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El aroma a café y masas recién hechas inundaban el restaurante, era bastante aburrido sin el peruano, el argentino no tenia con quien conversar o a quien molestar, el peruano había vuelto a trabajar de abogado en el departamento de familia, tenia carácter para eso, no había dudas, los niños lo seguían mucho y los demás parecían estar seguros a su lado, aun así le hacia falta su amigo los días que no tenia que estudiar y ayudaba en el restaurante 

El nuevo empleado era simpático pero bastante callado y tímido, el brasileño era carismático con los clientes, pero con sus compañeros de trabajo parecía desinteresado o asustado de ellos, aun así el argentino lo intentaba, buscaba sacarle charla, pero era imposible, solo respondía con dos o tres palabras o con muecas 

-- Cha Brasil... -- lo llamo el argentino, el brasileño se dio la vuelta y dio un asentamiento de cabeza como respuesta -- ¿Vos por que no hablas tanto con nosotros pero si con los clientes? --- pregunto sin pelos en la lengua, el de verde se rio y se encogió de hombros volviendo a limpiar la barra como si nada, el omega bufo y apoyo su mentón en el dorso de la mano, no tenia caso el beta 

-- ¿Esa es la cara que le pones a la gente cuando vas a tomar su orden? -- pregunto el peruano entrando por la puerta, el bicolor se bajo del banquillo y corrió hacia el alfa abrazándolo con cariño y siendo correspondido por este -- Hola lindura... 

-- Hola guapo... -- respondió el omega frotando su nariz sobre las prendas el peruano, sintiendo ese dulce olor a menta con chocolate que emanaba el mayor 

-- Quita tus manos de mi hijo. -- dijo el italiano dejando una orden en la barra, el brasileño solo la tomo y se dirigió a la mesa correspondiente, el peruano alzo las manos en señal de que ya no lo estaba abrazando, pero el omega seguía abrazado al peruano, cosa que al italiano solo hizo suspirar con cansancio 

-- Mmm, que celoso... -- dijo el omega peruano acercándose a saludar a su hijo,  el argentino se separo del alfa y se rio yendo a donde su madre para darle un abrazo, que recibió contento pero sin dejar de estar mirando mal al peruano que era interrogado por su madre  -- Deja de ver a mi bebé as. -- le dijo el peruano mayor al italiano

-- Que tu bebé no toque al mío entonces. -- dijo el europeo, haciendo reír al latino que siguió dándole mimos a su hijo que se dejaba aun ante la vergüenza de que la gente viera como se dejada tratar como un niño pequeño a sus veititantos años  

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Después de varios minutos de una pelea sin sentido por los celos del italiano para con su hijo llego el sueco que se lo llevo de nuevo a la cocina a trabajar, alegando que se había antojado algo solo para que dejara de pelear, cosa que el italiano obedeció de inmediato quedándose solos el peruano y el argentino cuando el brasileño salió a fumar en su descanso

-- Siento que un día Italia me va a matar -- dijo el peruano a modo de chiste al verlo como se asomaba a ver que hacían, el argentino se rio y le dio un beso en la mejilla adrede que su madre estaba viendo para molestarlo 

-- Puede ser, quizás te haga albóndigas si se entera de algunas cosas -- comento el albiceleste sonriendo, el peruano arqueo una ceja y lo miro curioso, nunca habían hablado de ese tema después de que había pasado, entendía que ambos fingirían que eso jamás había pasado 

-- Argie, ¿Qué es lo que me ibas a preguntar aquella vez en la que te fuiste corriendo?  -- pregunto el peruano curioso, el argentino apretó sus labios entre si algo incomodo, bajando sus manos para agarrar el borde de su suéter 

-- La verdad ni me acuerdo loco, debió de ser algo sin importancia ¿Cómo te fue con tu ultimo caso? ¿Hacia mucho frio en el sur?-- dijo a modo de desviar la conversación, si se acordaba perfectamente lo que quería decirle, aun la tenia ahí, asechándolo para que preguntase, para pedir, pero no la dejaría salir, no quería ser rechazado, le gustaba como estaban las cosas, y aunque tener esa charla quizás lo hiciera tener eso que quería, también estaba esa posibilidad de echar todo a perder, estaba esa espina de duda en donde sentía que quizás el peruano se le riera en la cara y le diera que solo había sido sexo, que no eran nada mas que amigos 

-- Mmm... yo creo que si te acuerdas... -- dijo el peruano, sintiendo ese nerviosismo ajeno recorrer su cuerpo como si fuera suyo, aunque tendría una idea de que podría ser esa conversación no estaba seguro, aun sentía que en el fondo el omega no lo había perdonado de todo, o que incluso podría llegar a ser odiado por este, y no solo por lo que había hecho con respeto a lo que sucedió con el ruso, sino de aquellas veces en que ambos habían estado en celo ¿El argentino se sentiría usado o lastimado por esas veces? esa duda recorrió su mente por un segundo al ver como el omega desviaba la mirada nervioso 

El peruano se enderezo en su banquillo, poniendo un poco de distancia entre ambos, cosa que el argentino sintió como un rechazo y lo miro de reojo, esa mirada que el peruano sintió como si le tuviera miedo, fue una punzada en el corazón de ambos, el peruano tomo un respiro hondo y se paró 

-- Mejor me voy, tengo cosas que hacer fuera del pais... -- dijo tomando su chaqueta, el argentino lo vio, sintiendo el miedo de que se fuera por su culpa al haberlo hecho sentir incomodo  -- Ya no voy a molestarte mas Argentina -- dijo el alfa acercándose a la puerta, el argentino sentir su corazón a mil, se paro de inmediato y vio como el alfa abría la puerta y se iba, no, no podía irse así

El omega se quedo mirando la puerta unos segundos en silencio, con los ojos llenos de lagrimas, ¿Qué le costaba haberle dicho que no se fuera? ¿Qué le cotaba haberle dicho que le diera un segundo para pensar en que no lo tratarían mal por sus sentimientos?  tenia un nudo en la garganta, volteo al sentir una presencia detrás suyo, el italiano miraba también como el peruano se metía a su auto 

-- Yo que tu voy y le digo que quieres hablar -- dijo el lotha en un intento de dejar esa sensación de que el peruano le estaba quitando a su hijo, el cual volteo a verlo con incredulidad en los ojos -- Ya estas grande, tu sabrás que quieres para ti, y aunque me duele verte crecer y que ya no me necesitas como antes, debo aceptar que ya eres una persona y que tienes una vida propia -- dijo el italiano mirando a su hijo que frunció los labios un poco, dudoso de ir detrás del peruano -- Anda... -- le dijo el lotha, el omega solo asintió y salió caminando lo mas rápido que podía 

-- ¡Perú! -- grito al ver como su auto avanzaba por la calle -- ¡Volve! ¡Volve por favor! -- grito sintiendo la angustia en su pecho....
























Holis

no shep, asi estan las cosas pais

voten mierda

vaiiii

mi guerrero inca  (CH Argentina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora