Capítulo 4

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—¿En qué mierda te involucraste? 

El sacudió la cabeza, todavía claramente sorprendido. 

—¿Cómo es que estás aquí? —preguntó. 

—Me uní después de que te fuiste. Escúchame, Baekhyun. ¿Qué mierda pasó? ¿Qué viste? 

La historia salió otra vez, en esta oportunidad un poco más clara. Su amigo Jaehyun era claramente un imbécil de bajo nivel en los Rebels, probablemente llevando un acuerdo paralelo para intentar ganar puntos con el liderato. Claramente su acuerdo salió mal. 

Y el jodido idiota había involucrado a Baekhyun. No tenía ni idea de qué tipo de insano miembro de un club metería a un extraño en algo así. Probablemente estaba tratando de impresionarlo o basura como esa, o al menos eso fue lo que dijo. 

Así que Jaehyun murió. Los chicos que lo hicieron tomaron su basura, agarraron sus alforjas y se fueron a la mierda. Con su billetera en las alforjas, por supuesto, lo que significa que saben quién es, y probablemente tienen algunas buenas razones para creer que el estaba allí. 

Qué puto desastre. Y para colmo, el estúpidamente cae en nuestra casa club y comienza a pedir ayuda como una demente. 

Sacudí la cabeza, mirándolo fijamente.

Lucía exactamente como el chico que recordaba. De pelo abundante y castaño, cuerpo con curvas, piel lechosa, una boca que suplicaba ser besada, que rogaba tener una polla entre sus labios.

Parecía sexo puro y siempre lo había hecho, excepto que ahora había crecido. 

Y por algún motivo insano, había decidido reclamarlo. 

Por supuesto, el no sabía lo que eso significaba. Al menos aún no, y no estaba a punto de explicárselo mientras todavía estaba en estado de conmoción.

 —¿Cómo me puede estar sucediendo esto, Chanyeol? 

Sacudí la cabeza. 

—Mala suerte. 

—¿Y cómo estás aquí? 

—Buena suerte, en realidad. —Hice una pausa—. ¿Sabes lo peligroso que fue eso? 

El negó con la cabeza en silencio. 

—Podrían haberte matado —dije— Probablemente deberíanhaberlo hecho. Trajiste una gran mierda a nuestra puerta. 

—Lo siento —expuso— No sabía qué más hacer. 

—Sí, bueno, funcionó para ti. 

—No estaba tratando de causar ningún problema. 

Dejamos de caminar, y me incliné contra la pared enfrente de las motocicletas. El se paró delante de mí, con los brazos cruzados.

 —¿Por qué me estás ayudando? —preguntó. 

Lo miré. 

—Te recuerdo. 

Asintió lentamente. 

 —Yo también te recuerdo. 

—No soy del tipo que permite que un chico en peligro se vaya sin ayuda. 

 —Eres tan encantador. 

—En realidad no —gruñí— Simplemente no quiero verte asesinado. 

—¿Y ahora qué? —preguntó— Esos tipos están ahí afuera. Saben quién soy

—Relájate —dije, levantando una mano— Puedes ir a mi casa esta noche.

Me miró un momento. No pude evitar mirar sus penetrantes ojos azules, sus abultados labios, y tuve el súbito deseo de follarlo justo en el callejón. No habría sido la primera vez que lleve a una puta y algún puto atrás detrás del club y lo folle sin sentido, pero Baekhyun no era solo un puto. 

—Vamos —dije— Sube. 

Subí a mi motocicleta y Baekhyun vaciló antes de subir. Le pasé el casco y el lo empujó sobre su cabeza. 

Pateé la moto y rugió. Retrocedí lentamente, aceleré un poco, y luego salí a la calle. Avanzamos por el camino, dirigiéndonos hacia los límites de la ciudad. 

Mi casa no estaba demasiado lejos de las afueras. Vivía en una pequeña casucha al final de una sucia calle, el tipo de lugar que me convenía. Tranquilo, lejos de la civilización, pero no demasiado lejos del club. 

Solo nos tomó quince minutos llegar ya que nadie más estaba en la carretera a las tres de la mañana. Sentí a Baekhyun abrazándome por detrás, agarrando mi cuerpo. Podía sentir mi polla revolviéndose en mi vaquero al pensar en su cuerpo presionado contra el mío. 

Pasamos por el sucio camino hacia mi pequeña casa. El tiempo pasó rápidamente, siempre lo hacía cuando conducía. Finalmente me detuve delante de mi porche, ocupando mi puesto y parando el motor. 

Se bajó y me puse de pie. 

—Hogar dulce hogar —expresé. 

—Es lindo. 

—Pequeño —gruñí—. No es lindo. 

El se encogió de hombros y lo conduje por los escalones hacia el porche y por la puerta principal. No era mucho y me gustaba de esa manera. Una gran sala de estar unida a la cocina, un baño separado y un dormitorio. Eso era todo. No necesitaba mucha comodidad, sobre todo porque no estaba mucho en casa. Tenía un arroyo corriendo por mi patio trasero, un bosque donde podía cazar si quería, y el vecino más cercano sabía que tenía que dejarme jodidamente tranquilo.

El se quedó torpemente junto a la puerta mientras yo arrojaba mis llaves y mi chaqueta sobre la mesa de la cocina. 

—¿Qué estoy haciendo aquí? —dijo suavemente. 

—Te estás escondiendo. 

Sacudió su cabeza. 

—Es una locura. Jaehyun estaba vivo hace solo unas horas. —Me miró, sus ojos atormentados —. Lo mataron. 

—Lo sé, chico —indiqué suavemente—. Estás en estado de conmoción. Ven aquí. 

Lo llevé de la mano a mi habitación, abriendo la puerta. Encendí la luz y asentí. 

—Puedes quedarte con la cama. Dormiré en el sofá. 

—No puedo dejarte fuera. 

—No lo haces —respondí—. Duerme aquí. Hablaremos un poco más por la mañana. 

Se sentó en la cama, observando sus manos. Me miró de nuevo. 

—Gracias. 

—No me agradezcas —dije—. Duerme un poco. Lo necesitas. 

Asintió. Apagué la luz, salí de la habitación y cerré la puerta detrás de mí. 

Me acerqué al refrigerador y agarré una cerveza, abriéndola. Me senté en el sofá y tomé un trago largo y denso, suspirando. 

¿Por qué lo estaba ayudando? ¿Por qué tenía buenos recuerdos de el cuando éramos niños? Toda esa mierda fue hace mucho, mucho tiempo. Ambos éramos personas diferentes. Solo porque tropezó de nuevo en mi vida hablando de algún novio motociclista muerto, no significa que tuviese que arriesgar mi cuello. 

Y sin embargo, había algo en el. Nunca olvidé la última vez que lo vi. Diablos, incluso me masturbé mientras pensaba en lo que me mi había perdido. Y viéndolo allí, luciendo tan bien como el día que se fue, bueno, era casi como si no tuviera elección. 

Me quité las botas y me recosté en el sofá bebiendo mi cerveza. Mañana tendría que explicarle exactamente lo que había pasado en la casa club. El chico todavía no entendía lo que estaba pasando.

Y necesitaría más información sobre este tipo Jaehyun. Necesitaba saber si debía preocuparme por lo que había sucedido, si los tipos que hicieron el golpe vendrían por el o todo pasaría sin problemas. 

Cerré los ojos, soñando con el chico de mi dormitorio, con lo que habría hecho con ese cuerpo. Con lo que quería hacerle.

Novio Motorista [ChanBaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora