Te sueño dormida, te sueño despierto

UNA VERDAD

Yo

Sofi, ¿puedes llegar antes esta tarde

al coffee de chicas?

Sofi

¿Has tenido otro sueño guarrete?

Yo

¿Guarrete? Eso es porno total.

Sofi

Intentaré llegar 15'antes.

Lo quiero todo con pelos y señales.

Yo

¡So guarra!

Sofi

Ya sabes cuánto.

Entré nerviosa a la cafetería y le pedí un café con leche a Loli que me miró frunciendo el ceño y preguntó si me encontraba bien.

-Solo he pasado un día agitada, pero nada importante la contesté mientras guiñaba un ojo y la sonreía.

-¿Y seguro que te va a sentar bien un café a estas horas? Mejor te pongo un descafeinado, con espumita, como a ti te gusta. Y mañana será otro día.

-Tienes razón. Gracias Loli, eres un amor.

Es un encanto de mujer. Por algo es la cafetería elegida para pasar largos ratos agradables por la gente de la zona. Esta atenta a todo.

Por la cristalera vi llegar a Sofi sofocada por llegar cuanto antes.

-Joder Elena, vaya cara que me llevas-me soltó nada más verme.

-Yo también te quiero, preciosa-la contesté con una sonrisa fingida. -Estoy fatal con esto, Sofi.

-¿Por qué te torturas tanto? Son solo sueños. Sueños pornográficos, mojabragas y que por cierto me chifla escuchar. Desembucha que me tienes en ascuas-me dijo con cara de salidorra.

Loli vino a traerle el café a Sofía justo en este momento.

-¿Qué por qué me torturo? ¡Es Sergio!

-¿Y? Me dirás que con lo buenorro que está no merecen la pena esos sueños.

-No, si los sueños son son

-¿Son?-me apremió

-Son la puta hostia, Sofi. Eso me preocupa.

-Pues sigo sin verle el problema.

-Vamos a ver, Sofi, dormida es una cosa, pero despierta, me los repaso fotograma a fotograma y acabo con la boca abierta, excitada como una perra, medio jadeando y deseando-me callé de golpe y casi sin yo acabar de hablar, ya tenía a Sofi preguntando histérica

-¿Deseando?

-Deseando vivir experiencias así. Que no sé lo que es disfrutar del sexo, joder-comenté mientras miraba y daba vueltas al café casi inexistente ya en la taza.

-Elena, ¿cuánto tiempo hace que Óscar no te echa un polvazo de los de hacer historia? Espera, espera, espera, que reformulo la pregunta. ¿Te ha echado Óscar algún polvo así en algún momento de vuestra relación?

Justo en ese instante entraron Esther y Sara. Esta última dando saltitos como una niña con una muñeca nueva y gritando desde la puerta:

-¡Hola Sofía, hola Lena!

-Sara-la dije-, te he dicho un montón de veces, que esa manera cariñosa de llamarme es exclusiva de Sergio. ¡Qué cansina eres, joder! Me enfada muchísimo y lo sabes. Ni Ricardo me llama así. A ver si lo vas fijando ya en esa cabecita tuya, ¿vale?