Capitulo 4

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Arek

Aun Sonia y yo estábamos bajando, pensando en que habíamos perdido a Lua, sin embargo, cuando ya estábamos cerca de la calle, ella estaba desmayada y tenía al lado a Moris bailando y festejando con un sartén.

-Les dije, que bajar por el ascensor era lo mejor-nos dijo. -¿Qué?, ¿cómo?- dije muy confundido, porque no entendía como Lua termino desmayada.

-Antes de bajar, agarre un sartén de la cocina, y cuando baje y la vi... vine corriendo y le golpee la cabeza, tremendo genio soy-

Cuando por fin logramos bajar nos acercamos a Lua y la vimos en el suelo con los ojos cerrados.

Me parecía a una muñeca de porcelana, pues ella era bastante delgada, aunque no sé si llegaba a tener un cuerpo de modelo, un cuerpo desnutrido, ese es el cuerpo de una modelo a mi parecer.

-Chicos saben que hay que subirla al coche, quien la carga, yo no aviso- dijo Sonia en un tono enojado todavía, se notaba que seguía enojada con ella.

No la culpo nos hecho un globo de vinagre encima, aun siento que me resbalo y el olor es insufrible, el vinagre no es tan bueno cuando no está en mi ensalada.

Al final decidí que la iba a cargar yo, no estaba enojado con ella, me daba igual, solo no quiero que mi jefe se enoje, este trabajo es todo para mí.

-Yo lo hago-la tomé entre mis brazos y no pude evitar decir lo que pensaba.

-Parece una muñeca de porcelana-mis dos amigos me miraron raro.

La subí con cuidado en el asiento de atrás. -Recuerden que es la hija del jefe- nos dijo Sonia.

-Tranquila no somos pervertidos- dijo a la defensiva Moris. -A eso no me refiero, hay que llevarla lo más segura posible y completa, la desmayamos carajo-le respondió Sonia.

Suspiré. -Yo me siento atrás con ella, ustedes vallan adelante.

Me senté atrás y me aseguré que no se cayera durante el camino a la base, no evitaba dejar de verla, pase todo el recorrido observándola, creo que si soy un poco pervertido.

Cuando llegamos entramos por la parte de atrás, como Gabriel nos había dicho. Lua seguía desmayada así que tuve que cargarla otra vez.

Tratamos de ir lo más rápido posible a la oficina del jefe, no queríamos que nuestros compañeros nos vieran con una chica desmayada y pensaran que la O.I.C.E.M ahora secuestraba personas.

Llegamos, primero entro Moris, luego Sonia y luego entre yo junto con Lua. Y al entrar la apoye en el sofá azul que había.

La primera reacción de Gabriel, no fue muy feliz. -¿Por qué tardaron tanto? y ¿Por qué mi hija esta desmayada?-pregunto muy enojado.

-Te explico jefe de mi alma. Primero tardamos en llegar a la dirección, porque yo conducía y no lograba encontrar el edificio-explico Moris-Segundo, tu hija armo un plan, por eso nos hueles a vinagre, así que yo la desmaye con un sartén-

-En conclusión, es la culpa de Moris-agrego Sonia. -Exactamente... ¡espera que!- exclamo Moris.

Luego ambos comenzaron a discutir, mientras yo me ponía a un lado y Gabriel se frotaba la cara, ya seguramente cansado de nosotros.

-¡Se pueden callar!, me agotaron mi paciencia- les grito. De inmediato tanto Moris como Sonia se quedaron callados.

Todos estuvimos en silencio un tiempo, hasta que Lua se comenzó a mover, yo fui el primero en darme cuenta de eso así que les avisé-Gente, Lua se está despertando-

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