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Suspiré molesta tomando mi mochila.

-Eres una idiota-dije a mi reflejo en el espejo.

Habían pasado dos días, ¡dos maldito días!; después de que Matthew me había traído a casa, Joshua lo llevó rápidamente a su casa sin darme tiempo a reaccionar a causa de que todavía seguía adormilada.

¿Y lo peor de todo? Que incluso, a pesar de que le conté sobre mi vida, nunca recibí una respuesta sólida de él sobre si quería aceptarme o rechazarme. Por supuesto que en otra ocasión lo habría enfrentado, pero me encontraba muy avergonzada por nuestra charla en el auto.

"Es nuestro mate, es normal hablarle sobre nosotras"

Apreté mis labios frustrada.

"Que hayas hablado de nuestra vida no es una muestra de debilidad Erahia"

-Tú misma viste sus ojos Akira-levante mi mano furiosa-¡Incluso me tomó la mano!

"Eso no fue lastima"

-¿Ah no? ¿Y que diablos fue?

"¿Por qué no aceptas que está comenzando a preocuparse por nosotras?"

Miré el reloj comprobando que debía apresurarme para mi clase.

-Si se preocupara de verdad ya tendríamos una respuesta de su parte.

Sentí como el humor de Akira se desplomaba. Ella también sufría la ansiedad por no tenerlo a nuestro lado.

..

-Erahia, Erahia, Erahiaaa-se quejaba una voz insoportable a mi lado.

Frene en seco y me voltee para observarlo molesta.

-Por décima vez idiota, ¿Cómo diablos esperas que te ayudé a planear una cita cuando yo ni siquiera estuve en una?

Lo miré apretando los dientes, desde que habíamos llegado estuvo molestándome con eso.

-Tu pareces entender a Zoe mejor que yo.

Reí sarcástica.

-Créeme, cualquiera sabe que acorralarla en los casilleros y retenerla contra su voluntad ¡Está mal!

-Pero no cualquiera hubiese sabido que ella estaba en un aprieto y la hubiese ayudado como tú lo hiciste-me señalo con el dedo sonriente.

"Es un idiota", dijo Akira dándome la completa razón a mis palabras.

Estoy segura que por mi mirada notó que me estaba enfureciendo a lo que automáticamente retrocedió con sus palmas extendidas en frente.

-Está bien, está bien, entiendo-lo dudo-entonces ayúdame por lo menos a conseguir la información.

-Claro, ¿Por dónde quieres empezar? ¿Internet?-dije sarcástica.

-Muy graciosa-sonrió-Matthew.

Por supuesto que el escuchar su nombre iba a hacer que mi humor decayera.

-No me necesitas para eso.

-En realidad si-dijo seguro-de alguna forma cuando tú estás yo me vuelvo para él algo...como decirlo...

Lo observé hacer unos gestos con sus manos mientras movía la cabeza.

-¡Tolerable!-dijo finalmente-eso es.

-No quiero.

Frunció el ceño ante mi respuesta inmediata.

-Creí que ya habían arreglado las cosas.

ErahiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora