Capitulo 15

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Lua

Eran las seis de la mañana tal como habíamos acordado.

Todos juntos comenzamos a caminar hacia la montaña. El sol nos daba de frente, parecía que lo teníamos al lado o mejor dicho más cercano a la tierra. Sentía frio y calor a la vez, jamas había sentido esa sensación antes.

Estábamos muy abrigados, me asegure de comprarme la mejor ropa ayer. La nieve estaba muy densa y nos costaba movernos.

Teníamos nuevo equipo. Equipo de la academia de la O.I.C.E.M en Nueva Zelanda. Teníamos rastrea anomalías, medidor de clima causado por anomalías, un equipo que ni idea que existía, calculador de anomalía, un artefacto parecido al de Liam pero no tan tecnológico como el de él. Para usarlo tenías que estar en el lugar donde se iba a dar si o si y te dice la hora exacta de cuando se daría la anomalía.

En conclusión la misión ya está más organizada que toda mi vida, un gran pasó.

Íbamos todos caminando juntos como un grupo, sin embargo me parecía que si seguíamos a si no llegaríamos a nada.

Cada vez nos alejábamos más de Pokhara sin embargo no encontrábamos ninguna anomalía. Nuestros artefactos no detectaban nada.

Entonces se me ocurrió una idea. -Chicos, ¿Qué hora es?- pregunte. -Me fijo- dijo Moris agarrando su celular. -No dice que hora es, que raro- comento viendo su celular.

-Nos estamos alejando de la ciudad donde está registrada la hora, solo puedes fijarte la hora con un reloj- explico Arek. -Yo tengo un reloj que me compre ayer, por eso mismo me lo compre- comento Claudio. -Son las ocho de la mañana-

-Dos horas caminando-dije sorprendida, creo que nuestro plan no estaba funcionando después de todo.

-Dos horas caminando y sin encontrar nada, eso explica porque estoy cansada y con hambre-comento Grace. -Sí, yo también tengo hambre porque no desayunamos- se quejó Moris. –Entonces un descanso-dijo Arek ya comenzando a buscar algún lugar para descansar.

Lo seguimos, al final encontramos un pequeño lugar donde la nieve no estaba tan densa y había rocas para sentarse.

Cada uno se sentó en una roca excepto Arek que se sentó en la nieve porque había cuatro rocas. Saqué los sándwich que se me había encargado llevar y di uno a cada uno. Desayunamos en la nieve, nuevas experiencias.

Mientras todos disfrutaban del desayuno, dije mi idea. -Qué tal si nos separamos, vamos en dos grupos, uno de dos y uno de tres-. Todos se quedaron en silencio. -No sé si es una buena idea, ¿Quién sabe qué puede pasar?- comento Claudio.

-Lo que pasa es que si seguimos de esta manera, quizás encontraremos la anomalía muy tarde- comente. -Es un buen punto- comento Grace. -Sí, puede funcionar, el problema es cómo nos comunicamos- comento Moris. -Si eso es lo que no me entra- comento Claudio.

Arek se levantó de la nieve sacudiéndose las migas de su sándwich. -Lo tengo cubierto, walkie-talki, uno para cada uno-dijo sacando de su mochila cinco walkie-talki.

-Estoy impresionado de nosotros, pensamos en todo o la autora pensó en todo- comento Moris, aunque lo que dijo me dejo un poco confundida.

Al final llevamos a cabo mi idea, nos dividimos en dos grupos. Arek, Grace y Claudio, mi grupo Moris y yo.

Nos comunicábamos siempre que veíamos algo fuera de lo común. Al principio parecía que encontraríamos algo pero no tuvimos suerte, la búsqueda se estaba tornando aburrida y pesada. Tampoco funcionaba esto.

Igualmente Moris y yo nos entreteníamos hablando específicamente de su exesposa, a Moris le encantaba echarle carbón al asunto.

Las bromas que hacia sobre ella, en si no me daban gracia, lo que a mí me hacía morirme a risas, era el tono en que Moris lo decía. Creo que esa es la razón por la cual todos nos reímos de las bromas de su exesposa. La verdad me sentía incomoda de reírme de una mujer que es la exesposa de un compañero.

Cazadores de DimensionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora