Harmony despertó sobresaltada cuando escuchó los golpes en la puerta

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Harmony despertó sobresaltada cuando escuchó los golpes en la puerta. Se sentó desorientada en medio de la oscuridad y trató de recordar dónde se encontraba.

—¿Harmony? —Alguien gritó su nombre y enseguida reconoció la voz de Josh. Esbozó una sonrisa; no se había equivocado al confiar en que ellos irían por ella.

—Harmony, cielo, ¿estás ahí? —llamó Nate.

—Ya voy —les respondió buscando sus muletas. Se levantó apoyándose en ellas y cuando se movió para acercarse a la puerta, tropezó con la mesa de centro, derribando un candelabro. El objeto causó un gran estruendo.

—¿Nena? —la voz de Nate volvió a surgir desde el otro lado.

—No pasó nada, ya les abro.

Esta vez tuvo cuidado de no chocar con nada y cuando llegó a la puerta encendió la luz antes de abrir. Los chicos entraron en tromba y ambos la rodearon con sus brazos dejándola atrapada en medio de los dos.

—¿Estás bien, mi amor? —le preguntó Josh alejándose para tomar su rostro entre las manos y besarla.

—Lo estoy.

—Estábamos preocupados por ti —afirmó Nate moviéndose para tomar sus labios él también.

—Lamentamos haber tardado tanto —se disculpó Josh.

—No se preocupen, su amigo fue muy amable conmigo.

—¿Cómo llegaste hasta aquí? —indagó Nate levantándola en brazos.

Josh atrapó las muletas antes de que cayeran al piso.

—El taxista me dejó justo en frente, así que arrastré la maleta hasta las escaleras y luego subí sentada. Tardé un tiempo, pero era más sencillo.

Los hermanos se miraron uno al otro sintiéndose culpables de no haber estado con ella para ayudarle.

—Pudiste haberte lastimado —declaró Josh tomándole la mano y besando su palma.

—Chicos, no soy tan frágil ni tan torpe como piensan.

—Nunca dijimos que fueras esas cosas, pero tu pierna te limita un poco y eso te pone en riesgo de lastimarte... no me discutas, que soy el médico aquí —le dijo cuando ella intentó abrir la boca para decir algo.

—Nena, vamos a ponernos pesados y sobreprotectores cuando sea necesario, así que es mejor que te acostumbres —le dijo Nate.

—Así es —lo secundó su hermano—. Ahora, ¿qué les parece si nos vamos?

Nate asintió y comenzó a moverse hacia la puerta llevando a su novia en brazos.

—¡No! —exclamó Harmony.

Un eterno amanecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora