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El sueco miro de reojo al español que entraba a la cocina, se acercó al sueco y lo abrazo por la cintura, dejando besos húmedos en su cuello, el sueco sonreía levemente ante los mimos, sintiendo una leve punzada en el pecho por la angustia que le generaba saber que había sido engañado, pero poco importaba la verdad, poco importaba que no fue capaz de hacerle frente, poco importaba que el alfa actuará como si nada y no tocará el tema

¿quién en su sano juicio diría que fue infiel a su propia pareja? Corrección ¿quien sería capaz de decirle a su pareja que fue infiel sin una excusa mínimamente aceptable o creíble?

Los besos del español iban acompañados y mimos en la cintura del omega que indiferente seguía cocinando el desayuno, no era una persona rencorosa, pero si la vida no le daba su merecido al español, él con gusto lo haría

-- ¿tomaste la pastilla? -- pregunto el español entre besos, sin dejar de dar esos apretones a las esponjosas caderas del sueco que en la noche fueron su diversión favorita, este sólo asintió y se subió un poco el pantalón del pillama que el mayor iba bajando de manera lenta para poder tocar a su gusto

-- me duele la cabeza... -- dijo con voz cansada mientras se servía los huevos y se escabullia fácilmente de las manos largas y ardidas de su esposo. El español chistó y se apoyo en la mesada mirando como el sueco desayunaba con una mirada vaga, como si estuviera triste

-- me voy a trabajar. Cuidate -- dijo con voz algo tosca, el sueco asintió antes de meterse otro bocado en la boca. Escucho como el alfa se iba, dejó caer los cubiertos sobre el plato y se agarró la cabeza, sintiendo las ganas de llorar por la rabia

Una fuerte arcada lo hizo levantarse de la silla y corrio hacia el baño a vomitar lo poco de su desayuno que no disfruto en lo más mínimo, está era su venganza, está sería su forma de cobrarse cada lágrima y cada infidelidad que le dio el español

Se sentó en el frío suelo del baño, sintiendo como el mundo le daba vueltas, como las lágrimas se le caían y como el inmundo sabor de su acido estomacal le quemaba

Se abrazo las piernas contra el pecho y se dejó llorar con amargura y rabia, era tarde para hecharde hacia atrás en esto, debía seguir aunque le doliera, aunque no quisiera hacerle mal a una criatura inocente, quería tanto vengarse y quería tanto verlo revolcarse en la miseria y que le pidiera perdón de rodillas que se enceguecia en su rabia

Estaba mal, por supuesto, pero una vez no sería quien pudiera la otra mejilla, una vez sería egoísta y no esperaría que el karma hiciera efecto, sería él el karma e iba a poner las reglas como quisiera

Se levantó del suelo agarrándose del lavamanos, tambaleo un poco por el dolor de cabeza, se miro al espejo, sus ojos cansados y flojos, su piel turquesa tan viva ahora estaba pálida y parecía muerta. Se lavo la cara tratando de componerse un poco, soltando un suspiro al escupir el agua con el que se enjuago la boca y volviendo a fijar sus ojos con heterocromia en el reflejo de si mismo, respiro hondo y sonrió apenas

-- esta bien... todo está bien... eres feliz.... estas felizmente casado con un hombre que te ama.... -- se mintió al espejo mientras sonreía tenue, fingido como su ignorancia hacia las acciones de su esposo. Se seco la cara y las manos y se fue a prepararse para salir, hoy era su día libre e iba a disfrutarlo

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En otro lado....

El pequeño albiceleste se apoyaba en la mesa con pereza mientras escribía desganado las respuestas de las preguntas del trabajo, el peruano encargado de la caja lo miraba con una sonrisa y negaba con la cabeza

Tomo un trozo de papel y lo hizo una bolita que le arrojó al menor, que al ser golpeado en la cabeza por esa bolita miro indiferente al peruano que se hacía el tonto y seguía fingiendo hacer cuentas de lo que vendió, el argentino volvió su vista a sus deberes, no pasó mucho para recibir otra bolita de papel, decidió ignorar al alfa y recibió otra bolita

-- ¡bueno ya! -- gritó al recibir una cuarta bolita de parte del mayor, agarró una de las bolitas y se la arrojó con rabia, haciendo que el peruano se riera al ver la bolita que ni llegó a dónde estaba sino que cayó antes. Haciendo crecer la rabia del omega, que sólo se cruzó de brazos y siguió con su tarea  -- tiramela y vas a ver como te dejo  -- dijo amenazante al alzar la mirada y ver como el peruano estaba por arrojarle otra bolita de papel. Este sólo sonrió con malicia y se la arrojó

El argentino se levantó de su silla y fue a cumplir su amenaza, el peruano abrió los ojos al ver esa pequeña bola de rabia acercarse y empezó a correr por el local siendo perseguido por el menor, que parecía rabiar más con las risas del peruano

El italiano y el peruano mayor se asomaron desde la cocina ante el bullicio, encontrándose con la escena riendo un poco al ver como el albiceleste rabioso perseguía al albirojo preso de la risa,  la gente que estaba ahí se reía de la parejita, era bastante tierno verlos jugar de esa manera

-- mami... -- jalo las ropas del omega peruano la pequeña niña, su madre miro a la pequeña omega indicando que siguiera hablando  -- ¿Argie y mi hermano son novios?  -- pregunto de la nada la niña, ganándose la atención del italiano. El omega mayor negó con la cabeza

-- no Lima, son sólo amigos  -- le respondió el mayor,  la niña pareció calmarse, aun su hermano era sólo de ella y no tenía que compartir con nadie su cariño












Holaaaas

Preparando la venganza de nuestro Suecia chiquito bello precioso
Momentito tierno de los wawas, como se prometió

Weno nos vemos!

Ah! Regalito

Ah! Regalito

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Aquí ta

Bueno ahora si chauuuuu

mi guerrero inca  (CH Argentina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora