K a i r a M o o n.
La vida no fuera tan difícil si no se la complicaran tanto los humanos. Pero no, son tercos y deben de tener más de algún defecto para ser tan estúpidos y sobrepasar sus límites de inteligencia artificial.
—¡Apúrate, cabeza hueca! — Lucy le grita gentilmente, al auto que está delante de nosotras.
El señor se ha quedado en medio del semáforo y esté ya está en verde. Pero su auto al parecer se ha descompuesto y evita el paso a los demás y ha creado una gran línea de autos y motocicletas atrás. Y no, no se le ha descompuesto como tal. Solo tiene que encender el auto, apagar la alarma y ya camina normalmente.
Un señor de afuera se lo ha dicho ya hace unos segundos atrás, pero como dije antes, los humanos se complican la vida y usan su poca inteligencia artificial en otras cosas. Varios autos empiezan a usar su bocina y todos empiezan a desesperarse.
No es divertido estar atascado en un afila a las 11 de la noche un miércoles. Unos vienen de trabajar y quieren ir a sus casas lo más antes posible, los otros van a su trabajo y no deben de llegar tarde y otros vamos a una fiesta, para divertirnos y pasar un buen rato.
—No puedo creer que no pueda hacer lo que el señor le dijo hace un rato — se queja Kate, en el asiento de atrás.
Charlotte, quien viene manejando, aprieta la bocina de nuevo.
—¡SOLO APAGA EL AUTO, LO VUELVES A ENCENDER Y APAGAS LA MALDITA ALARMA! — Lucy, vuelve a gritarle. — Gente estúpida que no debería de tener automóviles.
—Relájate — le hablo—, tenemos tiempo de sobra.
—Me estoy desesperando — se queja.
El auto del señor vuelve a encenderse y por fin se digna a moverse. Lucy celebra frustrada, Kate suspira aliviada, Charlotte niega con la cabeza, divertida, por la actitud de Lucy, mientras que yo sonrío.
—Y por esto, evito que Lucy venga adelante conmigo — Charlotte habla.
Llegamos a la discoteca y Lucy es la primera en bajar y correr hacia la entrada de está. Cierro la puerta del auto y miro a las dos chicas, dándoles una risa por Lucy, ellas niegan con la cabeza. Nos acercamos a la entrada de la discoteca, hay una gran fila de personas esperando a que las dejen pasar.
Pasamos ignorando la gran fila que hay y pasamos directo a la entrada donde hay dos guardias de seguridad, ellos nos miran con una ceja alzada, me paro enfrente de ellos, mientras que mis tres amigas se quedan detrás mí.
—Identificación — pide uno de ellos.
—No necesito mostrarles mi identificación — me bajo los lentos oscuros y los miro fijamente con una sonrisa.
Uno de ellos carraspea con la garganta y se haca a un lado, abriendo la cinta roja y dejándome el paso libre.
—Adelante, señorita Moon — me dice.
Les sonrío, agradeciéndoles y me adentro al lugar, juntamente con mis amigas, mientras escucho a los de la fila protestar. Nos acercamos a una mesa VIP, y nos quedamos ahí.
—Poder de ser una Moon — Kate comenta, divertida.
—¿Ya te he dicho que es un honor ser tu amiga? — Lucy me mira, con una mirada "amorosa".
—Yo no abuso de mi poder — Charlotte imita mi voz, divertida.
—A veces, hay que hacer excepciones — le guiño un ojo.
—Exacto — Kate, chasquea la lengua—, si no fuera por eso, no estaríamos acá por ser menores de edad para estar en clubs.
Mi familia siempre me ha pedido mantener un perfil bajo, cero polémicas, cero apariciones en fotografías de paparazis, a menos que sea autorizado. Siempre me han dicho la importancia de no abusar siempre de nuestro poder, a menos que sea necesario o con importancia. Siempre debemos de mostrar nuestra faceta de familia común y corriente de Alemania.
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Perfectamente imperfectos
Romance°No lo mires directo. *No la toques. °No lo desafíes. *No te le acerques. °No lo gires a ver. *No la busques. La definición de la terquedad en los seres humanos es: el hecho que una persona no tenga capacidad para Flexibilizar su posición ante...