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El argentino respiraba ajitado y se abrazaba con fuerza al brazo de la alemana y lo sostenia por estar inclinado hacia adelante y acariciaba la espalda

-- Argie, ahora viene tu madre,  ¿si?  -- le dijo el alfa alemán mientras se ponía de cuclillas frente a él para poder verle la cara, el argentino sólo hiperventilaba agarrándose con fuerza de su amiga  -- ¿quieres tomar algo? -- le preguntó con cuidado y le quitó unos mechones de pelo de sobre los ojos

-- traele agua -- le respondió su hermana en lugar del bicolor, el alemán asintió

-- voy a traerte agua, ahora vengo  -- le informó con tranquilidad el alemán antes de pararse e ir a buscar el agua

El argentino se separó de golpe de su amiga y dio unos pasos algo aturdido, la alemana lo agarró preocupada, aunque estaban ya acostumbrados a ayudarle en sus ataques de pánico, para ellos siempre era como la primera vez, se ponían mal al verlo en ese estado de miedo extremo, el latino era casi como su hermano menor

-- quiero... -- balbuceo el argentino mareado, rápidamente se tapó la boca al sentir una fuerte arcada, sin decir nada la signa lo llevo hasta los arbustos, que era lo más cerca que tenían. El omega apoyo sus manos en sus muslos y vomito

Se sentía tan mal,  tenía tantas emociones juntas y tanto le costaba sacarlas que su cuerpo le pedía de alguna forma sacarse de encima ese malestar

Su amiga le juntaba el pelo un poco largo y le acariciaba la espalda, la gente que estaba cerca miraba, eso sólo empeoraria la situación, pero el argentino se sentía tan mal que no lo notaba, algo bueno dentro de todo

Después de unos segundos, el argentino vacío su estómago, se sentía mal aún así, la alemana lo volvió a abrazar y con cuidado le limpio la boca con un pañuelo, el alemán volvió junto al italiano

Silenciosamente le pidió su hijo a la signa que sin decir nada soltó de a poco al omega, que al verse en esa situación se desespero mucho

-- shhh.... soy yo, soy yo.... -- le dijo el italiano con calma, el argentino rompió en llanto y se abrazo a su madre con desespero  -- Confe, trae el auto por favor  -- le pidió al nombrado y sacó de su bolsillo las llaves de su auto y se las dio al albiazul que las tomo y se fue

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-- se parece mucho a vos... -- comentó el epilson mirando al italiano por el espejo retrovisor

-- ¿A qué te refieres?  -- pregunto alzando la mirada, el argentino sonrió un poco vagamente y volvió la vista al camino

-- ambos son personas muy fuertes, pero muy sensibles, son demasiado duros consigomismos, creen que las acciones de los demás son culpa suya y eso los desespera tanto que sólo se lastiman al pensar una y otra vez las cosas  -- explicó su punto el argentino, el italiano lo miro con una cara de enfado, dejando de acariciar con cariño los rulos de su hijo que dormía con la cabeza sobre las piernas del italiano

-- ¿nos acabas de decir egocéntricos?  -- pregunto ofendido

-- no, para nada -- respondió sincero el epilson y se río un poco ante la cara de su italiano -- me refería a que creen que deben asumir responsabilidad de las cosas que hacen los demás, en su mayoría que le hacen a ustedes -- aclaró tranquilo

-- no hacemos eso  -- respondió seco el europeo, el argentino mayor sonrió y negó con la cabeza, siempre tan terco, siempre tan negado a sus problemas

-- con España lo hacías, conmigo lo hiciste, con Alto Perú, con Argentina, con Suecia, con Irlanda, con tu familia, principalmente con tu padre, si lo haces, la diferencia es que o lo niegas o no te das cuenta

-- siento que me estás insultando  -- le dijo con una mueca en los labios, el epilson sonrió, el italiano le quería dar un golpe para sacar esa bella e idiota sonrisa

-- nunca haría eso

-- lo haces ahora

-- si lo hice te pido perdón, sólo-

-- sólo nada, no quiero hablar de esto ahora -- lo callo el italiano

-- ¿y cuando si? siempre desde que nos conocemos me esquivas el tema

-- cuando me vuelvas a embarazar  -- dijo el italiano segurísimo de que eso era imposible, tanto por la edad de ambos como por cuestiones de sub género

-- entonces no te dejaré tranquilo por las noches   -- comentó con picardía

-- inténtalo y te rompo un brazo 

-- eso no sería algo nuevo  -- respondió soltando unas risas

-- me haces quedar como un violento  -- dijo el italiano algo molesto, el omega se estaba despertando, así que volvió a retomar las caricias en su pelo

-- no, no eres violento, eres demasiado impulsivo y explosivo

-- si, Hazte el idiota  -- le respondió con un bufido, el argentino mayor se reía

-- ya ya, hay niños, no hay necesidad de decir groserías  -- le dijo mirando como el omega tenía ya un poco más de conexión con el mundo real

-- si supieras como habla mi hijo no dirías eso

-- uy, ¿mal hablado como la madre? -- pregunto divertido

-- ma... -- los interrumpió el menor, se le daba vuelta todo y le dolía todo

-- ¿si amor? -- pregunto dulce el italiano

-- me siento mal....

-- ¿Que te duele?

-- la cabeza... Me duele mucho....  -- le dijo aturdido y cerró los ojos con fuerza, un pequeño hilo de sangre comenzó a caer de la nariz del omega y un horrible pitido le dio en los oidos junto a un punzón en el pecho que lo hizo recogerse en su lugar  

-- Confe, vamos al hospital ahora. -- le dijo algo nervioso, el nombrado no dijo nada y comenzó a conducir hacia el hospital






Se me muere el neneeee
Ahhhhhhhhhhhhh

Bueno los dejo

Voten

Vaiiiii

mi guerrero inca  (CH Argentina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora