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Eran las seis y media de la mañana con el frío del naciente invierno calando en sus huesos mientras espera pacientemente afuera de la puerta. Su fiel compañera, la mariposita azul, más conocida como Suzy, no le había fallado ese gélido día y se encontraba revoloteando a su alrededor.

- Tae... Gracias por venir. -una voz lo saco de su ensoñación con la mariposa. - Ven, pasa. Debe de hacer mucho frío allá fuera.

JungKook se hizo a un lado para dejar que TaeHyung pasará al cálido interior de su hogar, eso sin antes echarle una miradita al bello insecto que últimamente era protagonista de sus sueños. Cerró la puerta tras de sí y se acercó al niñero, quién se encontraba quitándose su abrigo con elegancia.

-Perdón por las fachas con las que te he recibido... - dijo avergonzando dando alusión a la pijama que traía puesta en esos momentos.

Siempre le había recibido con una elegante camisa blanca y botones desabrochados, ahora que lo recibía con "su pijama" -en realidad, había dormido solo con un pantalón de chándal pero cuando escuchó el timbre de la puerta, con rapidez, se puso una camisa algo vieja que tenía por ahí- suponía que era un gran choque a lo que estaba acostumbrado TaeHyung en ver en él.

-No te preocupes, JungKook... - dijo con suavidad a la vez que negaba. ¿En serio le estaba pidiendo perdón cuando se veía como un Ángel con esas "fachas"? - ¿Por qué me haz llamado tan temprano? ¿Ha ocurrido algo con SooBinnie?- preguntó con preocupación.

-Sí... SooBin pescó un resfriado desde el sábado por el cambio de clima, o eso fue lo que me dijo el doctor. - informó. Su mano derecha se pasó por su desordenado cabello azabache para desordenarlo aún más. - Lo había llevado al parque en la tarde, muy bien abrigado, pero en la noche se empezó a sentir mal.

TaeHyung siguió los pasos de JungKook con sus ojos hasta que lo vio dejarse caer en el sofá más grande mientras echaba su cabeza hacía atrás en busca del respaldo del cómodo mueble. Con un suspiro algo prolongado lleno de preocupación, se acercó hasta quedar a lado de la cabeza del mayor, cuidadoso se fue apoyando levemente en el respaldo para poder "sentarse" en el sofá.

- ¿Está dormido? - preguntó refiriéndose a SooBin. JungKook asintió. - ¿Tú has dormido? - JungKook, está vez, negó. -Para tu trabajo faltan dos horas, ¿No? - el padre asintió aún sin abrir sus ojos. - ¿Que te parece si vas a descansar y te despierto cuando sea la hora?

-No, no... Tengo que cuidar a SooBin. -dijo intentando levantarse del sofá pero falló gracias al cansancio de ya hace días.

-En la llamada habías dicho que si podía venir acá para ayudarte a cuidar a SooBin - recordó - ¿No es así?

Jeon estaba más dormido que despierto, su sonrisa somnolienta y el leve movimiento de su cabeza afirmando la pregunta lo indicaban. TaeHyung se levantó de su asiento improvisado con una sonrisa entre juguetona y llena de ternura al ver otra nueva faceta de su jefe, rodeó todo el sillón hasta pararse en frente de él y tomarlo por uno de sus brazos para intentar levantarlo, pero Dios mío, ese hombre comía ladrillos porqué por más que quisiera no podía levantarlo. Esta vez, se había encorvado para pasar el brazo derecho de JungKook por su cuello mientras que él rodeaba su cintura con su brazo derecho. Tomó una bocanada de aire y alzó a JungKook, por fin levantandolo del sofá.

Lo más difícil del trayecto del sofá a la habitación del Jeon mayor, fue sin duda, las escaleras. Apenas habían avanzado dos escalones y JungKook casi se le caía de boca, diez escalones avanzados y un quejido lastimero había salido de su boca; definitivamente, él no tenía la fuerza suficiente para cargar cosas muy pesadas. Cuando por fin llegaron al final de las escaleras, lo único que tuvo que hacer fue, prácticamente, arrastrar a JungKook hasta su cuarto, el cual no fue nada difícil de encontrar ya que conocía todas las habitaciones de la casa menos la de JungKook, claro está.

¡Papá! ||| KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora