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Una semana después

El omega se adaptó rápido a vivir de nuevo con su madre, era algo más malcriado con el italiano, que no dudaba ni un segundo en cumplirle una maña, y tampoco lo dejaba de mimar y llenar de besos cada que tenía un segundo libre o se lo cruzaba por la casa

Esto hacia que el constante mal humor que siempre tenía el argentino se fuera por completo, se ve que sólo le faltaba un poco más de atención y cariño, puesto que en toda la mañana no causó problema alguno, ni en la escuela, o en la calle, como salía pasarle a diario cuando estaba con el español

- mamma, ¡volví!  - grito con emoción el albiceleste en la puerta de la casa y dejó la mochila en el gancho antes de salir corriendo a donde estaba el tricolor en la cocina como siempre, se abrazó fuerte a su madre frotando su mejilla en la espalda de esta como marcando su territorio y decue que sólo era su madre y de nadie más

- Ciao amore mío, come te fue figlio? - le preguntó volteando a abrazar a su cachorro, dejando lo que estaba haciendo

- molto bene mamma  - le respondió con una sonrisa, el italiano le repartió besos por toda la cara a su hijo, haciendo que este sonriera feliz, pero hermoso momento se vio interrumpido por el teléfono del europeo, que se estiró hasta alcanzarlo sin soltar el abrazó y contesto

- pronto....  No, stai con figlio mío, pero che? Oh... si,... y no?... sicuro? Lui no pode?.... bene bene, in cinque minuti va, si si...va, y con figlio mío, va, Ciao Alti Perú... - el italiano corto la llamada y dejó el celular en la mesada para volver la vista a su hijo, que lo miraba con curiosidad

- a donde viammi mamma? - pregunto intrigado

- a mio labboro picolo,  alistare, io a preparatte uni pontola y salimo  (a mo trabajo bebé, prepárate, voy a alistar una olla y salimos ) - le dijo con calma y el menor asintió, saliendo del abrazo para obedecer a Italia y cambiarse de ropa  - oggi Argentina, no damori in lo possivle!  (¡Hoy Argentina, no mañana en lo posible! ) - le gritó desde abajo ya sabiendo lo lerdo que podía ser su hijo

- si mamma! - le respondió desde su cuarto y el italiano preparo lo que debía llevar, sólo esperaba que el peruano no matara al de la mercadería en lo que él llevaba

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Con Perú

- ya le dijimos que este no es el pedido. - volvía a repetir el omega con artasgo, el peruano agarraba a su madre por los hombros como pidiendo en silencio y con paciencia que se calmara, pero ni bola le estaba dando su madre

- y Yo ya le dije que fue esto lo que pidieron. No voy a volver 200 kilómetros porque un omega idiota no sepa que ordenó. - dijo el transportista, esto colmo la paciencia del omega peruano

- ¿cómo me llamó?- preguntó el susodicho, teniendo un pequeño tic en sus labios

- Ma, vamos adentro, yo me encar- - el omega le alzó la mano, tapandole la boca a su hijo para que no hablara

- escucheme pedazo de animal inservible y maricon, como se le ocurre insultarme a mi. En mi propio establecimiento, sere muchas cosas, pero un idiota que se deja insultar jamás. - le gruño molesto y amenazaba con su cuchillo al Kappa que tenía en frente, sin miedo alguno - ¡si no quiere que lo haga ceviche y se lo de a mis perros me pedirá perdón por como mi dijo e irá a buscar lo que le pedí! ¡¿me oyó o tengo que ser más claro?! - le gritó dando unos pasos hacia el hombre que retrocedió unos pasos conforme el omega se le acercó

- mamá... te hará mal gritar así...

- tu cállate o te sacó la xuxa. - le dijo a su hijo que le hablaba despacio, el cual sólo se calló y asintió. La puerta de la cocina se abrió y el italiano dejó la olla y sobre la mesada, mientras que el argentino llevaba unas cajas, el peruano menor miro como pidiendo ayuda al beta recién llegado, y el transportista también

- Alto Perú, deja que yo me encargué, niño, atiende a tu madre y Argie mi vida, deja esas cajas en la despensa - ordenó el italiano que camino hasta su amigo y le quitó el cuchillo, el peruano menor se llevó a su madre y el argentino se fue a dejar la caja
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- ya está, en unas horas nos traerá lo que pedimos, igualmente le pedí que dejara lo que nos trajo ya que nos cobrará los viajes, pero no la mercadería por los daños causados hacia a ti... - explicó el italiano mientras se limpiaba las manos con un paño húmedo. El omega peruano simplemente se quedó callado, seguía molesto y mucho, y su pobre hijo no dejaba de acariciarle la espalda para que se sintiera mejor - no debes tomarte todo tan a pecho, se que estas susceptible por tu bebé, pero ponerte así soporte hace daño a ti y a tu pequeño, ¿si corazón? - el omega asintió - bien, tranquilizate y no te preocupes que me encargo de todo. Argie atenderá las mesas y Perú me ayudará en la cocina de por mientras quédate aquí o en la caja si ya te sientes mejor

- esta bien.... - respondió el peruano con desgano

- bien, ya escucharon, Argie a atender y tú a la cocina, vamos - ordenó el europeo dando palmas como pidiendo que se apuren

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Atendía las mesas con calma pero rápido, por suerte no la pasó tan mal, de hecho bastante propina le dejaban  todo

- Argentina, ¿que haces aquí? - escuchó la voz del español detrás suyo. Volteó a verlo con el ceño fruncido, seguía muy molesto con su padre

- estoy ocupado, si no vas a querer nada del menú te podes ir yendo - dijo seco y camino por el lado para ir hacia otra mesa

- lo sabía, ese hijo de puta no espero ni un segundo para ponerte a trabajar. - sentenció, el argentino se dio la vuelta furioso y lo apunto amenazante

- no se te ocurra llamar así a mi madre, él no me mando a nada, yo sólo estoy ayudandole  - le dijo firme, el español chisto

- ¿ayudandole con que? ¿con los gastos? ¿acaso ese no te puede mantener? Tanto que se jactaba de poder hacerlo y mira - apunto a su hijo con las manos, como indignado con la situación

- Estas loco, no sabes nada, mira, tengo cosas más importantes que hacer, tengo laburo que hacer como para estar escuchando tus inmundicias sobre mi mamá. - dicho esto el omega se dio la vuelta para seguir atendiendo, pero el español lo agarró del brazo impidiendo que se vaya  - ¿pero que te pasa?

- nos vamos. - dijo para comenzar a casi arrastrar a su hijo a la salida

- ¿qué? No. Yo me quedo. - empezó a forcejear el menor. El español ni pelota y la gente no se metió tampoco  - soltame, mamma! Socorro! Mamma! - empezó a gritar y tironear. No pasó mucho para que el italiano saliera corriendo en ayuda de su hijo. El español llegó a La puerta y cuando estaba por abrir la puerta del local fue abierta por otra persona

- ¿España?

- ¿Confederación?

















Hi

Como andan? Bueno, dramita que se yo

Perdonen si el italiano está escrito medio como el culo, hace años no practico, y traductor medio paja pero bueno

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Y vai vai vai

mi guerrero inca  (CH Argentina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora