Capítulo 14

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Mientras corrimos por la carretera, con el viento azotando mi cabello, sentí que de repente empezó a golpear contra mi espalda, señalando para que me acercara. 

¿Qué diablos podría necesitar? Me detuve en la primera parada de descanso que vi, pensando que necesitaba orinar o algo así.

 —¿Qué pasa, principito? —le pregunté. 

Me dio una mirada furiosa. 

 —Tenemos que volver a mi apartamento. 

Levanté una ceja.

 —¿Por qué haríamos eso? 

—Olvidé mi laptop. 

—Puedes vivir sin ella. 

—No, no puedo. —Cruzó sus brazos y reconocí la expresión de su rostro. Era rabia pura y obstinado, y significaba que no importaba lo que dijera, iba a hacer lo que quisiera. 

Podría luchar contra todo lo que quería, pero ¿qué importaba? Iríamos a su apartamento de un modo u otro.Decidí hacerlo fácil para mí. 

—Bien —dije—, pero tenemos que hacer un viaje rápido. 

—Solo necesito tomarla. 

—Vamos. —Puse el motor en marcha mientras el se subía de nuevo

La reunión con Taeyong seguía repitiéndose en mi mente. En la superficie, las cosas eran civilizadas entre nuestros dos grupos, pero todo el mundo sabía más que eso. Taeyong y los Rebeldes habían estado ansiosos por conseguir una parte de nuestra acción durante años, desde que Taeyong había tomado el cargo convirtiéndose en su presidente. Era un oportunista, y nos daba la espalda en el momento en que lo beneficiaba. 

Más que eso, parecía que él sabía algo que nosotros no. Parecía casi seguro en nuestra reunión, lo cual probablemente no era sorprendente, pero acababa de perder a un hombre. Era casi caballeroso sobre eso, casi como si no importara tanto.

La única persona en el mundo que sabía lo que había sucedido estaba sentado en mi motocicleta conmigo, probablemente mentalmente preparándose para casarse conmigo. Lo peor de todo, ni siquiera podía empezar a entender lo que estaba sucediendo a su alrededor.

Tal vez el me odiaba, aunque no estaba seguro de por qué. En todo caso, tenía todo el derecho de despreciarlo. Por lo que había sucedido entre nosotros, su padre me había lanzado a la cárcel y el no me había escrito ni una carta. Y aquí estaba dispuesto a sacrificar mi maldita libertad por el solo para mantenerlo protegido de los malditos hijos de puta que querían hacerle daño, y el estaba actuando como si yo fuera un idiota. 

Maldito chico, pensaba que el mundo giraba alrededor de su preciosa cabecita. La verdad era que quería follar tanto su culo, que estaba empezando a pensar que era cierto. La forma en que mi polla se tensaba cada vez que estaba cerca significaba que tal vez era en realidad el centro del maldito universo.

Volvimos a la ciudad, dirigiéndonos hacia el edificio de su apartamento. Por último, aparqué en el frente y bajó de mí motocicleta. 

—Espera —le dije—. Quédate conmigo. 

El frunció el ceño. 

—Es seguro. Este es mi apartamento

—No es seguro. Este es tu apartamento. —Agarré su brazo—. Quédate conmigo.

Iba a protestar, pero yo no estaba jugando. Lo empujé detrás de mí, ignorando su enojada queja. 

Empujamos a través de la puerta principal y nos dirigimos arriba. Tan pronto como nos giramos en su descanso, sentí algo. No estaba seguro de qué.

Novio Motorista [ChanBaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora