FIRMAS

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NOTA: Aviso de que tenéis delante un capítulo intenso en muchos sentidos😏. Disfrutadlo.

—¿Llevas levantada mucho tiempo? —Bostezaba entrando en la cocina.

—Un buen rato. Estoy nerviosa por el día de hoy.

—Me jode un montón no poder acompañarte esta mañana. Por lo menos van Sofía y tu hermano y no estás sola.

—Afortunadamente, sí. No pensé que estaría tan nerviosa.

—Ven—Me abrazó—Todo va a ir bien, ya verás. Y cuando todo haya acabado, lo vamos a celebrar y a empezar a disfrutar de nuestra nueva vida juntos.

—Sí.

—Llámame en cuanto hayáis acabado, por favor.

—Sí, claro.

Sofi y Ricardo estaban esperándome a unos metros de la tienda de Óscar. Yo iba temblando de lo nerviosa que estaba. Tenía ganas de acabar con todo esto pero no quería verle la cara. No sabía si todavía tendría guardado algún secreto más que pudiese fastidiar todo el trámite y la falta de Sergio en ese momento me hacía sentir muy insegura.

—Vienes pasada, Elena. Menuda cara traes.

—Vengo muy nerviosa. He tratado de tranquilizarme pero no hay manera.

—Pues respira hondo porque va a salir todo bien. Confía en mí. Tú trata de cambiar la cara y déjame hablar a mí.

—Lo trae todo más que preparado, hermanita. Y yo voy a estar con vosotras por si se le ocurriese, cosa que dudo, cualquier tontería.

—Vale, vale. Y si me da un puto ataque de pánico, sujétame.

—No te va a dar, ya verás.

Entramos en la tienda y su cara de sorpresa fue un poema. También la mía al ver las marcas de la paliza que le dieron. Me impresionó mucho y por un momento me dio lástima, pero se me pasó rápido al recordar que él disfrutó con ello y lo muy cabrón que había sido todos estos años.

—¿A qué se debe esta visita?

—Traemos los papeles del divorcio. Si quieres puedes contactar con tu abogado o puedes leerlo y firmarlo ahora mismo y fin de la historia.

Nos miró con recelo y lo pensó unos instantes.

—Déjame verlos.

Sofi le tendió la carpeta y él empezó a leer.

—Joder, menuda columpiada os habéis dado con la manutención de los niños ¿no?

—Para nada. Además cuenta con que no tienes hipoteca, lo cual es una ventaja. Ahí viene la cantidad fija mensual a ingresar. Los gastos extras que puedan surgir como dentistas, por ejemplo, van a parte y serían a medias.

—Aquí viene que la custodia es para Elena.

—Por supuesto, ya han sido demasiado estorbo para ti y nos parece lo más lógico. Aun así, como verás, viene especificado que puedes verles los fines de semana alternos y las vacaciones que pautéis, siempre de mutuo acuerdo, claro.

—Tu firma no está—Me miró a mí.

—Lo voy a firmar ahora—contesté mientras hurgaba en mi bolso para encontrar un bolígrafo, pero Sofi había pensado en todo y ya nos había dado uno. —Voy firmando una de las copias—Mi mano temblaba y me costó escribir con firmeza.

Acabé de firmar todos los papeles y él empezó a firmar también.

—¿Y cómo hacemos para repartir el dinero que hay en la cuenta? —preguntó mientras firmaba el último papel.

Te sueño dormida, te sueño despiertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora