Ymir miraba con una sonrisa a su amante desde el otro lado de la sala, ella recostada sobre el sofá mientras su quería Historia bordaba, sus pequeñas manos cocían con hilo rojo aquella rosa, siento totalmente paciente en ese tema. No se había percatado que lo estaba haciendo hace ya treinta minutos.
—¿Por que me miras así? —le preguntó subiendo la vista, para lograr que sus ojos conecten —, me asusta.
—Solo estoy admirando a mi chica —dijo con una sonrisa y se levantó, caminando hasta el respaldo del asiento.
La sala de Historia, tenía colores celestes, las paredes se veían decoradas con valiosos cuadros y otras decoraciones, dándole aquella estética tranquila.
—¿Que opinas de Hange?parece agradarle a (n) —preguntó de repente y levantó el bordado para tener una vista completa de éste.
—Parece más que solo agradarle —mencionó —. Aunque, no creo que...
—¿Insinúas que ellas dos podían tener algo? —interrumpió —, apenas si se conocen.
—Me tomó una semana y media enamorarme de ti, Historia, ¿Por que te sorprendería?
—La diferencia es que no estaba casada —aclaró y soltó un pesado suspiro —, nada bueno puede salir de eso.
Ymir totalmente rendida dejó caer su cuerpo junto a la rubia, pasando su brazo por los hombros.
—¿Pensaste en lo que te dije? —Insistió por segunda por en el día, la morena no era una persona paciente.
—Déjame pensarlo más tiempo, por favor —susurró, su cuerpo se desvanecía al simple contacto de su novia. Tomando de la mano que caía a un costado de su brazo y llevándola cerca de sus labios —, dejar a mi familia y huir no es tan sencillo como crees, Ymir.
—Si, una familia que no te representa, ¿ ya viste como te trata tu madre? —frunció su ceño, molesta ante como era el trato de la mujer. Pero lo relajó en cuanto sintió un tierno beso en su mejilla, haciendo cambiar esa expresión por una torpe sonrisa.
Su historia amor, estaba escrita ya hace años y fue enormemente rápido el cómo aceptaron amarse sin rodeos ni miedos. Porque ambas, sabían a la perfección que la persona con la cual querían pasar el resto de sus vidas, estaba frente a sus ojos.
Quedaron así por unos segundos, escuchando el silencio y la respiración de la otra. Para que luego esa obsoluta carencia de sonido se vea teñido por el de sus besos y palabras de amor.
Su cariño y respeto perduró y, eso es lo único que les importaba.
Porque para ellas el amor, era saber que se tenían la una a la otra, sin importar qué.
La figura figura Hange se desvacia entre la noche, mientras la joven la miraba activamente al como se subía al carro y se esfumaba. Al saber que no la tenía cerca, soltó un suspiro de alivio, fueron demasiadas emociones que intentó aguntar hoy y era increíble lo que esa persona generaba en su organismo.
Aún sin poder detectar exactamente cual era el significado de eso.
Su mano tomó el picaporte de su casa, era de noche, y el señor Arlert posiblemente ya estaba en la casa, lo que no se esperaba que apenas cruzar la puerta lo observó cruzado de brazos y una expresión no muy agradable.
—¡Hasta que llegas! —extendió sus brazos al cielo con ironía y los dejo caer bruscamente —, ¿donde estabas?
—Estaba con Hang-
—Vendrá mi familia a cenar —interrumpió —, te lo había dicho, solo que lo olvidaste.
Agachó la miraba con sumión, era la primera vez lo que escuchaba tan enfurecido.
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KAOS| Hange Zoë
Fiksi Penggemar混沌 Donde el amor espera y las tardes de verano se convierte en el frío que abraza sus cuerpos y, en donde el amor entre mujeres es visto como crimen. Siendo juzgado ante los ojos de Dios. Famale Reader! @tedemannzanilla |2021