Novio Motorista [ChanBaek]

Capítulo 28

Tomé mi whisky de golpe y me serví otro.

No podía creer lo enojado que estaba. Jung dejando ir a Taeyong era pura mierda, el peor tipo de cobardía. No podía decir si Jung quería esta guerra o si él quería ser una perra y chupar la polla de
nuestros enemigos.

Baekhyun estaba en silencio, pero yo estaba demasiado molesto para hacer algo sobre ello. El justo había pasado por algo de lo que no muchos chicos eran testigos, un verdadero enfrentamiento y una persecución en motocicleta. Que no fuésemos todos arrestados y puestos en prisión era un maldito milagro.

En realidad, fue porque habíamos sobornado a la policía. Pero aun así, toda la condenada cosa era demencial. Y cuando tragué de golpe mi segundo whisky mi teléfono comenzó a vibrar.

Lo agarré, asumiendo que era Jung.

—¿Sí? —dije, alejándome de Baekhyun

—Hola ahí, Chanyeol

Me detuve de golpe.

—¿Taeyong?

—El único. ¿Cómo está nuestra chico?

—Tienes suerte de estar vivo, hijo de puta —gruñí.

—Tranquilo, Chanyeol —expuso—. No hay necesidad de eso.

—¿Dónde estás?

—Sano y salvo, no gracias a ustedes bastardos. Tuve que abandonar las drogas para escapar.

—Lo sé, pendejo. ¿Qué quieres?

—Solo una cosa, y luego habré terminado.

—Habla —le gruñí.

—¿El vale todo esto? ¿Este chico vale que todos tus hermanos mueran?

—Jódete.

—Dámelo, Chanyeol. Medio millón de dólares y mi eterna gratitud.

—¿Por qué la quieres?

—Para dárselo a los Snakes, obviamente, para terminar con esto.

Sacudí mi cabeza.

—Eres una mierda despreciable. Si alguna vez te veo de nuevo, te mataré. —Colgué el teléfono.

Baekhyun me miraba.

—¿Quién era?

—Taeyong

—¿Qué quería?

Negué con la cabeza.

—Vamos. —Me acerqué y tomé su mano.

—¿A dónde vamos? —preguntó.

—Solo vámonos. —Lo arrastré justo detrás de mí, sin pensar.

Yo solo necesitaba largarme de aquí. No sabía a dónde iba a ir o por qué; solo necesitaba montar. Nos subimos a mi moto y me salí al tráfico, volando a una cómoda velocidad. Entré a la autopista y solo continué.

Sentía a Baekhyun sujetarse fuerte. Me encantaba sentirlo en la parte trasera de mi moto, tocando mi cuerpo, respirando cuando el viento azotaba su cabello.

Pero el era una maldita carga. Empujando a nuestro club a la guerra, todo porque yo había insistido en hacerla mi hombre. Todo porque yo haría cualquier cosa para mantenerlo a salvo.

Tras media hora de conducir, estacioné en la carretera y me dirigí por un sucio camino a un área de bosque. Sabía a dónde iba, aunque no sabía por qué. Después de otros cuantos minutos de montar por el lodoso camino, estacioné la moto a un lado y apagué el motor en un pequeño claro.