Los gimoteos del omega argentino eran inútilmente acallados por la palma de la mano del peruano, que lo masturbaba de manera lenta mientras lo tenía sentado sobre su regazo con la espalda apoyada en su pecho y la piernas abiertas
-- ¿Te gusta que te toque así~? -- preguntó con voz ronca, haciendo que su aliento caliente con sabor a menta herizara el cabello del omega, destapó la boca del argentino para que pudiera responder
-- a-ah~ s-si~ ay~ -- gimio y apretó con fuerza la muñeca del albirojo rasguñando un poco su piel y cerrando con fuerza sus ojos al sentir como el orgasmo recorría su cuerpo y sentía que se había agua bajo el toque del alfa -- ¡a-ah~! ¡P-Perú~! ¡Mgh! -- el peruano vio como el miembro del argentino dejaba su caliente esencia en su mano
-- ¿que pasa cariño? ¿Ya no quieres más? -- preguntó dándole unas últimas caricias al miembro del más joven, apretando un poco la punta de este viéndolo retorcerse de placer, este sólo negó con la cabeza mientras daba grandes bocanadas de aire en busca de recuperarse del orgasmo que acababa de tener
-- e-estoy cansado.... -- dijo acalorado, el peruano dejo el miembro del argentino y le dio un pequeño beso en la mejilla, las feromonas del omega en celo inundaban el auto del peruano -- g-gracias por ayudarme... -- murmuró bajo recuperándose y volviendo un poco en sus sentidos
-- no hay de que Lindo Argie.... -- dijo el peruano dándole unos mimos en la cabeza con su mano limpia y después le pasó unos pañuelos húmedos para que se limpiara
-- no le digas a nadie de esto por favor... -- dijo el argentino tomando los pañuelos
-- no voy a decirle a nadie que acabó de masturbar al hijo de mi jefe en mi auto -- le aseguró con una sonrisa compradora mientras se limpeaba la mano y arrojaba los pañuelos sucios en una bolsita para después desecharlos debidamente
-- Perú... -- lo llamo el menor haciendo que lo mirase, aún estaba sobre sus piernas pero ya se había abrochado el pantalón y acomodado la ropa
-- ¿si, Lindo? -- le preguntó mirándolo, está vez el argentino no se molesto cuando le dijo "lindo" lo cual no supo que clase de sentimiento le dio
-- por favor no quiero que cambie nuestra relación después de esto... -- dijo mirando a los ojos verdes del peruano con suma tristeza
-- ¿por qué debería cambiar algo de nuestra relación? -- preguntó sin entender mucho. El menor soltó un suspiró cansado
-- la gente puede ser muy mala después de conseguir lo que quiere... vos... ¿conseguiste lo que querías de mi? -- preguntó con angustia y ansiedad hacía la respuesta del mayor
-- Argentina, no quiero soñar grosero o que lo que diga lo mal intérpretes... -- dijo con voz suave y un tono de voz tranquilo, acaricio la mejilla del argentino y y le acomodó un mechón detrás de la oreja -- yo de ti nunca busque absolutamente nada, ¿por qué lo haría? Si estuve conviviendo contigo fue porque el destino así lo quiso y porque me gusta estar contigo, me gusta molestarte, me gusta hablar contigo; eres muy gracioso y simpático, y me es gracioso verte siempre de mal humor después de que vienes de la escuela, así que nada va a cambiar, ni aunque tengamos sexo mil veces ¿okey? -- le respondió con calma y con su mano aferrada a una de las manos del omega y la otra acariciando con sutileza su mejilla
-- ¿me vas a seguir molestando y llenándo mi pelo de harina y azúcar? -- preguntó con un pequeño puchero y las lágrimas al borde de caer
-- por supuesto, y a untarte nata batida en la punta de tu nariz y a dejarte encerrado en la despensa cuando me artes de tantas galletas que me robas -- dijo con una sonrisa haciendo que el argentino sintiera su corazón ser apretado y soltó una risa haciendo que algunas lágrimas se le cayeran y fueran secadas por el mayor
El argentino se abrazó a su cuello con fuerza, tomando al peruano de sorpresa, ese hermoso olor a panqueques con dulce de leche era tan rico y embriagador a los sentidos, el celo del omega lo intensificaba a ese hermoso aroma y parecía ocultar el olor del alfa que también estaba en su celo
Ese olor a masa recién horneada de galletas de chocolate se ocultaba detrás del aroma a panqueques
El peruano le dio unos mimos en la espalda, seguido de unas suaves palmadas que hicieron que el abrazo terminará
-- vamos a la farmacia por tus supresores y te dejo en tu casa -- le informó el mayor y el menor asintió, se levantó del regazo del peruano y se sentó de nuevo en el asiento de copiloto y se abrocho el cinturón. El alfa hizo lo mismo y encendió el auto
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.-- Perú... -- preguntó a los minutos después de estar ambos en silencio
-- ¿si, Lindo? -- preguntó sin sacar la vista del camino
-- ¿me podes agarrar de la mano? -- preguntó con timidez a lo que el peruano no dijo nada y le extendió la mano, que no tardó en ser tomada por el omega. La mano le temblaba y estaba un poco fría, estaba nervioso, sin pensarlo se la acercó a los labios y le dio un beso en esta. El peruano no lo vio, pero el argentino se volvió un tomate por la pena
Hi, bueno
Ta potente
Ja ja voten
Los amo
Vaiii
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