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El alemán miro el suelo al sentir que había pisado algo al caminar por el pasillo, se agacho curioso al ver el sobre con el nombre del sueco en él y lo abrió para ver que había dentro, una memoria USB y un par de DVD se encontraban un su interior, algunos ya dañados porque lo había pisado, dejo escapar un gruñido de frustración y de enojo, quizás esa información se habría perdido. Pero fuera de eso algo mas llamo la atención del alemán, una serie de documentos y fotos estaban dentro del sobre

--Finlandia, Dinamarca, Noruega, Islandia, Holanda... -- leyó por encima los nombres de las mujeres de las que había información, nombre, apellido, edad, casta, todo a lujo de detalle se exponía ahí dentro ¿para que quería el sueco esa información? -- "Eso es todo lo que encontré de tus hermanas, Finlandia tiene un hijo del mismo nombre que ella, que es amigo de tu hijastro, ella falleció hace unos años, Dinamarca es la muchacha con la que sabes tomar el té en las tardes, de Noruega, Islandia y Holanda no se su paradero especifico aun, te mandare información con Reino Unido en cuanto la consiga, atentamente Suiza" – el alemán frunció el seño con extrañeza ante las palabras de la nota que estaba con los papeles , solo guardo las cosas de nuevo en el sobre, debía investigar más sobre los pasos del sueco o para que quería dicha información o la razón por la cual el argentino parecía furioso con que el omega recibiera ese sobre

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Años atrás....

Los ruidos de la calle se colaban por las delgadas paredes del apartamento donde el sueco de dieciséis años vivía, el frio y la humedad no ayudaban en nada con la violenta tos que tenia a causa del asma que cada día iba empeorando su salud, la luz del foco viejo que con suerte alumbraba lo suficiente como para poder ver las letras del libro de derecho que leía el omega a escondidas de su padre en medio de la noche, los ruidos de su madre teniendo relaciones con algún desconocido ya no le podían importar menos al sueco a esas alturas de su vida

No veía la hora de irse de esa casa del infierno, tenía la esperanza desde hacía años de poder aplicar a una beca y poder irse, pero siempre era echado sin poder ni siquiera presentar el examen, muchas veces ni la documentación le llegaron a recibir para poder inscribirse

-- Suecia... duerme cariño... -- se quejo la suiza entre sueños dándose vuelta en la cama, el sueco negó con la cabeza ante la petición de la alfa, su prima soltó un gruñido de frustración y se removió con brusquedad en la cama haciendo sonar las viejas tablas

-- Shhh, cállate carajo. – le dijo el sueco con algo de molestia, la alfa se sento en la cama con una expresión de completa indignación por el trato de su primo que se reia de su cara de dolida -- ¿Qué? – pregunto haciéndose el tonto

-- ¿Por qué tan empecinado en estudiar tanto? – pregunto la alfa acomodándose mejor para poder ver al sueco mejor, este subió los pies a la silla y se abrazo las rodillas contra el pecho para no perder el equilibrio

-- Para irme de aquí – respondió seguro el sueco, la suiza frunció el ceño ante esas palabras

-- ¿Por qué no tomas tus cosas y te vas simplemente? – pregunto a lo que el sueco solto un suspiro y volvió a mirar el libro de derecho que estaba leyendo, sus ojos llenos de cansancio y añoranza, no era tan fácil como eso, la suiza no lo sabía porque no llevaba mucho tiempo allí, pero ya lo había intentado muchas veces el solo tomar sus cosas e irse, pero siempre terminaba igual, el sueco volviendo muerto de frio, hambre, muchas veces abusado y golpeado, el mundo era cruel con la gente como él

-- No todos tenemos la posibilidad de simplemente irnos como tú Suiza... -- le respondió con simpleza volviendo a sentarse para seguir estudiando, la alfa se le quedo mirando unos segundos, los ojos del sueco parecían llenarse de lagrimas con el pasar de los segundos – Quiero conseguir una beca, así tendré donde dormir, dan dormitorios a los becados de la universidad nacional si estudian derecho, medicina o ingenierías – comento el sueco

-- ¿Por qué derecho? – pregunto llevada por la curiosidad la alfa, el sueco se encogió de hombros, ni él sabía esa respuesta solo tomo la primera lista de libros que vio en los requisitos del primer año y ya -- ¿De dónde sacas los libros? – pregunto a lo que el sueco se rio y negó con la cabeza, no diría nada mas, no confiaba en nadie que habitara en esa casa, por más que quisiera mucho a su prima y lo tratara bien seguía siendo un alfa y no podía sentirse seguro en su totalidad con ella ni con nadie

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El sueco miraba atento por la ventana de la habitación, el italiano estaba dormido a los pies de la camilla del argentino que seguía igual, lo habían puesto en la misma habitación que el latino por pedido del alemán, algo en ese kappa le olía mal al sueco, lo miraba como si quisiera preguntarle un millón de cosas, era policía, debía ser ese miedo inentendible que les tenia y ya, solo debía estar paranoico por lo que había pasado hacia unas horas

-- Estocolmo... -- murmuro el sueco pasando su mano por su vientre sintiendo a su cachorro moverse, no sabía porque tenía la necesidad de darle un nombre a esa altura, se había arrepentido tanto cuando cayó en cuenta de que era cruel el haberse quedado en cinta solo para cobrarse una infidelidad de su esposo, pero ya era tarde para practicarse un aborto y no tenia corazón para regalarla al nacer, ahora sentía cierta culpa por haber llegado tan lejos, pero seguía sin sentir apego por la bebé que crecía dentro suyo y que se aferraba tanto a la vida – Lo siento tanto pequeña.... – dijo con la voz baja volviendo a mirar por la ventana, quizás el nombre que le ponía era para poder pedirle perdón por lo que le estaba haciendo, debería volver a terapia

-- Suecia. – se escucho la voz del nazi, el sueco volteo a verlo con curiosidad, frunciendo los labios al verlo acercarse -- ¿Podemos hablar un momento? – pregunto el alemán, el sueco asintió y luego miro al italiano que dormía absorto de todo

-- Quiero un café, ¿vamos a la cafetería? – pregunto el sueco, no quería quedarse solo con el alemán, prefería que hubiera gente cerca y a esa hora la cafetería estaba llena, el alemán asintió y dio media vuelta esperando afuera de la habitación al sueco que ya se arrepentía de haber accedido a hablar con el alemán, pero se volvía a obligar así mismo a hacer algo que no quería

-- Suecia... -- se escucho la voz del italiano que se sentaba en la cama con pereza -- ¿A dónde vas tesoro? – pregunto, el sueco miro de reojo al alemán y este se ponía el dedo sobre los labios en señal de secretismo

-- Voy a buscar algo para comer, tengo antojo – se excuso el sueco, el italiano frunció los labios y negó con la cabeza

-- Debes estar en reposo, ¿Por qué no me despertaste? Voy a buscarte lo que quieres – dijo el italiano a lo que sueco se negó de inmediato y lo recostó de nuevo en la cama

-- Estoy bien, el doctor dijo que está todo bien gracias al cielo, tú debes descansar llevas días sin dormir – le dijo con voz dulce y dejo un beso en la frente del italiano que se volvía a dormir en contra de su voluntad -- Descansa amor... -- le dijo con voz baja y lo tapó con una manta y salió de la habitación donde el alemán lo observaba con frialdad, el sueco solo soltó un suspiro de fastidio y comenzó a caminar por el pasillo, envolviendo mejor su cuerpo en la chalina que llevaba para cuidarse del frio de la mañana 










Holis

no se bebés, los dejo 

voten los amo vaiiii 

mi guerrero inca  (CH Argentina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora