Renunció.
Finalmente renunció.
Un extraño sentimiento se alojó en su pecho mientras abría la puerta de su departamento, sus manos aún temblando levemente gracias a la situación anterior que había puesto sus emociones al límite. Realmente había estado tan estresado, tan al límite está semana, que ahora que finalmente se podía relajar su cansancio decidió darle un abrazo de bienvenida sin siquiera pensarlo dos veces.
Cerró la puerta tras de sí, extendió una de sus manos y presiono algún botón para que su departamento se iluminará. Siempre había vivido solo, a menudo tenía gente visitandole y quedándose a dormir con él -por ejemplo, SeokJin y su novio o JiMin- pero al final del día, siempre se quedaba solo en su pequeño pero cómodo departamento, sin embargo... Esta vez lo vio y sintió tan solo el lugar, tan frío y abandonado, que su corazón sintió ganas de llorar ante esta sensación.
Pero en realidad, ¿Era su departamento el que se sentía solo o... Era él mismo?
TaeHyung suspiró, tiró sus llaves en alguna mesita cerca de la puerta y caminó a pasos pesados a su habitación, sintiendo que fue una idea estúpida haber prendido la luz si claramente iba a ir directo a descansar; aún con este pensamiento, no hizo el amago de volver y apagar las luces, él siguió su rumbo sin molestarse ante la posible elevación de costo en su factura de la luz. Abrió su cuarto y automáticamente pudo sentir una sensación de seguridad y comodidad invadiendole, como si su habitación fuera su único refugio al que podía llegar después de una espantosa lluvia. En cada paso que iba dando para llegar a su cama, se iba quitando sus zapatos y su abrigo beige, solo quedando vestido con una camisa holgada y unos jeans apretados pero no incómodos, para luego tirarse boca abajo en su cama, hundiendo su cabeza en el colchón.
Duró algunos segundos así para luego dejar salir un gritito contra la cama en un intento de desahogo. Cuando sintió que funciono y que su respiración se iba acortando cada vez más, TaeHyung levantó de nuevo su cabeza y apoyo su barbilla en el colchón, viendo espectante la ventana que estaba en su habitación alumbrando cálidamente con una luz blanca gracias a la iluminación de la luna. Por esto mismo, el cuarto no estaba tan oscuro y su mirada almendrada fue capaz de observar un papelito algo arrugado que descansaba en el buro que estaba al lado izquierdo de su cama.
Su curiosidad salió a relucir y con unos movimientos parecidos a las de una oruga, pudo extender uno de sus brazos y alcanzar el papelito. Antes de abrirlo, pudo sentir un presentimiento de que iba a llorar si abría la hojita, sin embargo, no le prestó atención y sus delicadas manos desdoblaron el papel, enseñándole un tierno dibujo de un niño de cuatro años que mostraba a una familia feliz agarrada de las manos.
Y efectivamente, los ojos de TaeHyung se empañaron al ver este dibujo tan bonito, porque esta vez sí pudo apreciar los detalles de este garabato. Por ejemplo, esa sonrisa cuadrada que tenía unos de los muñequitos para hacer referencia a él, una linda mariposita azul que flotaba al lado de la familia, a un niño hecho de palitos con una expresión feliz en su rostro con una florecita en una de sus orejas y un hombre algo robusto pero con un par de orejas de conejito también hacía de protagonista para interpretar, a quién suponía, debía de ser JungKook.
Dios, ¿cómo pudo haber maltratado este dibujo cuando SooBin se lo dió?
El dibujo era tan bonito que hacía que quisiera llorar, en serio. Esto solo le hacía sentir un arrepentimiento severo de no haberse despedido de SooBin y de haberlo dejado así como así, sin una mínima explicación de por qué se va.
Sentía que ese niño, aunque no lo pareciera, era el que más sufría por esta situación. Era un muchachito que se vio obligado a crecer sin una madre que lo abrazara por las noches cuando tenía alguna pesadilla o una madre que le dijera cuanto lo quería; con un padre que, a pesar de ser una excelente figura paterna, era alguien que ocupaba trabajar para mantener a su pequeño niño y no podía estar con él siempre aunque lo quisiese y lo intentará, y al final, cuando por fin pudo sentir que tenía a alguien que lo abrazara si tenía miedo, a alguien que le dijera cuanto lo quería, a alguien que si pudiera estar con él la mayoría de tiempo sin interrupciones, tuvo que perderlo sin derecho a una explicación.
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¡Papá! ||| KookTae
FanfictionJungKook, un hombre de veintiocho años, viudo y con un precioso hijo de cuatro años viviendo solos en una pequeña casa que tenía todas las comodidades. No había ningún problema en realidad, todo estaba en orden en la vida de Jeon hasta que surge un...