JiMin estaba estupefacto, no podía creer la escena que estaba teniendo frente a sus narices, y, tampoco podía creer la situación en general. Él solo había ido a recoger a su sobrino, y regreso con el mismísimo hijo de JungKook; sonaba tan irreal que podría reír, si tan solo su mejor amigo no estuviera teniendo una escena de lo más emotiva con aquel chiquillo de ojos brillosos.
Él, como el espectador que era -junto con YeonJun, porque sí, ambos estaban atentos al chisme emotivo que tenían enfrente-, pudo presenciar en primera fila como TaeHyung casi se pone a llorar con SooBin en brazos mientras se disculpaba por haberse marchado sin siquiera darle una despedida digna; en realidad, ambos jóvenes estaban a nada de sumirse en un llanto cargado de las múltiples emociones que habían sentido en los últimos días.
A pesar de estar demasiado consternado como para digerir la información de que SooBin era el hijo de JungKook, JiMin no podía negar ese sentimiento de ternura que se apoderó de su corazón cuando vio a su mejor amigo "arrullar" al niño en sus brazos mientras le murmuraba lo mucho que lo había extrañado.
Verlos abrazados era como sentir que todo estaba bien, que todo estaba en orden.
-Perdóname por irme sin avisarte, Binnie -le murmuró por quinta vez al chiquillo, dándole caricias en su cabello-. Te extrañe mucho, niño bonito -su tono de voz paso de ser algo lúgubre a cobrar vida con un aire juguetón, y junto a esto, sus manos atacaron sin mucha fuerza las mejillas del niño, pellizcándolas.
Aunque no pudo explicarle correctamente como fue que sucedieron las cosas para que tomara la decisión de irse sin despedirse de él, TaeHyung hizo todo lo posible para que se pudiera entender que jamás fue su intención lastimarlo, pero, aun así, debido a las circunstancias era necesaria la separación o si no, seguramente las cosas habrían acabado muy mal para todos.
-Entonces, ¿no fue por mí, Hyung?
Aquello se lo murmuró con unos ojos acuosos y un tono quebradizo, que estaban junto a un imperceptible brillo de ilusión que pintaba sus orbes, como si le estuviera pidiendo en silencio que negara su pregunta, que jamás fue él la razón de marcharse del hogar de los Jeon.
Era ahora que TaeHyung se arrepentía de haber creído que lo mejor era marcharse sin una despedida, creyendo de manera estúpida que eso sería lo mejor para el niño, o incluso para él mismo, pero... Fue justo en ese momento, en esa pregunta, que TaeHyung se pudo dar cuenta del grave error que cometió al haberse ido sin siquiera una explicación, logrando que el niño creara escenario tras escenario negativo sobre la posible razón de su adiós silencioso. De alguna manera, el niñero había sido la musa de las inseguridades del pequeño y, lamentablemente, apenas se daba cuenta de esto.
Con el corazón en la mano, trató de calmar las inquietudes del infante.
-No, cariño, jamás fue por ti -le aclaró-. Yo me encontraba algo mal, así que tu papá y yo decidimos que era mejor tomarme un descanso, eso es todo.
Curiosamente y sin que TaeHyung lo supiera, tanto él como JungKook coincidieron en la excusa para el niño, lo cual hizo que por fin SooBin eliminará todas sus dudas sobre el abandono de parte de su niñero. Ahora que lo había escuchado desde la boca del propio TaeHyung, su corazón se encontraba más tranquilo, lo que fue más que suficiente para que Binnie recostara su cabecita en el pecho ajeno y así, con la calmada melodía que le ofrecían los latidos de TaeHyung se relajó bajo el pensamiento de que, por fin, su segunda persona favorita estaba a su lado. De nuevo.
Fue así que, gracias a los tarareos que le daba su querido niñero, SooBin ya estaba medio dormido cuando entre sueños vio a su agitado padre acercarse a ellos. Inmediatamente todo el sueño se marchó de su pequeña persona y, con un grito y un salto emocionado, fue que se acercó a su padre para abrazarlo como si no lo hubiera visto en años. Tal vez solo habían sido minutos, bastantes minutos, pero para ellos se sintieron como años de separación.
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¡Papá! ||| KookTae
FanfictionJungKook, un hombre de veintiocho años, viudo y con un precioso hijo de cuatro años viviendo solos en una pequeña casa que tenía todas las comodidades. No había ningún problema en realidad, todo estaba en orden en la vida de Jeon hasta que surge un...