Capítulo 21

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Me desperté, cansado y dolorido de la noche anterior. Luz se colaba a través de la ventana del dormitorio. Rodé, pero el lado de Chanyeol de la cama estaba vacío.

Suspirando, me senté. Recuerdos de la noche anterior vinieron flotando en mi mente. Sentí todo otra vez contra sus manos fuertes, su polla empujando profundo dentro de mí, el sudor que goteaba de mi cuerpo, la manera intensa en que me miraba.

Finalmente me había dado a él, y era mucho más de lo que hubiera imaginado.

Sonriendo para a mí mismo, salí de la cama. No podía esperar para volver a verlo por alguna razón loca. Bajé la mirada al anillo en mi dedo y sentí algo revolotear en mi estómago.

Sabía que no estábamos realmente casados. Sabía que no era real, solo un movimiento político conveniente para ayudar a mantenerme seguro.

Pero no pude evitar sonreír. Después de anoche, tal vez significaba algo.

Entré en la sala principal.

—¿Chanyeol? —grité.

Silencio me saludó.

—¿Chanyeol?

Miré alrededor de su cabina, pero él no estaba allí. Miré por la ventana delantera y vi dos motos que no reconocía estacionadas allí en lugar de la de Chanyeol.

Rápidamente entré en su habitación y me puse algo más de ropa y abrí la puerta delantera.

Sentados allí estaban Lucas y Mark

—Buenos días —dijo Lucas.

—¿Dónde está Chanyeol? —le pregunté.

—Negocios del club —dijo.

Fruncí el ceño.

—¿Cuándo se fue?

—Temprano esta mañana.

—¿Cuándo va a regresar?

—No sabemos.

Suspiré.

—Está bien. Gracias. —Volví dentro, cerrando la puerta.

Por supuesto que él se había ido. ¿Qué más podía esperar? ¿Realmente pensé que Chanyeol estaría en la cocina cocinándome el desayuno con una sonrisa?

Así no era él. Chanyeol era un idiota, un motociclista egoísta. No le preocupaba cómo me sentiría al despertar y no encontrarlo. ¿Por qué le
importaría?

Tenía negocios del club.

Y en ese momento, me di cuenta de algo.

Me di cuenta de que el club siempre vendría primero. No importa lo que yo hiciera, sería el club. Aunque él me quisiera de esa forma, de lo que no estaba muy seguro, los negocios de club siempre me superarían.

No podía vivir con eso. Honestamente, no estaba ni siquiera seguro que quería nada más que ver con Chanyeol. Ayer por la noche siguió corriendo a través de mi mente, sin embargo, eso me hace repensar todo.

No estábamos realmente juntos. No estábamos realmente casados. Pero anoche se sintió como que era real. Cuando su cuerpo se presionó contra el mío, se sintió más real que cualquier otra cosa que había experimentado. Incluso entre el sexo, estábamos constantemente tocándonos, hablándonos, riéndonos. Simplemente se sintió bien.

Y aun así él se iría. Él se fue. Comprendía que tenía que hacer cosas por su club, pero ni siquiera se molestó en despedirse de mí.

Tal vez yo estaba reaccionando de forma exagerada, pero no podía evitar pensar en nuestro pasado, sobre él desapareciendo de mí. Fui a la cocina y preparé algo de desayuno y café. Pensé que los chicos fuera agradecerían algo de comida, así que hice panqueques extras para ellos. Cuando terminé, les llevé dos tazas.

—Oh mierda. Muchas gracias —dijo Mark.

—Sí, gracias —añadió Lucas.

Tomaron sus bebidas con gratitud.

—¿Quieren unos panqueques?

—Santa mierda sí —indicó Lucas.

—Por favor —agregó Mark

Me eché a reír y me fui adentro, volviendo con dos grandes platos de panqueques.

—Aquí. Disfruten.

Excavaron como si nunca hubieran comido antes. Me senté en los escalones, bebiendo mi bebida y los observaba comer.

—¿Cómo están? —pregunté.

—Delicioso —dijo Lucas

—Sí, genial —añadió Mark

Sonreí.

—Bien. Estoy feliz de que ustedes me estén hablando hoy. —La cara de Mark cayó y miró a Lucas, quien solo se encogió de hombros.

—¿Estamos hablando con el? —preguntó Mark.

—No nos dijeron que no lo hiciéramos —dijo Lucas.

—Supongo que estamos hablando. —Mark sonrió hacia mí.

—Así que ¿qué pueden decirme acerca de lo que está sucediendo?

—No mucho —comentó Lucas—. No nos dicen mucho. Solo hacemos lo que se nos dice.

—¿Sabes dónde está Chanyeol?

Él sacudió su cabeza, masticando un bocado grande de panqueques.

—¿Y tú? —le pregunté a Mark

—Sé menos de lo que él sabe —dijo. —Créeme, solo somos prospectos. No nos dicen ni mierda.

Suspiré, tomando mi café. La idea de pasar otro día encerrado en esa cabina de repente me volvió loco. No podía permanecer encerrado más, no con Chanyeol allí fuera haciendo quién sabe qué. Tal vez él estaba en peligro, o tal vez yo estaba en peligro. Nadie me decía nada, y así constantemente estaba adivinando y al borde.

Me puse de pie.

—Voy a caminar —anuncié, y me volví para irme.

—Espera —dijo Lucas, levantándose. Sus panqueques cayeron al suelo, y Mark retuvo una risa— No te podemos dejar ir.

Lo miró. Lucas era alto y desgarbado, y estaba seguro que me podría detener si quería.

—¿Estoy en la cárcel? —le pregunté.

—No —dijo— pero no puedo dejarte salir.

—Me voy entonces. —Di la vuelta y comencé a moverme.

—Espera. —Lucas bajó corriendo los escalones y consiguió ponerse delante de mí —. Lo siento mucho, Baekhyun, pero tienes que quedarte aquí.

—Muévete —dije y me fui a caminar a su alrededor.

Lucas se puso repentinamente serio. Se transformó del tonto prospecto en el porche a un hombre intenso en medio segundo. Él agarró mi muñeca y asintió hacia Mark, que bajó los escalones.

—Déjame ir —le dije, tirando de mi brazo.

Me sostuvo más firmemente.

—Lo siento —murmuró él—. Tenemos órdenes.
Mark agarró mi cintura y me tiró encima de su hombro como si fuera nada.

—¡Bájame! —grité, golpeando su espalda.

Mark  me ignoró y me llevó dentro, bajándome en el sofá.

—Lo siento —expuso, mirando lejos—, pero te tienes que quedar.

Los dos prospectos se fueron, cerrando la puerta detrás de ellos.

Me senté allí mirando fijamente después que se fueron, ira fluyendo a través de mi cuerpo.

No solo Chanyeol me dejó, sino que me encerró en su maldita cabina como si fuera un prisionero.

Qué gilipollas. Ese bastardo. Me iba a escuchar. Tan pronto como averiguara cómo escapar de estos matones.

Novio Motorista [ChanBaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora