En todo el viaje Matt estuvo nervioso, intenté todo lo que pude para calmarlo, pero ni siquiera yo estaba del todo relajada.
Ahora nos encontrábamos Joshua, Matthew y yo esperando a mis madres y al Alfa que dijo que debía ir a buscar a alguien.
-Lamento la tardanza-una voz a nuestras espaldas hizo que los tres nos giremos encontrándonos con el Alfa y una mujer a su lado.
-Luna-dije acercándome hacia ellos para tomar la otra mano que el líder no sostenía ayudándola a caminar.
-Hola cariño-me sonrió tomando mi mano.
-No era necesario que viniera Luna, debería estar descansando.
-Puras patrañas-dijo meneando la cabeza cuando finalmente llegamos donde mi mate y mi amigo-estoy embarazada no enferma, hola cariño, tu debes ser el mate de Erahia.
-Matt, ella es la esposa del Alfa-los presenté-es la Luna de la manada.
"A las parejas de los Alfas solemos decirles Lunas", dije en su mente ya que no le había explicado esa parte.
Hizo un pequeño asentimiento casi imperceptible denotando que lo había entendido y miró a la Luna de la manada haciendo una pequeña reverencia con su cabeza.
-Hola Luna, es un placer tenerla.
-Oh no cariño-sonrió-el placer es mío.
Con cuidado dejé a la Luna en las manos de Alfa y caminé hacia mi mate. Cuando llegué a su lado le dediqué una mirada de aliento y tomé su mano.
Por el rabillo del ojo distinguí un conocido rayo de luz colorida, que le dio lugar a un a tres pares de pies corriendo desaforadamente.
-¡Niños!-gritaron antes de tomarnos a Matt y a mi uniéndonos en un abrazo grupal.
-Todo estará bien, no estén nerviosos.
-Trajimos toda clases de cosas en caso de que algo malo suceda.
-Pero nada malo sucederá, todo estará bien.
Matt giró la cabeza sobre el hombro de mis madres y me observó divertido mientras que yo sentía que me moría de la vergüenza.
-Mamas-dije palmeando la espalda en frente de mi notando una mochila-está bien, ya pueden soltarnos, siento que me están asfixiando.
-¡Lo sentimos!-gritaron al unísono separándose.
Pude notar que cada una traía una mochila, para ser más precisos, una gran mochila.
-Alfa, Luna, buenas noches-dijo mamá haciendo una pequeña reverencia seguida de mis mamás.
-Gracias por recibirnos.
-No hay por qué, me alegra verlas-dijo el líder sonriendo antes de mirarnos a Matt y a mi-ahora que estamos todos, creo que deberíamos empezar.
Tragué duramente y miré a mi mate.
"¿Estás listo?"
"Algo", dijo haciendo una mueca, "pero siento que si esperamos más me consumieran los nervios".
Reí nerviosa viendo como volvía su atención al líder de la manada.
-Estamos listos Alfa.
-Bien, tú y Erahia colóquense aquí-dijo tomando nuestros hombros y poniéndonos uno en frente del otro-y nosotros estaremos esperando por allí.
Señaló a unos cuántos metros dónde mis madres, la Luna y Joshua ya estaban ubicados.
-Recuerden que seremos su audiencia por si algo llegara a suceder-dijo para después ver a mi mate-Matt, escúchame atentamente-el susodicho se tensó asintiendo, a leguas notaba sus nervios, pero al mismo tiempo denotaba seguridad-Erahia te guiará, cuando transformes completamente en lobo tienes que volver a transformarte en humano de nuevo.
-¿Cómo hago eso?
-Vas a tener que visualizarte en tu forma humana y desear mentalmente volver a humano.
-Yo me encargaré de guiarte-dije mirándolo-permaneceré a tu lado todo el tiempo.
-Bueno chicos, ya es momento de dejarlos.
Esas fueron sus últimas palabras antes de caminar hacia los demás.
Matthew
¡Diablos!, estaba tan nervioso.
Una vez que el Alfa estuvo con los demás Erahia clavó sus ojos en mi; en verdad agradecía con toda mi alma el tenerla a mi lado, creo que ella era la única razón por la que soportaba todo esto.
-Va a dolerte-tomo mi mejilla e instintivamente me apoyé en su mano-y será un dolor horrible, pero no te matará, debes pensar en eso.
Todo este tiempo, a pesar de no estar del todo convencida con esto, me dió ánimos y nunca dejó de apoyarme. La veía intentando no mostrarse insegura en frente de mi para que no me asustara.
Ella era mía y yo era de ella, no tenía ninguna duda de ello.
Incluso ahora, no me arrepentía de mi decisión sabiendo que permanecería para siempre a su lado.
-Hazlo-dije tomando su mano para bajarla al mismo tiempo que me paraba recto-ya estoy preparado.
Apretó sus labios mirándome insegura antes de acercar sus colmillos a mi cuello.
-Te amo-susurro.
-Yo también te amo lobita.
Eso fue todo antes de sentir sus colmillos perforar mi cuello, trataba de no ser demasiado consciente del veneno de hombre lobo abriéndose paso en mi sistema.
Apreté lo dientes sintiendo como un ardiente dolor me recorrió todo el cuerpo. No supe si Erahia había terminado o no cuando caí al suelo.
Grité de dolor en el momento en el que escuché a mis brazos y piernas quebrándose indicando que la transformación estaba comenzando.
Sentía que había pasado una eternidad cuando fui consciente de los gritos de Erahia.
-Eso es Matt-dijo acariciando mi cara, aunque su toque ahora se sentía diferente-ahora humano, piensa en ti siendo humano.
Me sentía tan débil, como si mi consciencia fuese a desaparecer en cualquier momento, solo quería que esto terminara.
"¡Vamos Matt!", escuché a Erahia en mi mente.
¡Despabila, no es momento para rendirse!
Cerré los ojos con fuerza y de nuevo un dolor me recorrió el cuerpo, pero no tan fuerte como el anterior. Cuando finalmente pude levantar apenas mis párpados lo último que vi antes de desvanecerme por completo fue a mi hermosa lobita.
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Erahia
WerewolfErahia no es una mujer loba como cualquier otra, es la Alfa de la leyenda. La fuerte y solitaria Alfa de la que todos temen y respetan. Matthew es un simple humano que después de un par de años finalmente tomó la decisión de asistir a la universidad...