Podía sentir los pasos acelerados que le perseguían detrás de él, oía con ansiedad los horripilantes apodos hacia su persona, miraba de manera borrosa el frente gracias al temor que sentía al ser acosado por ese grupo de hombres detrás de él. Tenía miedo, lo único que podía hacer era correr y correr pero... ¿Por qué parecía que ni siquiera se movía un centímetro?
-¡Oye, ramera! ¿Por qué corres? -Tae miró con horror sobre su hombro al hombre que reía como desquiciado detrás de él. - ¿Qué miras? ¿Te gusto? - los gorilas que iban a su lado persiguiendole se rieron como si acabaran de escuchar el mejor chiste del mundo.
Tenía demasiado miedo, ¿Ya lo había dicho?
Sus piernas temblaban, temía no poder seguir corriendo y no haber encontrado un lugar que le otorgará un poco de seguridad. Desde que el chisme se había esparcido por toda la universidad, recalcando solo su nombre, un gran porcentaje de personas lo habían empezado a acosar de manera verbal y física; los insultos, las miradas de asco, vocecillas criticandole, incluso golpes se habían convertido en el pan de su día a día.
En estos momentos le hubiera encantando poder acurrucarse en esos fornidos brazos que antes le protegían; pero como dijo, antes.
TaeHyung sollozó, sintiendo como las fuerzas y voluntad se le iban poco a poco gracias al cansancio tanto físico como mental. Sentía que llevaba corriendo en ese largo pasillo una eternidad, sin nadie que le guiará. Pero justo cuando estaba por darse por vencido, una puerta, sin hacer mucho ruido, se abrió a su costado y una mano chiquita y regordeta tomo la propia y lo jalo hacia el interior, perdiendo a los hombres que antes le perseguían.
Unos brazos delgados pero fuertes le sostenían apresandolo contra un pecho que creía conocer, una mano se mantenía tapando su boca para evitar que saliera algún sonido indeseado y que los chicos que merodeaban en frente de la puerta no los descubrieran. Era de película de terror estar escondido en una habitación bastante pequeña -juraba que era el sitio de mantenimiento- mientras veía por ese cuadro de ventana borrosa ver pasar a esos locos que lo acosaban.
-¿Si quito mi mano no harás ningún sonido? -la voz suave de su mejor amigo se escuchó en susurro detrás de su oído. Aunque lo presentía, se alivio de sobremanera de confirmar que la persona que tenía a sus espaldas era JiMin. Negó de manera suave y en breve la manito de su amigo fue quitada de su boca. -Hay que quedarnos aquí hasta que se vayan.
TaeHyung asintió. Se sentía tranquilo teniendo a su mejor amigo a su lado, prácticamente protegiéndole.
Pero la tranquilidad era una sensación de un suspiro.
La puerta fue abierta de golpe dejando ver al hombre que le seguía acosando con los otros gorilas detrás de él, todos viéndolos con atención. TaeHyung chilló con horror al sentir unas manos tomar sus muñecas y jalarle hacia fuera, quitando de su lado a su mejor amigo.
-¡TaeHyung!
-¡TaeHyung, despierta! -el rubio fue abriendo con lentitud sus ojos, ubicando de manera borrosa a su primo al lado de él, quién lo había parado de sarandear al verlo despertar. -¿Est- -de pronto la puerta de la habitación fue abierta, dejando ver a un Hoseok bastante preocupado entrar a la pieza.
-¡TaeTae! -el azabache se acercó con rapidez a la cama, en donde seguía un rubio bastante confundido y con los ojos llorosos, no sabiendo exactamente si es por recién acabar de despertar o por la pesadilla. -¿Ya estás mejor?
SeokJin sonrió con suavidad al ver a su novio, causándole un poco de ternura viéndolo tan preocupado. Después de TaeHyung se quedará dormido, Jin no había sido capaz de abandonar la vivienda sabiendo el estado que tenía su primo, así que sabiendo que a él no le molestaría en absoluto -ya que él y Hoseok se llevaban de maravilla, como si de hermanos se tratase- llamó a su novio diciéndole un pequeño resumen de lo que había ocurrido, al poco tiempo de la llamada éste había llegado al departamento dispuesto a cuidar de ambos Kim si era necesario.
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¡Papá! ||| KookTae
FanfictionJungKook, un hombre de veintiocho años, viudo y con un precioso hijo de cuatro años viviendo solos en una pequeña casa que tenía todas las comodidades. No había ningún problema en realidad, todo estaba en orden en la vida de Jeon hasta que surge un...