea, es por esa razón —le resultó extraño el porque lo decía, hasta quizás era un dato innecesario.

—Espere, no lo entiendo, entonces ¿Por que tiene tanto dinero? —aquella chica parecía tan desperada por saber su historia, que movía sus manos con inquietud.

—Yo si, mi padre no —la corrigió, sin embargo la chica seguía confundida —tuve la suerte de casarme con un hombre adinerado, básicamente mi vida cambió por completo. Es ese clásico estereotipo de la pobre que es rescatada por alguien.

KAOS| Hange ZoëDonde viven las historias. Descúbrelo ahora