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El silencio se había apoderado de toda la estancia. Ambos solo se miraban de manera penetrante, como si cada uno buscara entre el lugar mas recóndito de su alma lo mas oscuro; sus verdaderas intenciones, anhelos, deseos...

Esta vez Kieran bota el aire de manera ruidosa. Niega con la cabeza a la vez que no deja de observar a Victoria. 

— Estás loco y lo sabes — continua Victoria — No tienes nada en contra de Nigel como para seguir con este patético juego. Él a ti no te debe nada... ¿Cuál es tu interés? 

Al Victoria acabar de hacer esa pregunta abre los ojos de par en par al llegar a una conclusión. Aunque antes de decirla se rie escandolosamente. 

— Un momento, ¿Estás celoso de esa? — cuestiona incrédula y Kieran junta ambas cejas sin entender de que habla — ¡Carajo! ¿Te gusta mi hermano? ¡Hubieramos empezado por allí! 

Kieran pone una expresión de "¿Me estás jodiendo?" y rápidamente niega con la cabeza. 

— ¿Qué? Por supuesto que no — Kieran responde bastante calmado, tanto que Victoria queda desconcertada ya que esperaba un poco mas de drama, pues básicamente acaba de poner su hombria en tela de juicio — Hasta ahora no desarrollo esos gustos. Aunque tampoco me negaría a probar algún día, pero creo que no es el momento. 

Victoria solo niega con la cabeza. 

— Demasiada información sobre gustos culposos a futuro. 

El silencio vuelve nuevamente a ponerse en el salón donde ambos jóvenes se encuentran. Kieran solo pone ambas manos en uno de los pasamanos que rodean la gran biblioteca. 

— Solo quería una cita — dice en tono bajo. 

— ¿Qué? — Victoria esta vez junta ambas cejas, sin acabarse de creer la respuesta que acaba de dar el sujeto que tiene a un lado — ¿Me estás jodiendo? 

— No... bueno, admito que no es la mejor manera —  esta vez se gira para ver de soslayo a Victoria, podía ver su expresión confundida, cosa que le causaba cierta gracia — Pero dicen que en la guerra y el amor todo se vale ¿No? 

Para Victoria ya el joven le parecía todo un loco. 

— ¿El punto es? 

Kieran ni siquiera sabia como continuar ante la mirada inquisidora de la joven chica. Por supuesto que ella le causaba cierta sensación de gusto que no le abandonaba el cuerpo. Sus decisiones no eran las mejores, eso seguro. Pero se le podía dar a favor que lo estaba intentando. 

— No hay ningún punto. 

Victoria ya no sabia en que creer ante aquella revelación. Lo que dejaba a saber que el objetivo no era su mellizo, si no realmente ella. 

— Eres un maldito loco — dijo ella esta vez colocandose a la defensiva.

Kieran se quedo solo mirandola apenas Victoria tomó su bolsa y estaba completamente dispuesta a marcharse.  La destuvo por el brazo apenas ya iba a la salida, aquel moovimiento hizo que ella quedara de espaldas contra su pecho. 

— Sé que cuerdo no estoy, pero no veo que eso sea un problema ¿O si? — esa frase fue como un susurro, mismo que hizo que las piernas de Victoria temblaran. Igualmente en pecho aparecio la sensación tan extraña que a veces solía tener, sentir como si un ave aleteara dentro de su pecho. 

Era orgullosa, por supuesto que no queria dejar ver que aquel movimiento hecho por esa comadreja podía tener alguna efecto sobre ella. Botó el aire y rápidamente se safó de su agarre. 

— Esto no termina aquí. Necesito una respuesta. 

— Tienes razón — concordó Kieran — Esto no termina aquí. 

Dicho esto Victoria decidió salir del lugar. Pues se sentia como si el aire le faltara, entendía que de no salir del sitio iba a terminar haciendo algo de lo podía acabar lamentandose después. Era dificil admitir que ese sujeto le casuaba un extraño coquilleo en el vientre. 

En la parte de afuera no tadó mucho en aparecer el chofer para recoger a Victoria y llevarla nuevamente a casa. A lo lejos desde uno de los ventanales de la residencia estaba Kieran, viendo como ella desaparecia en aquel auto a lo lejos. Sonrio para sus adentros, pues entendia que ella habia salido huyendo. 

La gran Victoria había salido huyendo de él. No aguanto el momento o el ambiente que se había formado en aquel lugar.

(......)

— ¿Y llegas tan callada...? — esta vez era Nigel quién pregunta a Victoria. Pues en la cena siempre era quien más hablaba, ahora la sorpresa era ver qué el silencio se plantaba en el ambiente.

Victoria solo niega con la cabeza.

— No molestes Nigel.

— Pero mira como cambian los papeles — dice el levantando ambas cejas al ver la actitud de su melliza — ¿Desde cuándo dejaste de ser tan molesta?

— Nunca he sigo molesta. A parte ¿Sigue con la plebeya?

La expresión de Nigel cambio al escuchar al pregunta que lanzaba su hermana. Solo frunció el ceño y clavó sus fieros ojos en Victoria.

— No es una plebeya, clasista de mierda.

Victoria solo ríe al escuchar como su tan querido hermano defiende a una chica de la que poco sabe de su existencia.

— He de admitir que te tiene comiendo de la palma de su mano ¿No es así, hermanito?

— No sabes lo que dices.

— Te la pasas con ella ¿Ya son novios?

Nigel solo se quedó en silencio, pensando un poco en que clase de relación se suponía tenía con Eloisa. Sabía que era una compañía agradable, pues siempre tenía temas de conversación diversos que lo sacaban de sus más oscuros pensamientos. Pero al momento no se había declarado nada oficial.

— ¿Y acaso yo debería preguntar lo mismo? Te la pasas pegada a ese otro sujeto como garrapata — responde en su defensa Nigel, está vez como ataque a su hermana.

Victoria solo se queda en silencio y mira para un lado. Su hermano si que sabía volver las situaciones por completo.

— Yo no me la paso con él, chismoso — señala — Él es quién me busca.

— ¿Ah sí? Y si no te gusta ¿Por qué no solo la gran Victoria lo manda al carajo? Ese sujeto no me da buena espina, siento que es un psicópata.

— Mira quién habla.





Mentes psicóticas - No tengas miedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora