D r a z h a n B i e r s a c k.
Bajo del auto justo en una gasolinera y me adentro a la tienda, busco alcohol, gasas, agua, mucha agua y otras provisiones. El cajero me mira asustado y cada que pasa sus manos por la barra, le tiemblan.
—¿Qué? ¿Nunca viste una persona media muerta? — enarco una ceja con molestia.
Él niega y yo doy una mueca. Le pago y tomo mis cosas. Salgo con rapidez de ahí y me dirijo al auto, paso del lado del copiloto donde está Wynnston. La herida en su brazo es fuerte, el cuerno de ese estúpido animal lo ha atravesado, lo bueno que fue del lado derecho y lejos del corazón. Tal vez quede con el brazo inmóvil un par de semanas.
No se cuento tiempo pase desmayado tirado en la puerta y con la nieve cayendo en mí. peor cuando lo hice ya era de noche, Me encargué para sacar a Wynnston de la cabaña que ya era cenizas, lo subí al auto que de milagro seguía intacto. También subí el cadáver muerto de Aaron al baúl. Manejé hasta salir de ahí.
No, no encontré a Kai, y sé que no la encontraré, él imbécil ese ya la tiene, es lo más probable.
Suelto una maldición y me descargo presionando la herida de Wynnston, si estuviera despierto, me hubiera mandado a la mierda, pero no lo está y me vale una mierda, tal vez así despierta el imbécil esté.
—Despierta, Wynnston, se han llevado a tu niña preferida — murmuro entre dientes mientras limpio su herida.
Mi pecho sube y baja con molestia. Mi cuerpo me pesa y mi cabeza me duele, solo me pase agua por la herida que tengo atrás de la cabeza y nada más.
Cansado, dejo caer mi frente contra la de Wynnston, presiono los ojos con fuerza y me reprendo las ganas que mi estúpido corazón tiene de llorar, me siento solo, solo de nuevo.
—Despierta, por favor, te necesito.
Necesito un plan, y le prometí a Kai, ir con su madre si todo empeoraba, pero...
Golpeo con la palma de mi mano contra la ventana de atrás y me alejo de Wynnston. Escucho un celular sonar y mi ceño se frunce, mi celular no sirve, el de Wynnston, no lo encontré y no tengo ni uno otro más que recuerde.
El sonido del ring tone se escucha a lo lejos, pero se escucha como si estuviera acá. Abro la puerta de los asientos de atrás y miro las mochilas que habíamos metidos antes de todo el desastre. Rebusco en cada una de ellas y no encuentro nada, hasta que queda una que nunca salió del auto, me agacho un poco para tomarla.
La abro y hasta abajo veo el celular y la llamada.
Dice: papá.
Es el teléfono de Kai, el cuál nunca le regresé.
Contesto con rapidez y me lo llevo a la oreja.
—Ven a la dirección que te mandaré, ven lo más antes posible si no quieres que te mate, pedazo de imbécil — y sin más cuelgan la llamada.
Miro la pantalla del celular y luego llega un mensaje del chat del padrastro de Kai y es una dirección.
Al fin apareció el señor, lo estuve buscando por días y ahora aparece insultándome... es tu suegro, tranquilízate.
Rodeo el auto y subo de piloto sin pensarlo, lo enciendo y acelero por la carretera de nuevo, mientras coloco el teléfono de Kai en un lugar donde pueda ver el mapa. Manejo por dos horas, dos largas horas. Manejar por la nieve es complicado, aunque el auto tenga cadenas, lo hace más lento.
La dirección me mandó a un gran edificio que parece abandonado, está en las otras afueras de Hamburgo. Todo el lugar se mira muy abandonado, las ventanas siguen en perfecto estado. Bajo del auto y camino con cautela hasta la entrada principal, no me adentro hasta darme cuenta que el auto esté con llave.
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Perfectamente imperfectos
Romance°No lo mires directo. *No la toques. °No lo desafíes. *No te le acerques. °No lo gires a ver. *No la busques. La definición de la terquedad en los seres humanos es: el hecho que una persona no tenga capacidad para Flexibilizar su posición ante...