Matthew
El ruido retumbante de la música saliendo de los enormes parlantes, las luces de colores invadiendo el ambiente y el olor a cigarro mezclado con alcohol y otras sustancias no era algo extraño para mí.
-Creí que dijiste que saldríamos a beber a un bar-dije volteándome hacia Connor.
Estuve todo el día ansioso por recibir mensajes de Erahia cuando Connor fue a mi casa y me sacó de allí con la excusa de iríamos a un bar a beber algunos tragos para levantarme el ánimo, pero el muy imbécil me había traído a una discoteca con un grupo de chicos y chicas de su clase.
En otro momento no me hubiese importado, pero ahora no me sentía a gusto.
-Aquí tienes-dijo tendiéndome un vaso que desprendía un fuerte olor a vodka.
-No me refería a esto-hable entre dientes molesto.
-Oh vamos, no estés molesto-sonrió mirando a las chicas sentadas en frente de nosotros-se ve cómo una buena noche para nosotros.
-Para ti querrás decir-aclare molesto-yo no estaba de humor.
-¿Sabes qué?-dijo poniéndose de pie y llevándome a mí con él-tú lo que necesitas es entretenerte.
Antes de que pudiera procesarlo, me arrastró hacia donde estaban las chicas sentadas.
Simplemente me quedé atónito mientras mi amigo nos presentaba, no podía creerlo.
-¿Así que se conocen desde hace años?-pregunto una de las chicas mirándome me coqueta.
En otro momento le hubiese seguido el juego, pero ahora no quería hacerlo, y menos cuando la chica que me observaba no era mi loba.
Escuché a mi teléfono sonar en mis bolsillos y acelerado me levanté de la mesa.
-Voy al baño, ya regreso-dije simplemente antes de salir rápidamente de allí.
Fui a la zona de los baños que se encontraba un poco más apartada y la música no llegaba del todo.
-¿Hola?-pregunte intentando disimular mi acelerada respiración causada por mi trote.
-Acabo de llegar a la habitación.
Me apoyé en la pared detrás de mi sintiendo como todo volvía a estar bien; no la estaba pasando del todo bien, y en cualquier segundo tenía la corazonada de que golpearía a Connor, pero escucharla fue cómo si todo estuviese bien. No había nada de lo que estar molesto o incómodo.
-¿Cómo estuvo el baile?
-Fue una completa molestia-sonreí al escucharla bufar, por el ruido parecía batallar con sus zapatos-Joshua se emborrachó a los diez minutos y cuando intenté llevarlo a su habitación el muy idiota se escapó y salió a beber al jardín con los demás lobos de relaciones entre manadas.
Reí de sólo imaginarme la escena. Desde que escuché que iban juntos sentí una gran molestia en el pecho, y la idea de que no estuviese conmigo, si no con otro chico, tampoco terminaba de gustarme; pero esto lo volvía tolerable.
-Posiblemente salgamos mañana temprano-dijo.
-¿Joshua podrá manejar?-pregunte con el ceño fruncido.
Por lo que me había dicho en las otras llamadas que habíamos tenido antes cuando se fueron, ella manejaba las primeras horas y Joshua las segundas.
-No me interesa, que se pudra por emborracharse y hacerme avergonzar en frente de los líderes de las manadas.
Solté una carcajada al escucharla molesta, la extrañaba.
-Por cierto, escucho música de fondo, ¿Estás en casa?
-No-dije-Connor me arrastró a una discoteca.
La línea se quedó en completo silencio por unos segundos antes de que Erahia volvió a hablar.
-Ya veo.
No se escucha del todo contenta con la idea, y en parte la entendía, salí en medio de la noche cuando ella no estaba y nunca le dije nada. Pero no pensaba cómo sacar el tema a colación mientras ella estaba ocupada con las manadas en el baile.
-No tienes nada de qué preocuparte-dije intentando brindarle confianza. Me ofendía que dudara de mi pensando que podría hacer algo que la lastimara, pero después de todo lo que pasamos yo tampoco le había dado muchas razones para confiar plenamente en mi-pensaba tomarme un taxi, no se siente como un buen ambiente para mí de todas formas.
Lo decía enserio, me había decidido a irme desde el momento que Connor ignoró lo que quería y me había usado de apoyo para su ligue de la noche.
-No tienes por qué hacerlo-dijo sorprendiéndome-esta es la segunda vez que te vas cuando hablas conmigo.
Hablaba de la vez que salí con Joshua y su hermano a un bar.
-Quédate, si es por mí no te preocupes-por su tono parecía que hablaba enserio-no me he hecho ninguna idea equivocada por haber pasado tiempo juntos.
¿Idea equivocada?
-¿A qué te...
-Matt-dijo acercándose una de las chicas del grupo en el que mi ex amigo me había arrastrado-Connor pidió unas bebidas, ven.
Cerré mis ojos sabiendo que mi loba de increíble oído la había escuchado.
-Erahia, no es lo que crees.
-Adiós.
Miré el teléfono atónito, me cortó.
¿Ni siquiera iba a dejar que le explicara?
-¿Matt?
Ya vete de una vez maldita sea.
-Tengo que hacer una llamada-sonreí intentando ser amable, sabía perfectamente que el culpable de todo esto era el idiota de Connor y yo por dejarme engañar-vuelve a la mesa, ya te alcanzo.
Por supuesto que no lo haría, cuando se fuera me iría directo a la salida a buscar un taxi.
-Claro, no te tardes.
¿Desde cuándo esas sonrisas y miradas coquetas comenzaron a parecerme irritantes?
Mientras se alejaba volví a prestarle atención a la pantalla de mi celular.
Coloqué el aparato en mi oído escuchando los conocidos tonos de llamada caminando hacia la salida.
-Vamos Erahia contesta-dije levantando mi mano para detener un taxi al ver que ya era la tercera llamada que le hacía.
Suspiré molesto antes de darle la dirección al conductor.
Le mandé algunos mensajes.
¿Por qué tenía la mala costumbre de nunca escucharme?, quiero decir, si la hubiese estado engañando no le hubiera contestado el teléfono o podría haberle dicho alguna excusa.
Esperen, ¿engañarla?, Erahia y yo no estamos saliendo, ni siquiera llevaba su marca en mí.
Golpeé mi frente comprendiendo lo que sucedía.
Creí que a estas alturas ya había comprendido lo mucho que me importaba como para prestarle atención a esas cosas.
¿En verdad crees que porque no oficialicé nuestra relación iría a revolcarme con alguna chica?
No, esto también era mi culpa, debí haber dejado todo en claro desde un principio.
En medio de mis pensamientos no noté que había bajado demasiado en la lista de contactos cuando buscaba el número de Erahia.
Miré extrañado uno de los números agendados.
Por el nombre supe inmediatamente a quien pertenecía el número, o mejor dicho, a quienes.
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Erahia
WerewolfErahia no es una mujer loba como cualquier otra, es la Alfa de la leyenda. La fuerte y solitaria Alfa de la que todos temen y respetan. Matthew es un simple humano que después de un par de años finalmente tomó la decisión de asistir a la universidad...