-¡Emergencia! ¡Emergencia! ¡Emergencia! ¡TaeTae tá triste, repito, TaeTae Hyung tá triste! -susurró en voz fuerte el chiquillo mientras jugaba con sus juguetes de soldados, parecidos a los de esa famosa película de juguetes habladores. - ¡Tenemos que preparar una misión, comandante! -esta vez hizo una voz más aguda a la de antes, simulando ser una persona diferente.
Después de que el muchachito se alimentó con la comida que su niñero distraído le preparo, éste mismo le dió la fantástica idea de que si no tenía pendientes escolares, se pusiera a jugar un rato con sus juguetes, y bueno, como el buen niño de cinco años que era, SooBin no pudo evitar asentir ante la idea e ir a su cuarto a jugar con sus muñecos. Aunque, probablemente TaeHyung ni siquiera se imaginaba que, prácticamente, mando al chiquillo a hacer una estrategia muy elaborada de batalla.
Claro, está "estrategia muy elaborada de batalla" no era más que la dulce idea de un niño de ayudar a sus seres queridos a ser felices. Así que, muy seriamente, el niño continúo con su plan de batalla. -¡Ya lo sé, coronel estrellita! ¡Pero no tengo idea de cómo hacer sentir mejor al aliado TaeTae! -respondió agitado, diciendo los rangos que recordaba y sabía. Ahora, haciendo otra vez esa voz aguda comentó: - ¿Cómo puede ocurrir eso, capitán malvavisco? -oh, oh, al pequeño se le olvidó que en realidad era comandante, no capitán, pero bueno, la intención es la que cuenta - ¡Usted es nuestra... Nuestra inteligencia!
¿Cómo surgió la fantástica idea de juntar soldaditos para crear una estrategia para hacer feliz a TaeHyung? También me gustaría saberlo, sin embargo, SooBin sí que se tomaba en serio su papel de comandante/capitán -lo que requiera la situación- malvavisco y su otro personaje de coronel estrellita. En serio, el niño estaba intentando idear todo un plan para poder hacer feliz a su niñero, tan tierno.
De esta manera el niño siguió esforzándose para crear un plan mientras seguía jugando, intentado buscar una solución en esos soldaditos chiquitos verdes que su madre -según su padre- le había regalado alguna vez.
° ° ° 👔 ° ° °
Apenas el niño desapareció de su vista, TaeHyung prácticamente se desplomó en la mesa en donde antes había estado con SooBin, demasiado cansado emocionalmente como para ponerse a pensar que, tal vez, su actitud no era para nada profesional en estos momentos y eso lo hacía sentir fatal, especialmente porque incluso un niño de cinco años había podido notar que en estos días él no era la persona más estable emocionalmente hablando. Dió un suspiro derrotado contra la mesa, luego se dió suaves golpecitos contra ella y después volvió a su posición en la que parecía un globo desinflado, tratando de mentalizarse para cuando viera el rostro borroso de sus recuerdos pasar por esa maldita puerta y decirle que ya había llegado de su trabajo.
-¿Qué haré...? ¿Qué haré...? -lloriqueaba mientras en su mente tenía una idea muy presente.
Renunciar.
Renunciar y despedirse de SooBin para después largarse a un país europeo con mucha vegetación para vivir en una aldea parecida a la de ese protagonista de esa famosa trilogía de un señor de los anillos. Sí... Probablemente estaba idealizando mucho su idea principal -que, de forma clara y cruda, era solo renunciar y despedirse de SooBin. Lo del país europeo pues... Deseos subconscientes, supongo- pero es que, ¡Él realmente ya no sabía qué hacer!
¿Renunciar para protegerse a sí mismo y a su salud mental? O ¿Seguir viviendo esa tortura emocional llamada "primer amor fallido"?
No era broma cuando TaeHyung decía que podría ponerse a llorar como un bebé si volvía a ver esa foto -especialmente linda- de JooHyun con SooBin chiquitito en sus brazos, lo decía en serio. Y bueno, tampoco le gustaría mucho que JungKook, su jefe, le viera vulnerable y menos le gustaría que SooBin le viera aún más triste.
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¡Papá! ||| KookTae
FanfictionJungKook, un hombre de veintiocho años, viudo y con un precioso hijo de cuatro años viviendo solos en una pequeña casa que tenía todas las comodidades. No había ningún problema en realidad, todo estaba en orden en la vida de Jeon hasta que surge un...