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Habían pasado unos días desde la transformación de Matt y yo no podía estar más feliz de tenerlo a mi lado.

Al principio todo fue un poco complicado ya que tuve que enseñarle a transformarme y a controlar a su lobo, el cual debido a su condición de Alpha recién adquirida, no fue lo suficientemente fácil de manejar.

Todavía no habíamos probado por completo su fuerza ni su agilidad, pero estaba segura que no solo yo, sino que todos los de la manada también habían notado que desprendía un aura parecida a la mía.

Estaba orgullosa de mi mate, tanto que sentía como mi pecho se inflaba al verlo desprender esa aura sobrenatural típica de hombres lobos; pero sobre todo estaba feliz de tenerlo. Si no despertaba, estaba más que dispuesta a cumplir lo que le había dicho antes de su transformación, pero para mi suerte, por una vez, la Diosa Luna decidió ponerse de mi lado y darme finalmente lo que necesitaba en mi vida, a Matt.

Aunque en estos momentos no estaba del todo emocionada con la imagen en frente de mí.

-Deja de gruñir-me reprendió Joshua a mi lado-si sigues así, todos pensarán que eres un perro.

-Pues es eso o saltarles encima a todas esas imbéciles por ver lo que es mío-dije entre dientes.

Como dije antes, Matt ahora desprendía cierta aura sobrenatural, que por supuesto era atrayente para los humanos. Sobretodo, para las féminas que no hacían otra cosa que comérselo con la mirada.

Mientras tanto, él se encontraba hablando con su amigo al otro lado del pasillo como si nada pasara.

-Sabes que Matt sólo tiene ojos para ti-dijo Zoe sonriéndome-no tienes de que preocuparte.

Después de todo el jaleo con su primo, Zoe se sentía cada vez más curiosa con respecto a nuestro mundo, sospechaba que su marca-ahora ya curada-la atraía cada vez más a Joshua. Miré de reojo a mi amigo que se encontraba de mi otro lado mirándola embobado.

-Aun así-dije frustrado-no tienen ningún derecho a ver lo que es mío.

Menee mi cabeza para finalmente girarme hacia mi casillero y tomar mis libros.

-¿Tienes clases ahora?-pregunto curiosa la rubia.

-En unos minutos-dije cerrando la puerta de metal y reacomodando la tira de mi mochila en mi hombro-pero si no me voy ahora, asesinaré a alguien.

-Espera-me detuvo Joshua tomando mi muñeca. Al instante sentí la mirada penetrante de la rubia sobre miy la de un cierto rubio, el cual, por mi buen oído, su gruñido no me pasó desapercibido-el Alfa quiere hablar contigo esta tarde, dijo que antes del entrenamiento con los cachorros fueras a su oficina.

El Alfa había sido una gran ayuda con el asunto de Matt, ahora estaba en una gran deuda con él.

-Bien, me encargaré de hablar con él.

Me dedico un pequeño asentimiento y después de despedirme me dirigí al salón de mi clase.

.........

Guardé mis cosas en un bolso y cuando estaba atando mi cabello en una coleta alta escuché mi celular vibrar.

Era un mensaje de mis madres: "llámanos cuando vuelvas de la manada".

Después de que mi mate había despertado ellas se encargaron de monitorear su progreso en caso de que tuviese alguna recaída con respecto a su salud. Se mantuvieron a nuestro lado en todo momento hasta que tuvieron que volver debido a que su negocio había estado cerrado por mucho tiempo.

Desde entonces suelen mandarme algunos mensajes a veces para que las llame o cuando ellas están por llamarme a mi; dijeron que con esto de que Matt ahora era un licántropo me darían "más privacidad".

ErahiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora