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Me encontraba precalentando el horno cuando escuché el timbre del departamento sonar.

Desde que había bajado a abrir la puerta de ingreso al edificio, todo el trayecto hacia mi apartamento fueron vitoreos de parte de mi amigo.

Matt me había enviado un mensaje confirmando que Zoe también venía, por lo que tuve que llamar a mi amigo para que comprara más bebidas y para que se comportara, aunque viéndolo ahora rogaba al cielo que no se descontrolara y yo terminara encargándome de él.  

-Oh Dios, estoy tan nervioso que siento que me sudan las manos-dijo limpiándose las palmas en sus pantalones una vez que dejo todo sobre la mesa.

-Guarda las cosas en el refrigerador-ordene acercándome al horno para comprobar que todavía faltaba un poco de tiempo para poner la salsa sobre la masa.

La cocina estaba justo en frente del comedor por lo que al ser un espacio abierto era fácil caminar de un lado hacia el otro para preparar todo.

Saqué mi teléfono del bolsillo delantero de mis pantalones al sentirlo vibrar.

-¡¿Ya vienen?!-grito mi amigo emocionado.

Hasta yo estaba ansiosa de sólo verlo así.

-Diablos, ¿qué debo hacer?, ¿debería cambiar mi ropa?, ¿tomar otra ducha? ¡no me digas que huelo mal!

Guardé mi teléfono luego de contestarle a mi mate y saqué las pizzas para comenzar a esparcir la salsa.

-Primero discúlpate por acorralarla en los casilleros-dije volviendo a poner las pizzas en el horno antes de voltearme hacia mi ahora ansioso amigo-asegúrate de hacerlo bien.

-Disculparme, bien, anotado.

Fui hacia la mesa para sacar las bebidas de las bolsas.

-Joshua, ¿qué es esto?-levante la botella en dirección a mi amigo quién se encontraba guardando las demás en el refrigerador.

-¿Alcohol?-dijo sarcástico. 

-¿Solo trajiste esto?-pregunte alarmada.

-Claro que no, traje alcohol para humanos también-dijo obvio caminando hacia mi y sacando las otras cosas.

Suspiré aliviada.

El alcohol humano no hacía nada debido a nuestra condición lobuna, a la mayoría de los supernaturales no les provocaba ningún síntoma como resaca o dolores de cabeza.

Pero el alcohol preparado por brujas y por hadas era otra historia, para cualquier humano normal era muy fuerte, pero para nosotros, era un alcohol común y corriente que podía llegar a provocarnos resaca y otros síntomas como el alcohol normal a los humanos.

-No debería beber esta noche-dije pensando en voz alta. No solía beber por lo que no era muy buena en ello.

-Eso si que no-dijo Joshua con sus manos en sus caderas-lo necesitas, lo necesitamos. Nuestros mates todavía no saben de nosotros, y me dijiste que hoy pasaste un mal momento ¿Verdad?-apreté mis puños recordando a las dos chicas del café-de eso hablo.

-Bien, tienes razón-suspire intentando relajarme-beberé.

Joshua me sonrió complacido.

Sólo esperaba que todo resultara bien.

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Me aclaré la garganta ante la tensión en el ambiente.

Matt se encontraba sentado frente a mí con Zoe a su lado y Joshua en frente de ella ubicado a mi lado.

ErahiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora