[36. Nunca seré libre]

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La castaña intentó levantarse del suelo, sin embargo, sus piernas flaquearon y cayó nuevamente

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La castaña intentó levantarse del suelo, sin embargo, sus piernas flaquearon y cayó nuevamente.

—Eso estuvo cerca... —habló Nat, soltando un suspiro de alivio.

Loki se aproximó hasta la mujer, tomándola de los brazos para ayudarla a levantar, mientras esta seguía mareada por la cantidad de golpes que recibió.

—Ooooye, qué chistoso, te veo doble.

Rio dulcemente, provocando que todos soltaran una risita ante la escena.

—De acuerdo, llevémosla adentro y volvamos a dormir.

...

Al día siguiente.

Sus ojos se abrieron lentamente, notando que su cuerpo estaba dentro del agua, sin embargo, no se estaba ahogando, nadó hacia la superficie, encontrando frente a ella un precioso jardín y una hogañera cabaña que se le hacía bastante familiar.

¿Dónde rayos estaba?

Salió del lago, el vestido blanco corto que llevaba no estaba mojado, al igual que su cabello, todo estaba en completo orden.

Y eso era muy extraño.

Caminó por el jardín, viendo las bellas rosas que brotaban de un largo tallo verde, siendo acompañadas por margaritas que contrastaban muy bien con las elegantes flores de todos los colores. Un ruido la hizo girar, provenía de la cabaña, y su curiosidad sólamente la guio al lugar, la puerta se abrió casi de inmediato en cuánto su pie subio un escalón hacia ella, pronto pudo notar una figura familiar.

—Loki...

Éste no la escuchó, estaba de espaldas, no se movía, no emitía sonido alguno, simplemente, no hacía nada.

Con cautela se acercó, sin poder evitar detallar el lugar, hasta que sus ojos se posaron en una fotografía de ella junto al dios, ambos estando en una playa mientras se daban un dulce beso en los labios.

—Teníamos una vida feliz, ¿no es así?

La voz del ojiazul por fin se hizo presente, pero era oscura, apagada, sin emoción alguna.

Ella no respondió, simplemente volvió a fijar su vista en él, que continuaba de espaldas.

—La teníamos, éramos felices y nos amábamos. Pero decidimos arruinarlo todo, o más bien, tú decidiste arruinarlo todo.

¿Qué?

¿Qué carajos estaba pasando?

En ese momento, el hombre se giró, y para su terror, sus ojos estaban totalmente blancos, sus ropas ensangrentadas y en su abdomen se hacía notar una enorme herida abierta que no dejaba de tirar sangre.

—Tú, tú hiciste esto ___.

La castaña abrió los ojos a más no poder, de inmediato, su vestido blanco cambió, convirtiéndose en la armadura de Galactic queen, que tenía sangre por todos lados, al igual que su mano, mientras que en la otra, se encontraba una espada que intuyó había sido la causante de la herida que tenía en frente.

¿Cómo había sucedido esto?

—Sí, ella lo hizo.

—Y estamos muy orgullosos.

Las voces a sus lados eran conocidas.

Mephisto y Karun, siendo esta última quien con un movimiento de mano, puso a Loki de rodillas, mientras el mismo se quejaba de dolor, y dejaba salir lágrimas de sus ojos apagados.

Quería llorar también, pero no podía, y por algún motivo en su rostro había una macabra sonrisa.

—Acaba con esto de una buena vez.

No quería mover sus piernas, pero estas de igual modo lo hicieron, quedando frente al pelinegro, quien en un último intento, acarició su muslo descubierto.

—Nos amamos, ¿por qué estás haciendo esto?

En medio de su sonrisa tenebrosa, una lágrima por fin brotó.

—No tengo opción.

Sin remordimiento alguno, terminó por atravesarle la espada por completo, acabando así con la vida del hombre que siempre aseguró que era el amor de su vida.

—Te lo dijimos, uno por uno, acabarás con todos.

—Y no podrás defenderte de nosotros.

Despertó soltando un grito ahogado, mientras su pecho se movía de arriba a abajo debido a su errática respiración, instantáneamente a su cabeza llegaron los recuerdos de la noche anterior, donde casi acaba con sus amigos.

Donde casi cumple con las palabras de sus dos enemigos.

Miró a su alrededor, encontrándose sola, para su peor desesperación.

¿Dónde están todos?

¿Dónde está Loki?

Sus sollozos se hicieron presentes en la habitación, mientras se tomaba el cabello con fuerza y se lo jaloneaba, sintiéndose totalmente harta de toda esta situación.

Simplemente, no podía más.

La puerta se abrió de golpe, mostrando al capitán, quien corrió hacia ella, tomándola del rostro.

—¡Hey, hey, respira! —pidió asustado, puesto que la mujer frente a él se encontraba tan angustiada, que estaba a punto de quedarse sin respiración— ¡___, respira conmigo!

Pero ella no atendió a su petición.

Había demasiado dolor.

Demasiado arrepentimiento.

¿Podría ser libre algún día?

No, no podría.

Con voz aguda, en medio de sus lágrimas, pudo espetar unas palabras.

—Steve, nunca seré libre otra vez...

—No, no digas eso. Aquí estoy, aquí estamos, soy tu amigo, nunca dejaré de luchar hasta que vuelvas a la normalidad.

Sintió su corazón romperse al ver a la Stark en ese estado.

No podía recordar.

Su mente estaba siendo manipulada al antojo de Mephisto y Karun.

Podría matarlos en cualquier momento.

Ella simplemente quería ser libre.

¿¡Por qué eso es tanto pedir!?

La abrazó con todas las fuerzas posibles que pudo reunir, buscando de esa forma tratar de mantener juntos lo pedazos rotos de lo que alguna vez fue su amiga, novia, esposa y compañera.

¿Volverás a mí? [loki y tú - 2datemporada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora