UN DÍA CUALQUIERA

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NOTA: como este capítulo es muy cortito, he decidido subir también el siguiente. Esto ya va tocando a su fin. La semana que viene subiré el último capítulo.

Teníamos a Rosa y Miguel más que felices por la boda. No se lo podían creer el día que les dimos la noticia. Se volcaron en ayudar con los preparativos en todo lo que pudieron y a nosotros nos vino muy bien. Y Miguel, también estaba a menudo en la imprenta echándome un cable. Había empezado todo con buen pie, aunque sí que es cierto que estaba más nerviosa y ocupada de lo normal, pero me desenvolvía muy bien. Sergio y los niños venían a ayudarme muchas tardes y luego volvíamos a casa los cuatro juntos.

Un viernes ya en casa, estábamos jugando al Trivial después de cenar, los cuatro juntos en el salón. Le tocaba tirar a Sergio que había ido al baño, cuando Laura le llamó.

—Papá, no tardes que te toca tirar ya.

Yo me quedé muda y Sergio entró corriendo al salón con cara de sorprendido.

—¿Me has llamado papá?

—Sí. Me ha salido solo. ¿Te ha molestado?—contestó un poco asustada.

—¿Qué si me ha molestado? —La agarró, la levantó en el aire desde el suelo y empezó a darla vueltas en el aire—Me chifla, Laura. Me acabas de hacer más feliz todavía de lo que ya era—Seguía dándola vueltas y la daba besos en las mejillas—¡Papá! ¡Qué bien suena! —decía orgulloso.

—La verdad es que seguir llamándote tío no me pegaba y me ha salido sin pensarlo.

—Pues me flipa, mi niña.

Era la que más me preocupaba y al final se había adaptado perfectamente a todo. Luca también, pero él era más reservado. Y ni qué decir, cómo acabó de feliz la noche Sergio.

Te sueño dormida, te sueño despiertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora