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K a i r a M o o n.

Entro rápidamente a la empresa, mi falda de paletas se mueve dramáticamente a la hora que me muevo a los lados en busca de alguien. Camino hacia el elevador, apacho el botón y la puerta se abre, me adentro y la puerta se cierra. Llego al nivel siete y salgo del elevador.

Camino rápidamente hacia la oficina, los guardias de seguridad de los alrededores me miran fijamente por mi apuración. Enciendo mi celular y lo coloco enfrente de una pantalla que está a la par de la puerta antes de entrar. Eso es para que el sistema de seguridad sepa quién soy y que estoy en la empresa y me permita abrir la puerta de la oficina de mi primo.

Un ruido se escucha en la cerradura de la puerta y eso significa que se ha abierto, abro la puerta y adentro a la oficina, la puerta se cierra automáticamente. Paro de caminar, paro de golpe al verlo sentado casi encima de su escritorio, está leyendo una carpeta de algo. Eleva la vista al notar mi presencia y esboza media sonrisa.

—Kai — me saluda, cerrando la carpeta.

Mis ojos se abren en par un poco, al notar que tiene un moretón en la mejilla derecha, el recuerdo del golpe que le metió Gilbert pasa por mi cabeza y aprieto levemente las manos en un puño. Trato de esbozar media sonrisa. ¿Se acordará de algo?

—¿Qué te paso en la mejilla? — le pregunto, tratando de que mis nervios no se noten.

—Oh, sinceramente no sé, no me acuerdo haberme golpeado o tener una pelea, pero seguramente me golpe con algo — mueve la carpeta levemente.

—Oh, que mal — hago una leve mueca y empiezo a acercarme a él.

—¿Pasa algo? ¿A qué has venido? — pregunta— no mucho vienes por acá.

—Bueno, tenía una pregunta — me acerco a él—, sobre lo Biersack.

Miro disimuladamente a los lados de la oficina, en busca de algo, una cámara o algo que tal vez, Drazhan allá agregado acá, porque sinceramente no sé si hay y si hay no las puedo ver.

—¿Biersack? ¿Qué pasa con ellos? — frunce levemente el ceño.

—¿Sabías que uno de los nietos se llama Drazhan? — pregunto.

—Sí, ¿por qué? — frunce el ceño aún más, dándome una mala mirada.

Sinceramente no sé qué decirle, ni porque se lo he mencionado, una parte de mi quiere decirle sobre lo que paso, pero solo a él, pero Drazhan me ha amenazado muy sutil mente. Y tengo miedo que se entere que se lo he dicho y esto termine peor.

—Kai — me sentencia con la mirada —, no me digas que —

—¿Qué? No he hecho nada — me hago la ofendida.

—Sé que te gustan las personas como ese tipo — hace una mueca.

—Define: como ese tipo — pido, inocente.

—Mucho más grandes que tú, altos, tatuados, malos, todo eso, su aura — comenta.

—Eso no es cierto... Lucas, no es tan mayor que yo, nos llevamos dos años — digo algo obvia.

Lucas alza una ceja y me da una mirada molesta.

—¡No! No me refiero a que me guste o quiera algo con él, Dios no, es nuestra competencia, ex competencia, es nuestro enemigo y no, ni lo conozco y nunca lo he visto y tampoco lo quiero conocer — comento rápidamente, muy rápidamente.

—Entonces, a que se debe está pregunta — cuestiona.

—Nada, para saber si sabias, y si tienes alguna información sobre él y que me puedas decir para tener más cuidado — me muevo a los lados.

Perfectamente imperfectosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora