Supongo que aveces las cosas no salen como las esperamos, verdad Hange? Aveces simplemente planeamos cosas y termina ocurriendo lo contrario. Es tan increíble como con simples acciones, nuestra vida cambia, mi vida cambió desde que me casé con Armin y también, desde que te conocí.
Aquella carta seguía dando vueltas en su cabeza, aquella carta que jamás enviaría o mostraría. Aquella carta que se guardaba profundamente en una caja en su estudio.
—¿Sabes, Armin? —suspiró para acercarse finalmente a él y mirarlo a los ojos, aquellos azules ojos que mostraban cierto enojo —Podrías alegrarte una vez de mi felicidad, sin pensar en la tuya.
Su mano en aquel hombro vestido se deslizó hasta caer, caminando por habitación a pasos lentos, no sin antes mirarlo por última vez se posó sobre la puerta. Las constantes pequeñas discusiones sobre que era lo que debía o no hacer, parecían agigantarse a cada segundo y no importaba cuando lo intentara, seguía sin tener la total confianza en su esposo.
—Si su felicidad depende que yo haga lo que usted quiere, lo siento...pero jamás podré hacerlo feliz, señor Arlert —tomó la puerta y la cerró detrás de ella.
La mansión formó un profundo silencio en todo el largo y ancho de esta. Simplemente invadida por el orgullo, por el orgullo de hombre al no poder aceptar su felicidad, ya que salía totalmente lo que él tenía pensando para su futuro.
—No la he sacado de la calle para que sea institutriz — pensó para si mismo mientras daba vueltas por toda su oficina, era tan grande como la habitación principal.
Definitivamente (n) no era lo que Armin esperaba.
Antes que la chica pudiera cruzar la puerta y finalmente sentir como la brisa chocaba con su rostro, formó una sonrisa. Se sentía bien salir de allí, odiaba ese lugar con todo su alma. Era prisionera de su propia vida y aún trataba de asimilar que jamás tendría la libertad que tanto anhelaba.
Si bien el cielo lucía un tanto gris gracias a las nubes tapando el sol, la ocasión hacia que todo luzca más brillante y hermoso. Alizó la falda que llevaba puesta con sus manos y emprendió camino hasta aquella tienda, Moblit la esperaba.
Como siempre, el recorrido era el silencio y simplemente se limitaba a escuchar el golope del caballo contra el suelo y el de la naturaleza. Su hogar estaba considerablemente lejos de la ciudad y del movimiento, dándole lugar a que puedan rodearse de árboles y arbustos. Aún así con la serenidad, los gritos internos de su corazón seguían arruinando todo, aquel deseo de escapar, aquel sentimiento se estar encerrada tanto física como emocionalmente.
Podría ver a lo lejos aquellas murallas que rodeaban a todo Paradis, parecían ser tan viejas que apenas se sostenían por si mismas.
La simples ansias recorrían su cuerpo sin duda, movía sus pies con inquietud sin poder aguadar un segundo para llegar a aquella tienda. Parecía que hoy sería un día bastante emocionante.
.
.El carro se paró frente a aquel local, viendo fácilmente la figura de Moblit detrás de los cristales, las personas seguían su vida normal y el moviendo en el centro era mucho mayor que antes, se podía escuchar el bullicio y ver a la multitud caminar de forma apresurada. Un grupo de personas se acercaba, cantando, bailando y simplemente llamando la atención de todos con sus llamativos vestuarios. Eran sobre todo colores brillantes, amarillos, verdes y rosados.

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KAOS| Hange Zoë
Fanfiction混沌 Donde el amor espera y las tardes de verano se convierte en el frío que abraza sus cuerpos y, en donde el amor entre mujeres es visto como crimen. Siendo juzgado ante los ojos de Dios. Famale Reader! @tedemannzanilla |2021