Estos últimos días no han sido fáciles para JungKook en ningún sentido posible. Primero, se encuentra el tema de su ascenso, lo cual lo tiene extremadamente feliz y orgulloso de sí mismo; segundo, estaba TaeHyung y su antigua historia que comparte con él y, por último pero no menos importante, estaba el tema de su descanso que, entre su trabajo, su hijo y sus cosas emocionales, se ha visto gravemente afectado. Incluso empezaba a sospechar que ni el querido Morfeo quería sostenerlo en sus brazos para lograr entrar al mundo de los sueños.
De hecho, ese pensamiento se hacía cada vez más presente en cuanto abría los ojos para iniciar un nuevo día, como lo es en este momento. Pero, esta vez no pudo reflexionar sobre el posible desagrado que Morfeo tenga con él, porqué apenas abrió los ojos empezó a sentir que algo andaba mal, como si faltará algo en aquella rutina que llevaba años haciendo.
Instintivamente, sus ojos adormilados se dirigieron hacia su celular y ahí se quedaron unos momentos, intentando descifrar lo que ocurría. Al poco tiempo, se dió cuenta lo que pasaba.
Ah... Mierda.
Con rapidez, sus manos tomaron aquel aparato y lo encendió, viendo que la hora era claramente tarde para lo que debería ser su trabajo y la entrada de su hijo a la escuela. Pudo sentir como el alma se le iba al ver ese siete y cincuenta en el reloj, echándole en cada que mínimo llevaba veinte minutos de retraso. Y, fue aún peor cuando escuchó el timbre de su casa sonar, dejándolo en claro que tenía a alguien esperándolo en la puerta.
¿Quién más podía ser sino TaeHyung listo para llevar a su hijo a la escuela?
-Joder... -Se levantó de golpe, sintiendo ese típico mareo y, también sufriendo de un ataque directo a sus sensibles oídos mañaneros gracias al sonido incesante del timbre. Sin poder controlar su tono de voz, gritó desde donde estaba al niñero que lo esperaba afuera. - ¡Ya voy!
Una vez que se recuperó de su mareo, fue directo a abrir la puerta en donde el fuerte sonido del timbre se había escuchado con anterioridad. Sin importarle su apariencia desaliñada, digna de alguien recién despierto, abrió la puerta encontrándose a primeras vistas la mueca cansada pero sorpresiva del muchacho al verlo en tales fachas.
No paso mucho tiempo para que TaeHyung arreglará su expresión de sorpresa a una neutral, como si no le importara ver a su jefe, por segunda vez, recién despierto y con una cara de querer gruñirle al primero que viera.
Ambos se miraron en un incómodo silencio, sin saber muy bien qué hacer.
-Uh...
-Pasa. - JungKook interrumpió el monosílabo del niñero, sintiendo que tenía el tiempo encima para llegar a su trabajo y que su hijo llegará a su escuela.
TaeHyung lo miró unos pocos momentos antes de hacer lo pedido. Apenas entro al hogar, su mirada viajó en busca del niño que cuidaba para llevarlo a su escuela pero jamás lo encontró, así que tuvo que resignarse con voltear a ver a su jefe, quién lo veía entre avergonzado, apurado y, probablemente, incómodo.
-¿Y SooBin?
-Aún no está listo... -Kim lo vio expectante con una ceja alzada, algo sorprendido de que para esas horas el niño aún no estuviera listo. Ante esa expresión, Jeon no tuvo más que explicar su vergonzosa situación-Esto... Bueno, digamos que CREO que aún no se ha despertado... -dijo, intentando ocultar lo más posible la vergüenza de haber sido atrapado aún durmiendo, mientras cerraba la puerta tras el niñero.
-¿Cómo? ¿Por qué no se ha despertado? -preguntó con preocupación. -¿Se enfermó, de nuevo?
Si bien había llegado tarde a su trabajo -ni tan tarde, solo diez minutos tarde a la hora en la que acostumbra llegar-, él ya esperaba encontrar a un SooBin listo y desayunado para irse a la escuela. Definitivamente, lo que no esperaba era encontrar a su jefe haciendo algún tipo de cosplay -no de manera demasiado literal- del enanito gruñón de Blancanieves, con un príncipe dormido y todo.
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¡Papá! ||| KookTae
أدب الهواةJungKook, un hombre de veintiocho años, viudo y con un precioso hijo de cuatro años viviendo solos en una pequeña casa que tenía todas las comodidades. No había ningún problema en realidad, todo estaba en orden en la vida de Jeon hasta que surge un...