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-- ¿podrías por cinco miserables minutos.... ¡Dejarme estudiar!? -- pregunto irritado el argentino al tener al peruano jugando con su cabello

-- el día que dejes de ser tan bonito y griton -- respondió el peruano haciendo que los rulos del argentino fueran pequeños resortes al estirarlos y soltarlos para que volvieran a su posición original

-- Deja de decirme esas cosas. -- le dijo con rabia  dándole manotazos al peruano para que lo dejara de despeinar. Este sólo se río un poco y apretó al argentino entre sus brazos y beso su mejilla

-- noup -- le respondió molestando al argentino que empezaba a tener un leve color rosa en sus mejillas, pero volvió a empujar al peruano y seguir con su tarea -- Argie.... Argieeeeee... oye, prestame atención... Argie Argie Argie Argie Argie... -- empezó a repetir el alfa picando la mejilla del argentino que con todas sus fuerzas se contenía para no matarlo

Volteo rápidamente para gritarle al peruano, sin tomar en cuenta que tan cerca estaba y al voltear su cara, se paralizó al sentir como sus labios se tocaron, rápidamente el peruano se separó, habiendo sido sólo unos instantes el que sus bocas se tocaron

La cara del omega rápidamente se tornó en un color rojo intenso y sus manos fueron a tapar su boca con pánico, el peruano en cambio, se mantuvo tranquilo y como el adulto que era sólo sonrió y le dio unos mimos en el pelo al argentino para calmarle, soltando unas risas bajas, sabía que fue un accidente así que no había porque molestarse o algo por el estilo

El corazón del omega rápidamente comenzó a latir con más fuerza cuando vio como el peruano le daba un beso en la mejilla y volteaba a mirar los apuntes del argentino y se los acercaba un poco más, indicando que siguiera estudiando. Y así hizo, aprovechó rápido para escapar de esa situación, de esa mirada verde del alfa, que para su alivio o preocupación, actuaba como si nada

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El argentino se metió a la cocina a buscar/robar unas galletas ya que su madre estaba en el mostrador y aunque no le dijera nada, de hecho se las daría y todo, no quería molestarlo o parecer un mañoso frente a los clientes

Un fuerte olor a chocolate amargo y menta se dio de lleno en su cara al entrar en la despensa, busco con la mirada de donde venía el olor, viendo que la puerta de la parte de atrás estaba mal cerrada, curioso como siempre, el argentino fue hacia afuera y vio al peruano en su auto, con la cabeza sobre el volante del auto

Se acercó, por ahí se sentía mal, dio unos golpecitos en el cristal para llamar su atención, el peruano alzó un poco la mirada, dándose encuentro con los ojos plateados del omega que lo miraba preocupado por su estado

-- ¿estas bien? -- le preguntó inocente y algo preocupado, el alfa asintió simplemente, apretando la mandíbula un poco, había olvidado lo doloroso que podía ser un celo  -- Che, te ves re pálido boludo, estas transpirado, ¿seguro que estas bien? -- pregunto nuevamente, el alfa volvió a asentir, el argentino no lo creía, tampoco se daba cuenta de que esa cantidad de feromonas estaba adelantando su celo

-- s-si.... sólo es un dolor de cabeza.... ve adentro...  -- le dijo con un poco de dificultad, el argentino sin dudas no lo creyó y sólo se angustio más al no poder ayudarlo. El argentino insistió un poco más, de verdad que se estaba preocupando por el peruano

Ay mi niño.... la inocencia te juega en contra a veces....

El estar bastante tiempo frente a esas feromonas tan fuertes ya se hacían notar para el omega, un pequeño malestar en su bajo vientre y ese sensación incómoda entre sus piernas le daban el aviso de su celo, ahí entendió o se dio cuenta del Por que de ese olor, nunca había prestado atención a las feromonas del peruano o a que olían, ya que se camuflaban con los olores del restaurante, como pasaba con él

mi guerrero inca  (CH Argentina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora