[22. ¿Sueño o realidad?]

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Natasha le dejó una bandeja de comida, sin embargo no se comió absolutamente nada, sintiendo una ligera desconfianza al pensar que su charla con ella había sido demasiado fácil

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Natasha le dejó una bandeja de comida, sin embargo no se comió absolutamente nada, sintiendo una ligera desconfianza al pensar que su charla con ella había sido demasiado fácil.

¿Y si estaban planeando matarla en aquella celda?

Se mantuvo estática en la cama por largas horas, sin siquiera parpadear, estando atenta a cualquier señal o movimiento que le indicara que corría peligro en aquel lugar, sin embargo, sin darse cuenta, se quedó dormida de repente.

Se encontró a sí misma en una playa, con un vestido de bodas, observó a su alrededor varias personas, pero los rostros de estas estaban borrosos, no podía distinguir quienes eran, pronto giró su rostro, notando una persona en frente de ella, quien también tenía el rostro borroso.

—___ Stark, te amo y prometo hacerlo siempre. Que la pasión y el amor sean siempre los valores que sustenten lo nuestro, porque no necesitamos grandes cosas, yo sólo necesito que tú estés a mi lado para ser feliz. Prometo que, en esta vida que nos espera juntos, estaré siempre a tu lado, siempre; te prometo que nunca dejaré de admirarte, porque nunca dejaré de aprender de ti, prometo aguantar tus extraños gustos musicales cuando vayamos en el coche... —las personas rieron— Prometo disfrazarme de tu personaje favorito de las películas de Star Wars que tanto disfrutas ver, pero sobretodo, prometo hacerte la mujer más feliz de todo el universo mientras estés a mi lado.

Ella frunció el ceño, la voz que le hablaba se le hacía conocida, sin embargo no podía definir quién era.

—¿Quién es ___ Stark?

—Cariño, eres tú.

Todo a su alrededor comenzó a darle vueltas.

—¿Qué?

Alguien le tomó la mano.

—Mi amor, eres tú, eres mi hija.

Esa voz, conocía esa voz.

Pero, ¿¡de quién demonios era!?

—___, ¿qué ocurre?

—¿QUIÉNES SON USTEDES?

—Preciosa, soy... —no pudo escuchar el nombre— ¿No me recuerdas? Soy tu esposo.

—¿Qué?

Abrió los ojos de golpe, dando un salto en su lugar al despertar de aquel extraño sueño.

¿Qué demonios había sido eso?

Respiró agitadamente, posando una mano en su cabeza, que le dolía de forma abrupta y no normal, la situación comenzaba a frustrarla, no entendía el porqué estaba ocurriéndole esto.

¿Por qué ahora? ¿Por qué con estas personas?

¿Eso era un sueño o era algo que había pasado en realidad?

Aquellas palabras, aquellas voces, juraba haberlas escuchando antes.

¿O acaso estaba alucinando?

Se golpeó a sí misma con frustración, hasta que un ruido la alarmó nuevamente, cuando volteó hacia el lugar donde lo encontró, observó a un joven que estaba ligeramente temeroso en su lugar.

—¿E-estás bien, ___?

Rechinó los dientes, acercándose rápidamente al cristal y golpeándolo con fuerza.

—¡Mi nombre no es ___, maldito niño! —gritó desesperado— ¡Dile a tus malditos aliados que sea lo que sea que estén haciendo conmigo, lo detengan ahora mismo si no quieren que los asesine con mis propias manos hasta que sean una pila de polvo podrido!

Notó como éste palideció en su lugar, en seguida se sintió un poco mal por verlo de esa forma, cosa que se le hizo aún más extraña.

Nunca antes le había pasado eso en anteriores conquistas, ¿por qué ahora sí?

Suspiró, bajando la guardia.

—Lo lamento.

Si quería respuestas, debía mantenerse tranquila.

—Descuida, debe ser difícil para ti...

—Un poco. —asintió— ¿Cómo te llamas?

—Peter.

Aquel nombre resonó en su cabeza y frunció el ceño.

—No has tocado tu comida.

—¿Cómo hacerlo? Puede estar envenenada.

—Puedo demostrarte que no es así.

—¿Y cómo?

—Puedo abrir la celda y comer contigo, traje un poco de pizza.

—¿Cómo se que no vas a matarme con eso llamado pizza? —achinó los ojos.

El muchacho rio.

—No es un arma, es comida. —se acercó unos pasos más— Si abro esto, ¿intentarás escapar?

—No he hecho esto para escapar, niño.

Peter abrió la compuerta, efectivamente la castaña se quedó estática en su lugar, entró completamente en la celda y volvió a cerrar, sentándose al borde de la cama e invitándola a sentarse junto a él.

—Voy a comer un poco de tu bandeja, y así verás que no tiene nada extraño.

Ella movió la cabeza en señal de afirmación, después el chico tomó un bocado, para que en seguida se lo tragara y se encogiera de hombros, esbozando una sonrisita.

—¿Lo ves? Puedes comer.

Le tendió la bandeja, ella la tomó y comenzó a comer en silencio, mientras el muchacho tomaba la caja con pizza y daba un mordisco, pero cuando giró, se dio cuenta de que ella ya había terminado.

—Vaya, comes demasiado rápido.

—¿Eso que tienes en las manos es pizza?

—Sí, ¿quieres probar? —le extendió otro pedazo— Tengo suficiente para ambos.

Ella tomó el pedazo y se lo metió a la boca entero, para la sorpresa del muchacho, luego hizo una mueca de satisfacción.

—¡Es delicioso!

—Lo sé, ¿quieres más?

Ella asintió, sonriendo sinceramente y por primera vez hacia uno de los vengadores.

¿Volverás a mí? [loki y tú - 2datemporada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora