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TaeHyung, de manera inconsciente, dejo salir una temblorosa respiración al escuchar como JungKook no lo recordaba ni siquiera un poco. Entendía que habían pasado nueve años desde ese fatídico día en el que su relación terminó, era casi una década después, pero aún así pudo sentir como esa crucial pieza en su corazón que lo mantenía unido caía al oscuro abismo al oír tal confesión.

—¿Por qué lo preguntas? —JungKook lo miró con extrañeza.

Nadie de la había preguntando el significado de su preciado reloj plateado entonces, ¿A qué venía la pregunta?

—¿Curiosidad? —agradeció mentalmente que su voz, esta vez, haya sonado estable y neutra. Su jefe lo miró con confusión a lo que suspiró sin saber que decir.

Jeon quería hablar con el rubio pero el sonido del timbre de su casa se escuchó por todo el silencioso hogar. Frunció el ceño sin entender porqué alguien llamaría a su puerta a las nueve de la noche si nunca antes había pasado eso. Intercalo su mirada entre la puerta y TaeHyung, dándose cuenta que el niñero se estaba levantando del sofá.

—¿Hoy vienen por ti? —preguntó una vez que unió todos los cables en su cabeza y cree que entendió el porqué del llamado a su puerta a tal hora.

Y ahí va otra vez, un TaeHyung sin mirarle ni un poco. ¿Acaso tenía algo en la cara que SeokJin no le había dicho antes de regresar a su casa?

—S-Sí... Hace rato llamé a un amigo para que viniera por mí, ya sabes, no me siento muy bien... —
TaeHyung abrió de más sus ojos al darse cuenta que se había echado de cabeza cuando antes había dicho que se sentía bien. JungKook lo miró con una ceja alzada a la vez que se levantaba del sofá.

—¿No qué te sentías bien?

—¡No quería preocuparte! —dijo con rapidez y con los nervios consumiendole poco a poco.

Sus manos nerviosas apretaron el abrigo largo beige que, anteriormente, había tomado del sofá más pequeño que estaba a lado cuando vio como el azabache se acercaba aún más a él; invadiendo su espacio personal, sentimental, emocional y todo lo que terminará en "al".

JungKook se acercó con lentitud a TaeHyung, de forma inconsciente sus cuerpos quedaron muy juntos de sí, prácticamente lo único que los separaba como tal era el abrigo que estaba siendo apresado por las manos inquietas del niñero. Sus rostros también quedaron muy cerca, tanto que incluso podía sentir la intranquila respiración de Tae chocando contra su cuello al ser un poco más alto que él. El rubio alzó con duda su mirada, topandose la oscura y brillosa mirada de su jefe observándolo finalmente.

—No me mientas cuando te encuentres mal, Tae. —susurró cerca del oído del menor, pudo apreciar el leve temblor que sacudió el cuerpo del contrario.

TaeHyung lo miró con la sorpresa pintando en sus ojos, trataba de decir algo pero su boca y su cerebro no se coordinaban; el pobre había recibido demasiada información aquel día como para que venga su jefe y lo alteré de tal manera. Nuevamente, el sonido del timbre sonó por todo el hogar, sacándolos a ambos de esa extraña burbuja que se había hecho alrededor de ellos después de ese extraño momento.

—Y-Yo... Ya me voy. —habló con torpeza, se alejó de golpe del azabache y camino a pasos largos a la puerta con JungKook siguiéndole por detrás.

Jeon, como siempre, alcanzo a abrirle la puerta antes de que él siquiera alcanzará el pomo de ésta. TaeHyung pasó a su lado con la cabeza gacha aún maltratando el precioso abrigo largo que había traído desde hace varios días, JungKook se apoyó en la puerta justo cuando el menor salió de su hogar viendo a la persona que esperaba detrás de ella.

¡Papá! ||| KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora