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TaeHyung empezó a reír de manera nerviosa ante la repentina pregunta de JungKook, quién lo veía con seriedad esperando a que terminase de reír.

-¿Qué dices...? -agradeció mentalmente cuando escuchó su voz salir con fluidez y no quebrada por las increíbles ganas de llorar que estaba sintiendo.

JungKook suspiró. -Yo te regalé ese collar cuando cumplimos siete meses, ¿No es así?

-Y-Yo... Yo...

Esto definitivamente no era lo que tenía planeado cuando decidió seguir el plan de su mejor amigo para atraer las memorias de JungKook; definitivamente no. Él, sinceramente, esperaba que su jefe pasará de largo el collar y no se diera cuenta de nada.

Sí, muy en el fondo de él, o tal vez no muy en el fondo, una parte de sí mismo no quería tentar a su suerte y que resultará que su primer amor si lo recordaba.

-TaeHyung, contesta.

-Y-Yo... -miró hacia los ojos oscuros del hombre en frente de él que lo observaba fijamente, rindiendose y decidiendo tentar totalmente a la suerte. - Sí... -apenas afirmó la pregunta anterior bajó la cabeza, sin saber qué hacer o decir.

JungKook se petrificó en su lugar sin saber qué hacer. Pudo sentir de manera inmediata como su cabeza encendía la alarma roja que indicaba posibles problemas y todas las soluciones ante estos explotando en su mente; casualmente, todos, absolutamente todos los problemas estaban relacionados con el niñero de su hijo; con su primer amor.

Ahora era él quien empezó a reírse de manera nerviosa, tirándose totalmente en el sofá para mirar hacia el techo sin tener la valentía para ver a TaeHyung. Tenía veintiocho años, estuvo casado con la mujer que amo por cuatro años, tuvo un hijo y tristemente fue viudo al año de su nacimiento atravesando una gran tristeza que hace apenas supero, ¿Y ahora no podía enfrentar al chico que era protagonista de su primer amor? Dios, alguien salveló.

-TaeHyung... -el mencionado lo miro de reojo, también sintiéndose abrumado al tener que enfrentar tan rápido esa situación. - Esto... ¿Es en serio? -hablaba nervioso sin dejar de mirar al techo.

-P-Puedes despedirme si quieres p-pero por favor déjame decirle adiós a SooBinnie... -su voz sonaba totalmente rota y grave gracias a las insesantes ganas de llorar que sentía. Él no sabía que podía pasar después de esto, pero lo único que sabía era que no quería que SooBin saliera perjudicado de ninguna manera.

JungKook por fin lo miró cuando terminó de pronunciar esas palabras. -¿Qué? Dios, espera... Esto es tan... - y en el momento más inoportuno que pudo haber, el sonido del timbre sonó más fuerte de lo habitual en ese ambiente tan incómodo, interrumpiendo sus palabras.

TaeHyung simplemente ya no podía estar ni un segundo más en ese lugar o sino terminaría llorando como un bebé y definitivamente eso era lo que menos quería hacer. Hace nueve años quizá y se hubiera soltado a llorar en los brazos de ese hombre sin dudarlo, pero ya eran nueve años después y lo que menos quería era humillarse de tal forma ante él. Así que, sin dudarlo, se levantó de golpe del sofá asustando en el proceso a JungKook, caminó rápidamente hacia la puerta y la abrió de golpe, dejó salir el aire que no sabía que estaba conteniendo abrumado por la persona en frente de él.

Jeon no dudo en ir por el niñero, sabía que gracias a mil mal entendidos TaeHyung se había quedado con una imagen nefasta de él, quería tener esa plática que tanto necesitaban cuando eran adolescentes y recién habían terminado, tener esa plática que seguramente hubiera deshecho todos los mal entendidos de la época.

-¡TaeHyung, espera!... -se plantó detrás de él, esta vez, sin entender que tenía tan sorprendido al niñero. Pronto lo descubrió cuando lentamente asomó su cabeza y miró al hombre afuera de su casa. -¿SeokJin...?

¡Papá! ||| KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora