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(...)

— Y... ¿Cómo haremos para el trabajo? — pregunto Kieran, notando como no la mirada recelosa de Victoria. Ella estaba recostada en el barandal del gimnasio. Si había aceptado seguirle era por lo mismo, saber como iban a llevar a cabo dicho trabajo. No se le ocurría nada. 

— No tengo ni la menor idea, ¿Qué propones tu para salir de esto? — respondió ella finalmente con aburrición. 

— ¿Esto? — Kieran levanto ambas cejas a la vez que siguió mirando a la jovencita — No pensé que fuera tan malo, su majestad. 

Victoria solo dio una mirada fastidiada ante la sonrisa burlona de Kieran. 

— Bueno — esta vez Kieran se recostó igualmente en el barandal, quedando a un lado de ella, solo acabo por lanzarle una mirada disimulada. 

Al fondo del lugar nada mas pasaba el conserje, sin poner atención a lo que hiciera o dejaran de hacer todos los riquillos del lugar, pues hablar de mas era ver una cabeza rodar. 

— Podríamos hacer esto en tu casa, ¿no? — señaló Victoria y Kieran solo levanto ambas cejas.

— ¿Mi casa? 

— ¿O qué? ¿Vives bajo un puente? 

— Por supuesto que no... pero...

— Perfecto. Pásame tu dirección y llegare a las 3pm del día de mañana. 

Kieran se quedó con la palabra en la boca apenas y vio a la joven chica alejarse. 

Eso si sería un gran problema en donde también supo que tendría todo el resto del presente día para "limpiar" 

Victoria solo botó el aire cuando regreso a su salón de clases y allí justo esperaba Berenice, con cara de acontecimiento. 

— Oye, tu ligue tiene un sujeto muy raro por amigo. 

— ¿Qué ligue? Kieran no es mi ligue. 

— ¿Y yo especifique nombres? 

Victoria solo cerró la boca. Berenice solo estaba fastidiada. 

(...)

— ¿Así que al fin piensas limpiar ese lugar? — pregunto el padre de Kieran al ver al joven chico ordenar a algunas criadas limpiar sus cosas — ¿Esperas visitas o...? 

— ¿No tienes nada mejor que hacer? 

— Justo voy de salida para la clínica. Solo no hagas locuras, ya no estoy de genio para arreglar tus porquerías como la última vez. 

— Ya no soy un niño — dijo con evidente recelo apenas y su padre se dio la vuelta. 

— Entonces mas te vale que lo demuestre. 

Dicho eso último el hombre se marchó, dejando a un Kieran que simplemente se había enfurecido ante las palabras de su padre. 

— ¿Esperas a una chica? — esta vez escucho la voz de María, una de las tantas mujeres de su padre. 

— ¿Por qué asumes que es una chica?  

— Instinto femenino — sonríe la joven mujer. 

Kieran la verdad miraba a la mujer y no atendía que hacia ella en ese lugar, o con un sujeto como su padre. La personalidad de ella no daba para estar con alguien tan nefasto como su él, alguien que literalmente podía restregarle un sinfín de amantes en su cara. Lo único allí era que María era quien llevaba la sortija. Nada mas el titulo para algo inexistente. 

Por supuesto que María hacia lo posible por ganarse el afecto de Kieran, no como madrastra, pero si quizá como una amiga. No sabia muy bien la historia del chico, dado a que  de primera mano entendía que el que padre del joven no era muy afectuoso que se dijera o atenta. Ella se mordía los labios, eso cada vez que pensaba en todo lo que ha pasado aquel jovencito. Desde   una infancia un tanto tempestuosa hasta el suicidio de su madre. 

— ¿Tienes hambre? — pregunta María — Me gustaría que pasáramos...

— No tengo y estaré un poco ocupado. 

Ella solamente suspiro con tristeza y asintió. 

— Vale, esta bien. 


(....)

Victoria solo levanto su cabeza para alcanzar a divisar la gran muralla que estaba frente a la propiedad del padre de Kieran, por supuesto que era un lugar bastante amplio. 

Estaba mas que segura que esa era la dirección que Kieran le había hecho llegar en la mañana. 

— ¿Desea que la acompañe hasta dentro, señorita Victoria? — pregunta el chofer y la jovencita niega con la cabeza. Acomoda su mochila y mira al hombre. 

— No creo que sea necesario, total si algo me pasa mi padre acabara con el mundo. 

Victoria toca el botón del comunicador y rápidamente este es contestado por una voz femenina. 

¿Qué solicita? — preguntan desde el otro lado. 

— Soy... — Victoria lo piensa por un momento — Soy amiga de Kieran, quedé con él por un trabajo de la escuela. 

No se dijo nada mas, lo que se escucho fue el sonido de la gran puerta de hierro levantándose. 

¿Qué diablos esconden allí? se pregunto la joven para sus adentros al ver tales fortificaciones y esa pesada puerta principal.  Paso a pasos normales ante el jardín que allí se abría ante sus ojos, mas adelante esta una gran casa de estilo moderno. 

No vio a Kieran por alguna parte, solo vio una mujer de pie en el pórtico, una que lucia elegante y de expresión gentil. 

— ¡Hola! — saludo María al ver a la joven chica caminar hacia ella. 

— Buenas tardes — respondió Victoria, aun seguía mirando de soslayo si en algún lugar estaba Kieran, eso era incomodo. 

— Me imagino que tu eres Victoria. Por favor pasa — cedió el paso a la joven y la condujo detrás de si hasta el salón principal — Kieran vendrá en un momento. Esta terminando algunas cosas. 

— Muy bien. 

El lugar era bastante amplio y actual. No como su casa que si acaba teniendo ese estilo victoriano del cual le guastaba presumir en ocasiones. Miro con curiosidad los portarretratos puesto sobre la mesa, en donde su mayoría eran fotografías de  la misma mujer que le había recibido en la puerta con el padre de Kieran...pero la mujer que había estado en la cena donde estuvieron hace cierto tiempo no era ella. 

Que descontento los hombres Vajda. 






Si, si, sé muy bien que estas no son horas bonitas de venir a resucitar. Pero bueno, espero que les guste y lamento hacerlos esperar. 

No, no he muerto, a punto pero no. Espero que disfruten el capitulo... y ¿No creen que comienza a haber algo extraño por aquí? 

¡Gracias por pasarte en mi historia!

Los quiero 

Barush. 



Mentes psicóticas - No tengas miedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora