¡Papá! ||| KookTae

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Sinceramente, cuando TaeHyung le dijo a JungKook que se fuera a su trabajo y él se alejó sin esperar su respuesta, jamás espero que sus pies de manera inconsciente lo guiarán al parque en donde todo empezó y... Todo terminó. Algo que era... Ciertamente, bastante triste.

Sin embargo, estaba muy sorprendido de sí mismo por aún recordar la dirrección de ese lugar.

No podía decir que el parque era el mismo de aquel entonces, no, para nada. Ahora con sus memorias revividas, puede recordar que el día en que toda su historia con JungKook dió inicio, nevaba y él tenía un frío horrible porque se le había ocurrido salir de casa sin un abrigo en medio de su arrebato de molestia gracias a la pelea que estaba teniendo con su familia, y en medio de su soledad apareció un chico de ojos tan brillantes como las estrellas que le había dado su suéter para cubrirse del frío aunque fuera un extraño para el otro. También recuerda que en ese entonces no había tantos árboles como los hay hoy en día, incluso podía decir que el único árbol bonito y frondoso que tenía ese lugar hace nueve años atrás era, irónicamente, el mismo árbol en donde terminaron a TaeHyung.

De hecho, es ese mismo árbol que él esta buscando con su mirada, pensando que posiblemente ese árbol ya no existiera después de tanto tiempo, porque bueno, el parque podría seguir siendo el mismo, ¿pero su vegetación la sería? Tal vez sí, tal vez no, pero la probabilidad de que ya no sea la misma era algo alta.

Probablemente, la vegetación y, en todo caso, las personas tampoco serían siendo las mismas de hace diez años. Era lógico, ha decir verdad. Por eso, mientras sus pasos se dirigían no al árbol frondoso de su pasado, sino a unos columpios aparentemente nuevos, se preguntó por qué estaba en ese parque después de tantos años en los que ni siquiera se le había ocurrido visitarlo.

Se dejó caer en uno de los columpios, notando que no había mucha gente ese día en el parque
—tal vez se debiera a que eran cerca de las ocho de la mañana y ningún alma saldría a esas horas a un parque, pero no es necesario entrar en detalles sobre esto—. Apenas tocó el columpio, pudo percatarse del típico nudo formándose en su garganta por intentar retener el llanto, y de nuevo se sintió frustrado por su estado emocional tan sensible.  Últimamente, lloraba tanto y tan seguido, que empezaba a presentir que en algún momento ya no tendría el líquido suficiente para llorar. Así que, demasiado frustrado y cansando como para retenerlas, se dejó llevar a él y a sus lágrimas que salían silenciosamente de sus ojos a la vez que empezaba a moverse con lentitud en el columpio.

Tal vez había muchas posibilidades de que se viera raro o inmaduro que alguien de la edad de TaeHyung estuviera balanceándose en unos columpios a los ojos de las pocas personas que había en el parque pero, ¿Qué más daba? Esa gente no lo conocía a él y él no los conocía a ellos, así que se permitió este pequeño arrebato suyo.

Y, siguiendo la misma costumbre que ha tenido desde que tiene memoria, TaeHyung habló para sí mismo en voz baja mientras se balanceaba en el columpio: —Esto ya no está bien...

Lloriqueo ante el recuerdo cercano de SooBin apretandole con suavidad el cuello mientras escuchaba a su padre y a él tener una pequeña discusión. No, eso no era algo que SooBin debía ver o escuchar. Ese niñito no tenía que verse involucrado en un asunto que dos adultos disque hechos y derechos no han podido solucionar por sus propios pasos, pero en cambio, sí se vio involucrado al final.

—Carajo... —susurró, llevo sus manos a sus ojos para limpiar esas odiosas lágrimas—Esto no debía salir así...

Posiblemente, se estaba viendo como un tipo extraño que murmuraba cosas sin sentido aparente y aunque lo tuviera, sería difícil comprender que quiere decir, pero esa perspectiva solo la tenía gente externa del problema, por ejemplo ese tipo que acaba de pasar corriendo a unos dos metros de él y se le quedó mirando de reojo, esa persona no tenía ni idea que dentro de TaeHyung todo era un caos, y sin embargo, dentro de ese caos empezaba a ver con  claridad las cosas.