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-Yo...-intente hablar con los ojos cerrado buscando las palabras correctas, hasta que abrí mis ojos de golpes-¿Quieres café?

-Erahia...-dijo con un tono de reproche mirándome burlón mientras meneaba la cabeza, pero antes de que siguiera hablando, rápidamente me alejé hacia la cocina.

-De repente se me antojo un poco de café, quiero decir, no tengo sueño y me muero por beber algo...-comencé a parlotear mientras ponía el agua en la tetera, intentando no derramar ni una gota por mi nerviosismo.

Me sobresalté al sentir de repente el cuerpo de Matt detrás de mi.

-No creo que lo que en realidad quieres sea café-alargó su brazo por mi costado rozando mi cintura para apagar el fuego que acababa de encender-aunque te apoyo en no querer dormir.

Mire hacia los lados de forma imperceptible intentando buscar algún escape. Me alteré al ver sus manos apoyadas en la encimera a mi lado encerrándome por completo.

-Escucha...-sentí la forma en la que movió con suma lentitud su rostro por encima de mi cabello moviendo los pocos mechones cerca de mi oreja y acarició la piel debajo de esta; "¿Tuviste que elegir este momento para comenzar a temblar maldito cuerpo mío?"-tú sabes que me tienes más que dispuesto a lanzarme a tus pies, pero aun así intentas, ¿Cómo decirlo? mmm...-inconscientemente me relajé al sentir el contacto de sus labios en un suave beso sobre mi cuello-¿hacerte la difícil?, no-otro beso-¿hacer que te ruegue?, no-apreté mi labios conteniendo el gemido que luchaba por escaparse ante el último beso en el que pude sentir un poco de su lengua-resistirte, ¡sí!, eso es, resistirte.

En verdad lo había aguantado, diablos que, si lo había hecho, pero ya no podía más.

Sin perder más tiempo me giré rápidamente y en una fracción de segundo sus ojos de ahora distintos tonos verdes se conectaron con los míos, los cuales sabía que mostraban el mismo nivel de excitación.

No sabía exactamente lo que quería, pero no tuve que pensar demasiado cuando sentí los dulces labios de mi mate sobre los míos. Gemí gustosa en medio del beso al volver a sentirlo.

Levanté mis brazos y enredé mis manos en su cabello para después sentir la presión de sus manos en mi trasero instándome a enredar mis piernas en su cintura, y así lo hice.

Su fuerte agarre en mis piernas y la agilidad de sus labios hizo que me perdiera completamente hasta el segundo en el que nos separamos cuando mi espalda se apoyó sobre el edredón.

En un instante los dos nos encontrábamos solo con nuestra ropa interior.

Sentí mi cuerpo derretirse cuando sus manos separaron con cuidado mis piernas; lo vi atenta mover su rostro hacia mi parte bajar.

Jadee sorprendida al verlo regar un camino de besos en la parte interna de mis muslos.

-Lo estás haciendo a propósito-dije entre dientes en medio de la excitación y el enfado que estaba comenzando a sentir.

-Tal vez, aunque haré todo lo que quieras, solo tienes que pedirlo- solté un gritito indignada ante la mordida que acababa de hacerme.

-Después del beso de antes creo que tú más que nadie quiere lo que yo quiero-dije trayendo a colación la forma en la que él se acercó primero a mí cuando estábamos en la cocina.

Levanto su mirada remojando sus labios.

-Pues yo estoy muy entretenido aquí abajo.

Si pensaba que iba a escucharme rogarle estaba muy equivocado. Ante su mirada retadora lo tomé de los hombros haciendo que el quedara debajo de mi cuerpo y sin dejarlo replicar me acerqué nuevamente a besarlo.

Moví mis caderas provocando algunos gruñidos de su garganta y me hubiese gustado seguir con ello, pero no era el momento, lo necesitaba, ahora.

Agradecía internamente no estar en celo aún porque sabía que esta necesidad de poseerlo podría ser mucho peor.

El celo era una etapa por la que las lobas atravesábamos en ciertos momentos del año. Durante el celo nos volvíamos más fértiles y nuestro apetito sexual era incontrolable; solo teníamos ciertos momentos de lucidez cuando nuestras necesidades eran cumplidas.

Esa era una de las razones por las que ansiábamos encontrar a nuestra pareja, ya que no hay nadie mejor que nuestro mate para cuidarnos durante el celo.

Ahora que lo pensaba, mi celo era la próxima semana....

Volví de mis pensamientos sintiendo el impacto del colchón sobre mi espalda.

-Y yo me encargaré de ti por completo lobita-arquee mi cuerpo al sentirlo morder el lóbulo de mi oreja. Otra vez había escuchado mis pensamientos a causa de la conexión.

En un movimiento rápido se movió hacia mi cuello para luego darle lugar a una sensación de dolor que en un segundo volvió a darle lugar al placer.

Una serie de espasmos me recorrieron de pies a cabeza al sentir su lengua sobre la herida de sus colmillos para cerrarla.

Con suma lentitud levantó su cabeza para conectar mi mirada con la suya.

-Mia-reclamo sonriendo con un brillo en sus hermosas gemas de diferentes tonalidades.

Sonreí sintiendo un cúmulo de emociones invadiendo mi pecho y levanté mi mano hacia su mejilla acariciando su nariz con la mía.

-Tuya.

ErahiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora