Viernes, siete de la mañana.
Me desperté de golpe, gimiendo mientras movía mis caderas al ritmo al que Sergio me estaba taladrando en mi sueño. Llevaba toda la semana soñando con él sin descanso.
Pero qué placer me está dando este hombre sin él saberlo, la hostia.
Aunque sabía que no me iba a volver a dormir, me quedé en la cama saboreando una rato más, el sueño que acababa de tener. Que, vamos a ver, confundida por esto de los sueños sí que estaba peroen período de hambruna, pues estas cosas se agradecían, chica. De hecho, debo reconocer, que ya me acostaba pidiendo a Morfeo un sueñecito nuevo en la misma línea, para qué nos vamos a engañar. Lo que más me sorprendía es que no los pedía con Jason Momoa o con Dwayne Johnson, por ejemplo, no, los pedía con Sergio. Solo y exclusivamente Sergio, quería que fuese el protagonista de mis sueños. ¿Y por qué él? ¿El Sergio con el que he crecido? Pues ni puñetera idea. Lo mismo que no tenía ni puñetera idea de cómo le iba a mirar ese día a los ojos cuando nos juntásemos todos en el Singing Rooster, la taberna irlandesa en la que nos solíamos juntar algunos viernes a tomarnos unas pintas. Y hoy tocaba, sí.
Estaba nerviosa porque pensaba que nada más mirarme a los ojos se daría cuenta. También lo estaba porque como tuviese el mismo efecto mojabragas que por las noches, se me iba a poner cara de lerda. Y mucha vergüenza porque me lo estaba montando con él en sueños y me estaba gustando. Son todas sensaciones nuevas para mí y que conscientemente, jamás me las hubiera planteado. El caso es que vinieron a visitarme una noche y no quería que se fuesen.
Los niños ya se habían marchado al instituto y Óscar, que llevaba rehuyéndome desde el martes, se había ido sin desayunar no sé ni con qué pretexto. Justo me había dado tiempo de recordarle, mientras salía por la puerta, que hoy habíamos quedado todos. Otra cosa era que viniese él a honrarnos con su presencia. Eso hasta el último momento no se sabía nunca. Así era Óscar.
Aproveché mi ratito de café para escribir a Sofi.
Yo
Llevo todas las noches soñando con Sergio.
Se me va a caer la cara de vergüenza
cuando le vea hoy.
Sofi
¡Buenos días guarrilla!
No seas boba, que él no sabe nada.
Yo
¿Y si me lo nota en la mirada?
Sofi
Eso dependerá de cómo le mires.
Si le miras con cara de deseo, pues quizás note algo.
Ja, ja, ja
Pero como no le deseas, puedes estar tranquila.
¿Por qué no le deseas no?
Yo
Joder Sofi. No ayudas gran cosa, tía.
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Te sueño dormida, te sueño despierto
Roman d'amour¿Qué harías si de repente tuvieras sueños eróticos con tu mejor amigo? Elena y Sergio han crecido juntos y se quieren con locura, pero como hermanos. Ella está casada y ha empezado a tener sueños con él muy subidos de tono. Está muy confundida y no...