Novio Motorista [ChanBaek]

Capítulo 3

—Alguien, por favor —dije apenas pensando, apenas consciente de lo que estaba haciendo—. Ayúdenme. Mi amigo fue asesinado. 

La casa club estaba en completo silencio, y cada persona me observaba. 

No sabía qué estaba haciendo. No sé por qué me presenté en ese lugar o por qué pensé que podrían ayudarme. Pero allí estaba, la decisión ya hecha y no podía deshacerla. 

—¿Parecemos putos policías? —dijo un tipo con una cicatriz en la garganta. La rubia sentada en su regazo se burló de mí.

—Fueron motociclistas —dije, las palabras saliendo de mí—.  Jaehyun era un buen tipo. También era un motociclista. Por favor, que alguien me ayude.

Otro hombre se puso de pie y se me acercó. Era enorme, fácilmente medía un metro ochenta y era feo como la mierda. Me aterrorizó. 

—Deberías irte a la mierda de aquí —expuso. 

— Jaehyun estaba en los Rebels —expresé—. Y a los tipos que lo mataron nunca antes los vi. Por favor, tengo miedo. Tienen mi billetera. 

—¿Y por qué mierda viniste aquí? —preguntó—. Este es el Demons MC. Nos importa una mierda un Rebel. 

Mi corazón se hundió en mi pecho, y las últimas horas salieron corriendo de mí en una sola carrera. Después de ver el cadáver de Jaehyun, tropecé hacia la carretera principal. Caminé por lo que se sintieron como horas, antes de finalmente encontrar la autopista. Comencé a trastabillar por la carretera por la que veníamos, caminando durante horas. 

Si un coche no hubiera parado y me hubiera llevado, no tenía idea de cuánto tiempo habría estado allí. 

Afortunadamente, el buen hombre me llevó a los límites de la ciudad de Austin y me dejó allí. 

No estaba pensando. Solo tenía una idea: ir al club de motociclistas y pedirles ayuda. Una vez, hace dos o tres años, Jaehyun me había traído a un club. Parecía conocer gente allí, muchos chicos, y se llevaba bien con todo el mundo. 

Asumí que era su propio club. Mientras estaba allí mirando a todos, comencé a darme cuenta de que estaba equivocado. 

—He estado aquí antes —dije estúpidamente—. Creí que era su club. 

El gigante resopló. 

 —No hemos estado aliados con los Rebels en más de un año. 

—Su nombre era Jaehyun —indiqué, prácticamente rogando —. Ellos saben que yo estaba allí. Por favor, no sé qué hacer. 

—Vete a la mierda, perro —gritó la rubia. 

—Has oído a la dama —dijo el hombre con la cicatriz.

 —Vete —dijo el hombre que estaba delante de mí— Ve a llevar esta mierda a otro lugar. 

Me quedé mirando horrorizado mientras toda la habitación empezaba a reírse de mí. Se burlaban, gritaban, me decían que me fuera, que me llevara mi mierda a otro lado. 

¿Cómo podía estar sucediéndome esto? 

Entumecido y aterrorizado, me di la vuelta. Mi mente estaba corriendo, tratando de averiguar a dónde podía ir o que podía hacer, cuando oí su voz.

 —Yo lo reclamo —gritó. 

La habitación se calmó lentamente. 

—¿Qué diablos dices? —preguntó el hombre alto detrás de mi

Me di la vuelta. 

Dio unos pasos hacia mí, pero lo reconocí al instante. 

—¿Chanyeol? —dije en voz baja. 

—Yo reclamo a este hombre —repitió—. Es mío. 

—No puedes estar hablando en serio —dijo el tipo con la cicatriz, levantándose. La rubia se alejó a tropezones, sentándose en el bar. 

—Muy enserio, Jackson. 

—Esto es un puto problema, Chanyeol. 

Traes a este perro al club y podríamos tener una guerra en nuestras manos.

Chanyeol sonrió perversamente. 

—¿Cuándo te has convertido en un puto cobarde? 

—No es un cobarde —dijo el hombre más cercano— Es inteligente. 

—¿Eres una perra, Siwon? —le preguntó Chanyeol.

 —No me llames perra, Chanyeol —rugió Siwon, moviéndose hacia él. 

Me quedé mirando, absolutamente aturdido, cómo mi viejo vecino y un hombre que no conocía se tiraban el uno encima del otro. Estaban cara a cara, casi gruñendo como perros, el tercer hombre llamado Jackson gritándoles. 

—¿Qué mierda es todo esto? —gritó otra voz desde el fondo de la habitación. 

Chanyeol y Siwon lo miraron. El hombre era mayor que todos los demás. Su pelo largo era gris y fino, pero había una amenaza en su mirada que era difícil de no advertir. 

—Chanyeol quiere traer a un maldito perro problemático al club —dijo Siwon—. Quiere traernos más conflictos. 

—Lo reclamé —dijo Chanyeol. 

El hombre de pelo gris suspiró y se acercó. 

—¿Por qué hiciste eso, Chanyeol? 

—Me gusta su aspecto. 

El anciano negó con la cabeza. 

—¿Cuál es su problema?

—Fue testigo de un golpe de club —indicó Siwon— Algo sobre los Rebels. Pensó que éramos su casa club. Probablemente estuvo aquí cuando éramos cercanos.

El hombre asintió y me miró. 

 —¿Cuál es tu nombre, chico? 

— Baekhyun —dije suavemente. 

Volvió a mirar a Chanyeol.

 —¿Realmente lo reclamas?

 —Si —dijo Chanyeol, mirando al hombre. 

El hombre lo miró durante un largo rato antes de sacudir la cabeza. 

—El chico es de Chanyeol. 

Entonces hubo un alboroto general, ira y desacuerdo. El hombre alzó las manos, silenciando la habitación. 

—Si tienen un maldito problema, arréglenlo con Chanyeol. 

—Gracias, Jung —expresó Canyeol. Se volvió hacia mí — Ven. 

Quería decir algo, pero Chanyeol ya me había agarrado por el brazo y me estaba arrastrando fuera. 

La última cosa que vi antes de salir de la habitación fue a Jackson y Siwon lanzándonos espeluznantes dagas, y a Jung desapareciendo de nuevo en la habitación de atrás.